jueves, 16 de julio de 2020

CRISIS COVID: VERGONZOSO HOMENAJE DE ESTADO.

Las elites dirigentes españolas se han reunido hoy para hacer un homenaje a los fallecidos a causa del covid-19. El acto ha sido presidido por el rey Felipe VI, y han asistido las principales autoridades del país; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; todos los presidentes autonómicos, representantes de los principales partidos políticos; y numerosas representantes instituciones internacionales, como  la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von Der Leyen; el presidente del Parlamento europeo, David Sassoli; el del Consejo Europeo, Charles Michel; el director de la Organización Mundial del Turismo, Zurab Pololikashvili; el director general de la OMS, Tedros Adhanom, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg; el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, José Borrell, etc. Hoy se ha transmitido la imagen de que las elites dirigentes estaban todas, como se dice coloquialmente, en la misma pomada, claramente alineadas en este asunto.  Entre las ausencias, son  de destacar la de la extrema derecha, que seguramente por aquello de que su siglas son Vox ha preferido alinearse con el virus, no se me ocurre otra razó; y la de las familias de las víctimas, escasamente representadas, porque no había suficiente espacio para los humildes o porque estában en los juzgaos interponiendo querellas contra el Gobierno de Sánchez; y la del rey emérito Juan Carlos I, que lleva meses escondido, no sabemos si del virus o de los jueces.

En mi humilde opinión, el acto de homenaje a las víctimas del covid  debe ser calificado de vergonzoso, indignante, oportunista, inoportuno  y una burla a los humildes ciudadanos españoles que no han participado en el mismo. Y lo digo por varias razones. Primera,  el virus sigue  en la sociedad española, contagiando a personas, provocando muertes, principalmente  de personas de elevada edad y con otras patologías,  y sobre todo en forma de medidas impuestas por el Gobierno de España que han provocado importantes cambios en las vidas de muchos españoles. Segundo, porque todavía no hay un lista oficial de personas que han muerto a causa del covid-19. Tercero, porque es evidente que  la crisis del covid todavía no ha terminado, la guerra contra el virus continua, y por tanto no tenía razón de ser un acto de este tipo. ¿Por qué el Gobierno ha tenido tanta prisa por celebrar una homenaje de Estado, al que no se ha invitado a las familias de las víctimas, salvo a representantes muy escogidos, cuyo discursos de forma clara controlaban? No lo sé,  como la propia crisis, todo huele a muy planificado.

Han pasado varios meses desde que el virus chino, tipo covid-19, amenaza las sociedades de los países miembros de la NATO. A pesar de ello los ciudadanos no tenemos información clara sobre cómo se originó, se propago, y sobre todo, por qué habiéndose producido la crisis del SARS en el 2002, la NATO y los Gobiernos de los Estados que la constituyen no pusieron en marcha programas para investigar este tipo de virus  y prevenir una epidemia. Esperemos que algún día esto se pueda aclarar, pero hoy tenemos una cosa clara, en España, desconozco lo que ha pasado en otros países, la crisis del covid ha sido utilizada por las elites dirigentes como tapadera para justificar represión y encubrir violaciones de los derechos humanos, cuando no asesinatos. Situación que todavía continúa. Para ello, manipularon los datos, todavía no hay una lista oficial de fallecidos a causa del covid, utilizando la muerte de ancianos que vivian en residencias y tenían otras patologías, para generar terror y crear una alarma social que sirviera de justificación al Gobierno.

Una de las características del cine de nuestra época es la violencia gratuita, una violencia que no tiene castigo en la sociedad en la que se produce. No debemos de permitir que este tipo de sociedades sean una realidad. Durante los peores momentos de la crisis del covid en la sociedad española se han cometido muchos abusos. Utilizando como argumento la amenaza del virus, el Gobierno de España ha permitido y favorecido que  muchos ciudadanos haya muerto en condiciones indignas, sin recibir una correcta asistencia sanitaria, aislados de sus seres queridos, privados de la libertad de elegir centro hospitalarios, médico o tratamiento; privados de la libertad de elegir  donde  morir, en el mejor de los casos obligados a morir con personas extrañas que se autodenomina personal sanitario pero cuyos principios deja mucho que desear. La amenaza continua, no la del virus sino la de aquellos que lo utilizan como tapadera de sus acciones, contando para ello con la complicidad y apoyo del Gobierno de España. La sociedad española no debe olvidar, este asunto se debe investigar en profundidad, se deben exigir responsabilidades, si la justicia no actúa, de otro tipo.


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