El pasado 8 de Abril dicen, yo no estaba allí, que se ha producido el desarme definitivo de
la organización terrorista ETA. Mediadores internacionales han querido escenificar
un desarme de no se sabe muy bien quien, ni con qué fin, mediante un acto simbólico de
entrega de armas y explosivos. Y digo que no se sabe muy bien de quien porque
nadie ha hablado de forma clara en nombre de ETA. Ello se puede deber a dos
razones. Una, temen represalias por parte de sectores del Estado. Dos, los que
organizaron el desarme no tienen la voz de toda la organización, no siendo ni
siquiera la voz mayoritaria.
Desde un primer momento el actual Gobierno de España ha
dicho, reiteradas veces, que se desmarcaba
de dicho acto, que no participaría ni colaboraría en su realización. Pero para
no hacerlo, los medios de comunicación públicos le han dado una amplia, intensa
e inexplicable cobertura a lo que estaba ocurriendo. Sin ir más lejos, hoy un
tipejo, de EH Bildu, al que han metido en el Senado, ha salido hablando en lo
que se conoce como los Desayunos de 24H
de RTVE, sobre el desarme. Pero ello no
es de extrañar, sino totalmente lógico. El acto de desarme de ETA es todavía hoy fruto de la era Aznar. Fruto de esa época que ha sido la de mayor corrupción política
de la historia de España. Mientras el ex vicepresidente del Gobierno, Rodrigo
Rato , se dedicaba a robar e enriquecerse, el expresidente José María Aznar negociaba a nivel
internacional, con el ex primer ministro Tony Blair, uno de los peores
gobernantes que ha tenido Reino Unido, con Rusia, con el comunismo internacional,
etc., el final de conflicto armado vasco. Se dedicaba a negociar a nivel
internacional, con lo que Aznar denomino eufemísticamente Movimiento de Liberalización Nacional Vasco,
negociaciones que han dado lugar a todo
lo que hoy está ocurriendo, compromisos del Gobierno con sectores de la organización
terrorista ETA, y compromisos de la derecha española con el comunismo internacional,
que ha dado como fruto que sectores de la derecha haya apoyado la creación de la nueva fuerza política Podemos, de ideología
comunista, y su posterior entrada en las instituciones.
Las víctimas de la organización terrorista ETA, han dicho
que no aceptaban el acto del desarme porque consideran que con ello solo se
busca cambiar el relato de lo que durante décadas ha ocurrido en España. No sé
a qué se refieren. Se cuente como se cuente, la historia es única, lo hechos están ahí, son de conocimiento público.
Y los hechos son que restaurada en España la democracia en el 78 y aplicada la
Ley de Amnistía , el Estado español, o mejor dicho, sectores del Estado, pues el
Estado somos todos, se han dedicado a ejercer represión judicial y policial, se
han dedicado a cometer sutiles, flagrantes, sistemáticas, e impunes violaciones de los derechos humanos, se han
dedicado, como dice el otro, a romperle las piernas, sutilmente, pero con alevosía
y premeditación, a más de uno, como
forma de demostrar su poder, como forma de privarle de dignidad e intentar
someterle, y han cometido actos de terrorismo de Estado. Eso es lo que ha pasado
en España en las últimas décadas, terrorismo de Estado, y violaciones sistemáticas de los derechos
humanos apoyadas con acciones de represión judicial y policial. La oculta
exigencia del desarme de ETA por parte de concretos sectores del Estado
español, representa, indiscutiblemente, los sentimientos más involucionistas, retrógrados,
tiránicos, y pueriles de la sociedad española, y en concreto de la política.
Pues son las elites políticas, cara visible del poder, las que mandan y dirigen
las riendas del país. Sectores políticos de la sociedad española, que desde la
oscuridad piden el desarme, que deben ser considerados herederos ideológicos del
nazismo. Es evidente que hay sectores de las elites dirigentes españolas que se
equivocan en su interpretación y concepción del conflicto armado vasco. ETA, la organización
terrorista ETA, es como la tapa de wáter, si hay tapa se caga, y si no está uno caga igual, pero de
forma diferente.
El pueblo español se irá dando cuenta poco a poco, que
España vive, otra vez, una época oscura de su historia, en la que se ejerce represión
judicial y policial, y se cometen impunes y flagrantes violaciones de los
derechos humanos, contra ciudadanos no integrados en el fascista juego de las elites dirigentes,
no integrados en la casta política. En el Congreso de los Diputados, principal
basurero de la política española, los señores diputados se manifiestan, un día
si, otro también, preocupados por los derechos humanos fuera de las fronteras
españolas, en sitios como Venezuela, Siria, etc., pero nada les importan las
violaciones que se comenten en España. Y es que la tarta de la represión policial
y judicial es muy grande y da para todos, para todos aquellos que se sientan en
la Institución que representa la soberanía del pueblo español, el Congreso.
El problema de todo esto, es que vamos hacia una nueva Guerra
Fría de carácter global, en la que tendrán
que redefinirse las alianzas, en la que
no habrá lugar para medias tintas, en la que el Gobierno de España tendrá que
definirse, de forma pública, dejando claro con quien esta. Y todo indica que
por el momento el Gobierno de España ha elegido el lado equivocado, situándose el
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al lado de Siria y del comunismo
internacional.
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