El denominado “Juicio del
Proces” ha terminado hoy, con la intervención de los acusados, poniendo título una vez más a lo que ha representado el conocido como proceso independentista de
Cataluña: Una pantomima. Desde la Diada del 2012 los dirigentes políticos que
ha liderado el proceso independentista han estado realizando demostraciones de chulería,
organizando actos explícitamente prohibidos desde los poderes del Estado para
dar publicidad a demostraciones de poder con las que se perseguían espurios
intereses personales y partidistas, que no se han hecho públicos durante el
juicio.
Como muestra de enorme chulería
organizaron un referéndum prohibido por el Estado y posteriormente, una vez más,
para dar publicidad a una demostración de
poder realizaron una Declaración Unilateral de Independencia, eso sí, no se
atrevieron a tomar el control de las fronteras. Hoy era de esperar, que por lo
menos dijeran que no reconocían la autoridad del Tribunal que les estaba
juzgando en nombre del Estado español, cuyo poder desafiaron. Pero no ha sido
así, si me permiten la vulgaridad, se han cagado; temen que el Tribunal Supremo
les condene por haber puesto la paz, la estabilidad política y la convivencia en
riesgo para lograr espurios e indecentes
intereses que no se han hecho públicos durante el juicio. Realmente todo esperpéntico,
surrealista, puro teatro. El denominando proceso independentista se
autocalifica; siempre, siempre, siempre, y ahora, actos para dar publicidad a
demostraciones de poder para lograr espurios intereses que nada tenían que ver
con que Cataluña se convirtiera en un Estado
independiente y soberano.
Solo cabe esperar, que se haga
justicia, y que aquellos que se han atrevido a realizar una Declaración
Unilateral de Independencia poniendo en riesgo la paz, la estabilidad y la
convivencia, con el único fin de lograr intereses personales y partidistas,
paguen el precio que les corresponda según las leyes vigentes.
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