El pasado miércoles, el Ministerio
de Sanidad ha tenido que emitir una alerta
internacional como consecuencia de la existencia de un brote por
listeriosis producido por la distribución de carne contaminada con la bacteria Listeria monocytogenes
por la empresa andaluza Magrudis S.L. Una persona puede coger una infección por
muchas razones, pero no es lo mismo que uno se infecte por beber en una charca
a que lo haga por beber agua embotellada distribuida a través de la cadena de distribución
de alimentos y bebidas autorizada por el Estado y supervisada por el Ministerio
de Sanidad; no es lo mismo que uno se
infecte por comer un producto casero, de elaboración propia, a que lo haga por comer
una carne cuya distribución ha sido autorizada por el Ministerio de Sanidad,
Consumo y Bienestar Social. Lo ocurrido evidencia, que la seguridad alimentaria en España falla.
Por ejemplo, a no le puede vender en un bar un bocadillo contaminado con sustancias nocivas
para la salud; sustancias que le van a
provocar una enfermedad, que dependiendo de sus defensas le pueda o no causar
la muerte. En el brote de listeriosis producido por la distribución de carne contaminada hay tres claros tiempos
diferenciados y que es importante separar: El antes, el durante y el después.
Sobre el antes tenemos muy poca información. No sabemos
cuánto tiempo la empresa Magrudis S.L. lleva distribuyendo carne contaminada
por listerina, no solo en Andalucía sino
también a otros lugares de España, tal vez meses, sino años, y por tano es
desconocido el número de personas a las
que ha podido afectar, o incluso causar la muerte. Los síntomas por listeriosis son comunes a
otras enfermedades, para detectarla es necesario que los servicios sanitarios,
el medico que atiene al paciente, ordene
pruebas específicas, algo en la gran mayoría de los casos poco probable a no
ser que la infección no remita y se complique. En la última quincena de julio se detectaron 12 casos de listeriosis en
distintas localidades de Sevilla y 4 en Huelva, no sabemos porque los médicos en
estos casos consideraron pertinente hacer pruebas para saber si podía ser
Listeriosis, pero muchos, no solo en Andalucía sino también en otras regiones
de España pueden haber sido ignorados, es decir, mal diagnosticados. No sabemos tampoco por qué
no se abrió una investigación para averiguar que la estaba provocando. Claro que,
está la posibilidad que consideraran que en plena temporada turística, emitir una
alerta por Listeriosis hubiera afectado de forma muy negativa al sector
turistico, y por tanto quisieran retrasar el asunto lo máximo posible. Es
importante resaltar, que no es fácil que se produzca un asunto de este tipo. Lo
lógico, es que una muestra de cada lote sea analizada antes de salir al mercado,
no solo para valorar que su calidad es la establecida, sino también para comprobar que no contiene sustancias nocivas para la salud. ¿Qué
controles de calidad hacían en esta empresa? ¿Analizaban una muestra por año o
incluso no había controles?
Sobre el durante tampoco sabemos mucho. El análisis de intoxicaciones
colectivas llevó a sospechar a miembros de los servicios sanitarios andaluces que
esta podía haber sido debida a la ingesta de carne mechada. Analizada esta, y después
de una inexplicable confusión sobre de que empresa era la carne, lo que retraso
una vez más, la actuación de las autoridades sanitarias, se descubrió que la
causa del brote de listeria era provocado por la carne mechada distribuida por
la empresa Magrudis S.L. Lo más curioso del durante es, sin lugar a dudas, el
hecho que el gerente del Servicio Andaluz de Salud,
Miguel Moreno Verdugo, estuviera en los toros, viendo poner banderillas,
mientras ciudadanos que se infectaban por comer carne contaminada ingresaban en
centros médicos para que les pusieran, muy probablemente, otro tipo de banderillas. Según parece para el
gerente del SAS el asunto no era grave ni requería su atención, pero ha acabado
causando, por el momento, una muerte y obligando a decretar una alerta
sanitaria internacional. Realmente
Insólito e impropio de una democracia.
Pero, sin
lugar a duda, lo peor es el después. Detectada la causa del brote de listerioris
y provocado este un elevado número de infectados por esta enfermedad en toda España, causando
ya la muerte de una mujer, lo más grave es que el Gobierno de España no ha
cogido el control de la situación ni la Fiscalía ha emprendido ninguna investigación.
La empresa responsable del brote de Listeriosis, Magrudis S.L., ha encargado
una investigación al laboratorio
Lanutec, muy probablemente de su total confianza, y además se están encargando del asunto los técnicos
del Ayuntamiento de Sevilla, los mismos técnicos que no supervisaron que esa
empresa no distribuyera alimentos en correctas condiciones. ¿Por qué la Fiscalía
no actúa? ¿Está esperando a que la empresa responsable, Magrudis S.L., limpie
sus instalaciones y cocine una explicación? Hay muchas hipótesis posibles. Una
de ellas, es que estando constatado que España es un país en el que desde las
instituciones del Estado se permite la distribución de alimentos contaminados, para
provocar enfermedades que luego permitan cometer abusos recurriendo al sistema
sanitario, este sea un caso más de esos y por ello la Fiscalía convirtiéndose en cómplice de la
empresa. En línea con lo anterior, hay muchos indicios de que los militares,
seguramente con tal fin, se han vuelto a encargar de la responsabilidad del
control y distribución de los alimentos y bebidas, es decir, España es un país
sutilmente militarizado.
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