martes, 4 de agosto de 2020

EL EX JEFE DEL ESTADO, JUAN CARLOS I, SE AUTOEXILIA.

El rey emérito Juna Carlos I hizo ayer público que dejara de vivir en España, para fijar su residencia en algún país extranjero. Con un estilo muy de capo, Juan Carlos I, aprovechando la tapadera que le daba que con frecuencia visitaba el pueblo de Sanxenso, para practicar vela,  cruzo la frontera a Portugal, y desde Oporto voló a Santo Domingo, donde todavía no está claro si fijara o no su residencia. Está claro,  estamos ante otro escándalo sin precedentes en la historia de España protagonizado por la Monarquía.

La persona en nombre de la cual jueces y magistrados han administrado durante décadas justicia en España; la persona que durante décadas ha presidido el acto de apertura del año judicial, Juan Carlos I, resulta que ahora, cuando esa justicia que ha presidido y le ha  rendido los máximos honores le investiga, huye de ella, evitando dar explicaciones a sus actuales representantes y a la sociedad por los delitos que presuntamente se le atribuyen, y que en su comunicado dirigido al actual Jefe del Estado, el rey Felipe VI, en ningún momento niega. Evidentemente, todo muy poco elegante, muy estilo capo, no propio de alguien que ha ostentado el cargo con mayores honores de la sociedad española, la Jefatura del Estado.

El rey emérito Juan Carlos I se le atribuyen numerosos servicios a la patria, como instaurar la democracia,  y tal vez sea así, en mi humilde opinión, de simple ciudadano que no conoce las conversaciones secretas que se mantuvieron en altos niveles de la política española de 1975, muerte del general Franco, a 1978, aprobación de la Constitución, todos discutibles con argumentos conocidos. A quien realmente hizo un gran servicio Juan Carlos I fue a su familia, la Casa Real de Borbón, al logra recuperar para ella la Corona de España. Servicios como el de frenar el asunto del 23-F, una de las mentiras más descaradas de la historia de España. El 23-F fue una película, con la que se escenifico no de qué lado estaba la Monarquía, que estaba claro, entre otras cosas debido a las presiones internacionales, sino los militares. Con el 23-F los militares dieron a conocer que apoyaban lo que estaba pasando en España, o sea, la Transición.

Con su comportamiento, el  rey emérito Juan Carlos I ha dejado España a la altura de lo que se conoce como una república bananera, país en el que suele ser frecuente que sus gobernantes al perder el poder huyan con lo robado para establecerse en un país extranjero. Está claro, Santo Domingo no es,  por numerosas razones, niveles de seguridad y criminalidad, calidad del sistema sanitario, etc, el lugar idóneo para retirarse un alto mandatario occidental de 82 años de edad. Si el rey emérito fija al final su residencia en Santo Domingo es porque tiene importantes razones para hacerlo, como pueden ser disfrutar de mayor libertad para hacer negocios y mover dinero, recibir visitas o viajar anónimamente. El rey emérito Juan Carlos I pasara a la historia como ese deportista que después de varios años de batir records y ganar medallas, se descubre que se había dopado, y se las deben quitar, pues el único que tal vez las pueda merecer sea su médico. Saber estar, no significa únicamente saber que cubierto usar a la mesa, sino también que se debe o no comer. El rey emérito Juan Carlos I no ha sabido estar a la altura del rol que la sociedad española le concedió a través de la Constitución de 1978.


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