martes, 29 de septiembre de 2015

ARTUR MAS, ¿UN PASO AL FRENTE O UN PASO PARA CASA?

En las últimas elecciones celebradas en Cataluña el pasado 27-S han bailado mucho, no solo algunos candidatos, sino también los votos, tanto, que los resultados son de muy difícil interpretación. Aun así hay algunas evidencias. La primera es que Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) sigue siendo con diferencia el partido político más votado y con más poder en Cataluña, ello quiere decir que ningún proyecto político importante puede llevarse adelante en Cataluña sin su apoyo. A pesar de ello Junts pel Si no ha obtenido suficiente número de diputados como para poder Gobernar, necesitando el apoyo de la CUP, o de otros. La segunda es el sorprendente crecimiento de  Ciudadanos que ha  obteniendo 25 escaños, pasando a ser la segunda fuerza política catalana,  posiblemente atrayendo los sectores más liberales de la sociedad catalana, ex votantes de partidos como el PSC, la casi desaparecida Unión Democrática de Cataluña, y de sectores sociales que no solían votar a ninguna fuerza política. El PSC sigue en caída, y el descalabro del Partido Popular ha sido total. Otra evidencia es que la coalición de Podemos con ICV no ha dado buen resultado, obteniendo el mismo número de diputados que el PP, 11, fallida coalición que posiblemente ha favorecido el crecimiento de la CUP, que ha obtenido 10 diputados. Otra evidencia es que en Cataluña se ha dado una constante que se viene dando en todos los procesos electorales que se celebran en España desde las elecciones europeas del 2014: allí donde baja en votos el Partido Popular crece Podemos.

Analizar los resultados de las elecciones del 27-S buscando saber si han ganado los que están a favor del proceso independentista o no es un sin sentido, una pérdida de tiempo. La construcción de un nuevo Estado no puede depender de la decisión  de unos cuantos cientos de miles de votos. No nos engañemos, en las decisiones importantes no todos los votos tienen el mismo valor. Una decisión de la envergadura como la de declarar o no la independencia de un Estado es una decisión que no le corresponde a los ciudadanos sino a los grupos de poder, a sus elites dirigentes, es decir, a partidos políticos, grupos de poder factico, etc.   

En un reciente artículo titulado “Españoles, a las urnas cuanto antes” Juan Luis Cebrián, presidente de El País, decía “Los resultados de estas elecciones pueden ser el anuncio de una crisis global de nuestro sistema político”. El mapa político en Cataluña se ha fraccionado dificultando la gobernabilidad, si ello se traslada a España en las próximas generales la sociedad española se puede encontrar ante un escenario en el que ningún partido logre el suficiente consenso para poder gobernar, o lo logre gracias a pactos que representen un elevado coste para la sociedad. Los denominados partidos emergentes, Ciudadanos y Podemos, al carecer de espacio ideológico en el mapa político español, más que aportar soluciones a los problemas de España, están contribuyendo a dificultar la gobernabilidad. Ambos partidos se parecen mucho, ninguno de los dos tienen un proyecto claro, elaborado, para España, para solucionar los problemas de los ciudadanos. Y ambos partidos basan su discurso en lo que denominan la critica la vieja política, eso si no dicen en que consiste la nueva. Podemos es un partido constituido por fracciones residuales del comunismo internacional en España que está creciendo en votos gracias al apoyo que recibe de  corruptos sectores de  la derecha española, afines al PP. Ciudadanos por su parte es un partido de ideología liberal, un partido burgués, solo hay que ojear el perfil de sus líderes, todos elegidos entre lo que se conoce como  los niños de bien,  cuyas propuestas políticas no están destinadas a otra cosa que a reducir el tamaño del Estado y su gasto, algunas tan absurdas y desestabilizadoras para España como la de anular el denominado Concierto Económico del País Vasco.

Junts pel Si, ha logrado una gran victoria, pero no ha obtenido el suficiente número de escaños como para Gobernar, su candidato Artur Mas necesita dos diputados de otra fuerza política para poder ser investido presidente. La CUP, que se ha declarado a favor de la independencia,  ha anunciado que no dará su apoyo a Mas. De esta forma todo se complica, no solo el proyecto secesionista, sino también simplemente la formación de un nuevo Gobierno para Cataluña. En mi opinión se abren cuatro posibles hipótesis. Primera, Mas logra los suficientes apoyos para ser investido presidente y continuar con el proyecto independentista, es decir, para hacer una declaración unilateral de independencia. Dos, Mas es investido presidente pero con la condición de que aparque a un lado el proyecto independentista. Tres, Junts pel Si acepta formar Gobierno con otro candidato distinto a Mas, como le impone la CUP. Junts pel Si podría formar Gobierno ya con otro candidato distinto a Mas, por ejemplo, con Raül Romeva, pero las diferencias ideológicas entre Romera y sectores de las elites de CDC son grandes, algunas infranqueables, y por tanto CDC únicamente lo aceptaria para seguir con el proyecto independentista, en caso contrario, en el caso de que Romera y sus apoyos no quisieran hacer una declaración unilateral de independencia, la coalición  Juts pel Si saltaría pronto por los aires.  Es evidente que las elecciones del 27-S en vez de disminuir han aumentado la incertidumbre en Cataluña dificultando la gobernabilidad, dificultando no solo la evolución del proyecto secesionista sino la solución de importantes problemas que preocupan a la sociedad catalana.  

Las crisis políticas a veces son convenientes porque aportan claridad al escenario político, dándose a conocer quien es realmente aliado de quien. En mi opinión, como ciudadano español,  la crisis de Cataluña está provocando mucho sufrimiento, perdidas económicas (La deuda pública catalana está calificada como bono basura), y problemas a los ciudadanos, y por tanto es urgente ya la necesidad de claridad. En mi opinión, la evolución del escenario político catalán solo tiene una alternativa posible y aceptable: Artur Mas debe lograr los apoyos para ser investido presidente y dar un paso al frente, o debe retirarse de la política, dejando paso a nuevos líderes y nuevas ideas, y lógicamente CDC debe forzar la convocatoria de nuevas elecciones.



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