martes, 20 de agosto de 2019

UN BUQUE DE GUERRA DE LA ARMADA APOYARA AL OPEN ARMS.


El presidente del Gobierno, desde su descanso veraniego en Palacio de las Marismillas (Doñana), pues tanto él como su coleguita el secretario general de Unidas Podemos, Pabla Iglesias, son muy proinmigracion pero no pasan las vacaciones con sus familias en lugares como el barrio madrileño de Lavapiés, acaba de anunciar que enviara  al buque de la Armada Española “Audaz” a recoger a los inmigrantes que en este momento se encuentran a bordo del Open Arms, en la costa italiana,   a menos de un kilómetro de la orilla. Curioso, ni Italia, ni Francia, que están mas cerca acogerán a los inmigrantes, lo hará Sánchez. ¿No tienen humanidad en esos países o que mensaje y a quien desea enviar Sánchez? Y evidentemente, otra vez no se cumplirá el Reglamento de Dublín, pues muchos de los inmigrantes que desembarquen en España luego querrán ir a otros países, en los que saben que van a recibir más ayudas económicas y apoyos. ¿No se van a cumplir a partir de ahora las leyes y los reglamentos en la Unión Europea?

Con esta decisión el presidente Sánchez deja claro dos cosas. Primera, que es un falso, un político de la que los ciudadanos no se pueden fiar,  pues lo ocurrido da a entender que  sus decisiones no son fruto de la improvisación sino de una planificación previa e interesada. En segundo lugar que entre las elites dirigentes políticas españolas hay mucha más coordinación de la que transmiten a la opinión pública, estando muy unidos para lograr objetivos comunes, como por ejemplo, este, la de que los inmigrantes a bordo del Open Arms lleguen a España, con lo  que de forma clara no se busca realizar un acto humanitario sino realizar una demostración de poder. Una demostración de poder similar a la que ocurrió con el Aquarius, en aquel caso los inmigrantes llegaron a España apoyados  por dos buques de guerra de la Armada Italiana.

Sánchez es un falso. Una cosa es lo que transmite a la opinión pública y otra muy distinta lo que  de forma clara se percibe  que pacta en la oscuridad. Lo hizo con el asunto de la exhumación del general Franco; aprobó un decreto para la exhumación y luego cuando la familia Franco propuso llevar los restos a la cripta de la catedral de la Almudena, dijo que no conocía esa posibilidad, aunque se percibió  que era uno de los principales protagonistas de la película que se montó. Con el tema de la inmigración más de lo mismo. Sánchez da apoyo a extraños carros, de los que tiran de forma clara  los militares, para favorecer que se hagan demostraciones de poder con la entrada de inmigrantes a España. Primero, fue con los militares italianos, ahora, ha recurrido a los militares españoles, o mejor dicho ha permitido que los militares españoles apoyen a los inmigrantes para lograr sus objetivos.

España tiene  un 14% de paro y en torno a un 20% entre la población extranjera contabilizada, un 26% de la población en riesgo de pobreza o exclusión social, y un 28% de pobreza infantil. Además, la deuda pública de España es de entorno al 100% del PIB (1.210.509 euros), con lo que ello supone en intereses todos los años. España no tiene capacidad para absorber inmigración. La  entrada de inmigración del sur del Mediterráneo, negros, de origen islámico, etc,  solo aportaran al país pobreza, inseguridad y conflictos internacionales, pues muchos de ellos luego querrán desplazarse a otros países, en los que  ciudadanos de su origen cuentan con diásporas que les apoyan y en la que integrarse, y ello enturbiará la imagen exterior de España. La decisión de Sánchez es de una enorme irresponsabilidad. Los grupos políticos y sociales que apoyan la entrada de inmigración no lo hacen por humanidad, ni mucho menos. Unos, ven en la inmigración mano de obra barata para sus empresas, explotándolos pagándoles menos que a los nacionales por el mismo trabajo, lo que hacen dentro de la ley asignándoles una categoría inferior. Otros ven en la entrada masiva de inmigración una forma de hacer fracasar el modelo económico y social que existe en los países desarrollados de la UE, es el caso de partidos políticos como Unidas Podemos y Vox.
Los monárquicos militares españoles vuelven a ser una amenaza en España, una amenaza a la democracia y la convivencia pacífica. Lógicamente les interesa la entrada de inmigración pues con ello contribuirán a generar inseguridad, malestar social y así desestabilizar políticamente España. Les interesa la entrada de inmigración porque ello da fuerza al discurso de Vox, la voz de los militares, un partido que solo conoce el lenguaje de las hostias, de la violencia, un partido que considera la democracia el gobierno de los débiles. Los militares, que ya en su momento se apoyaron en el conocido como  Ejercito de África,  no dudarían otra vez en crear un Ejercito con población inmigrante, muy probablemente ya estén en ello,  para así, en caso de conflicto armado, evitar que los hijos de los burgueses a los que sirven tengan  que poner en riesgo sus vidas.
Sánchez no debió ser nunca investido presidente, no solo porque no cuenta con el suficiente apoyo social para gobernar sino porque sus ambiciones e intereses personales, le están llevando a tomar  y apoyar decisiones muy perjudiciales para el interés general y para el funcionamiento y supervivencia de la democracia. Por el bien de España, el presidente Sánchez debería dimitir ya y dejar que el PSOE elija otro candidato que si sea capaz de ganarse el apoyo de los españoles.


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