lunes, 3 de diciembre de 2018

ELECCIONES ANDALUZAS: LA DEMOCRACIA EN ESPAÑA CADA DÍA MAS DIFÍCIL.


Después de 36 años de hegemonía socialista, Andalucía ha entrado hoy, con un Parlamento muy fraccionado y de difícil entendimiento, en un periodo de difícil gobernabilidad y alta incertidumbre política. Si en el 2015, fue la izquierda la que se fracciono, con la entrada en el extracto electoral andaluz de Podemos, esta vez, ha sido la derecha, con VOX. Contra todo pronóstico, el partido de extrema derecha ha obtenido 12 diputados. El otro gran ganador de estas elecciones ha sido Ciudadanos, que ha obtenido 21 diputados, 12 más que en el 2015. El resto de partidos se pueden considerar perdedores. El PSOE, aunque sigue siendo la fuerza más votada, ha perdido 14 diputados. El PP, también ha bajado, perdiendo 7. Y la alianza entre Podemos e IU da la impresión de que no ha dado resultado, como ya había ocurrido en las elecciones generales, estos partidos obtienen juntos menos votos que presentándose por separado, si antes sumaban 20 diputados, Adelante Andalucía se ha quedado en 17. Si extrapolamos los resultados de las elecciones andaluzas al conjunto de España, la conclusión está clara, España retrocede políticamente, con un fraccionamiento del mapa político similar al del 79.    

Las encuestas sobre intención de voto no se han cumplido en las elecciones al Parlamento de Andalucía. Además, la caída de PSOE, PP y de la alianza Podemos-IU, dificulta mucho la interpretación de los resultados. Sin conocer en que mesas electorales ha obtenido votos la extrema derecha, VOX, es evidente, que a pesar de que le votaran todos los electores que ha perdido el PP, algo bastante improbable, no hubieran sido suficientes, este nuevo partido ha tenido también que coger votos o de la abstención o de otros partidos. Pero, de los resultados se puede extraer una clara conclusión, y es que las propuestas políticas de la izquierda no han convencido al electorado andaluz, el bloque formado por PP, Ciudadanos y VOX, que en algunos temas, como el de Cataluña o la inmigración, coinciden en sus posicionamientos, ha ganado en unos 200.000 al bloque de izquierdas, PSOE y Adelante Andalucía. Si el presidente Sánchez hubiera logrado una mayor entrada de inmigrantes en territorio español,  y especialmente en Andalucía, seguramente  con ello le hubiera dado un clara victoria a VOX, claro que de aquí a las generales todavía le queda tiempo de aplicar una política de inmigración favorable a la extrema derecha.

Andalucía va a entrar a partir de ahora en una situación de difícil gobernabilidad. Si en el 2015, Susana Díaz, que era vista como una clara ganadora, lo tuvo difícil para gobernar, lográndolo gracias al apoyo de Ciudadanos, ahora la situación todavía es peor. El PP y Ciudadanos, con 26 y 21 diputados respectivamente, ya han anunciado que sus respectivos candidatos se presentaran a una futura investidura para presidente del Gobierno autonómico. Ciudadanos es un partido político ideológicamente ambiguo. Últimamente se ha autodefinido como un partido liberal, pero en las elecciones capta votos de feudos tradicionalmente socialistas. Que su líder, Juan Marín, pueda ser investido presidente siendo Ciudadanos la tercera fuerza política en votos es una simple ilusión. Ciudadanos tendrá que decidir a quién le interesa más arrimarse esta vez, si al PP o al PSOE,  con vistas a próximas elecciones en otras comunidades, y sobre todo, a las generales.  En mi opinión, teniendo en cuenta afinidades ideológicas e intereses electorales, se abren 3 escenarios posibles: Uno, que Susana Díaz vuelva a ser presidenta con un gobierno de coalición PSOE-Ciudadanos; dos, que el PP logre formar gobierno, con Juanma Moreno como presidente gracias a la abstención del PSOE y de Ciudadanos; y tercera, y la más probable, que se repitan elecciones. Lo único claro, es que la democracia en España cada día lo tiene más difícil.

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