miércoles, 17 de febrero de 2021

UNA POLÍTICA BASADA EN LA MENTIRA Y LA REESCRITURA DEL PASADO.

Como en la época de Cánovas y Sagasta la actual política española se sustenta en la mentira. Desde hace tiempo es conocido y constatado que  la política española se caracteriza por un elevado uso de  lo que los expertos denominan doble lenguaje, es decir, los partidos defienden de forma pública unos posicionamientos, pero en la intimidad de los despachos, otros completamente distintos. Ello origina que, excepto los principales dirigentes de los partidos políticos,  nadie sepa que defienden  realmente tanto en política nacional como internacional. Lo que se traduce en un continuo defender hoy ante los medios de comunicación y públicamente, una cosa y mañana adoptar una decisión en un sentido completamente contrario.

Uso del doble lenguaje, un continuo mentir, al que recurre de forma reiterada el Gobierno de Sánchez, el cual, por ejemplo,  dice defender la Constitución de 1978, la integridad de España, pero está gobernando gracias a contar con el apoyo de un partido como Esquerra Republicana de Catalunya, que  no hace mucho, formando parte de Junts pel Sí,  puso a España en una situación crítica, sin precedentes en democracia,  al apoyar la declaración unilateral de independencia realizada por entonces presidente del Gobierno autonómico de Cataluña, Carles Puigdemont. Pero no es únicamente el Gobierno de España el que miente. Recientemente Vox, la representación en España de aquellos que provocaron la Segunda Guerra Mundial, Nazismo y Fascismo, se ha abstenido en una votación en el Congreso de los Diputados para que el Gobierno socialcomunista de Sánchez pudiera sacar adelante la ley que va a regular los fondos europeos que llegaran a España para apoyar y modernizar a los sectores económicos daños por la epidemia causada por el covid-19. Vox, teniendo en sus manos derribar el actual Gobierno de coalición de Sánchez, opto por darle oxígeno, algo difícil de entender, y solo explicable en el elevado y constatado interés de sectores de la derecha española por apoyar que Podemos este en el Gobierno de España.

Pero no solo a través de doble lenguaje se intenta manipular, descaradamente los partidos políticos recurren a otras fórmulas. Por ejemplo,  justificar el presente reescribiendo el pasado. Es lo que ha hecho hoy el presidente Sánchez en el Congreso de los Diputados al responder a la pregunta del líder de la oposición, Pablo Casado, de  ¿Cuándo va a cesar a su Vicepresidente Segundo del Gobierno?, ha intentado justificar la presencia de los comunistas en el Gobierno por su aportación a la restauración de la democracia en España. Todos conocemos el pasado. Los comunistas no han contribuido a restaurar la democracia en ningún país del mundo. En España tampoco. En el 78 el comunismo español estaba totalmente alineado con la Unión Soviética, era de conocimiento público que recibía financiación, apoyo y órdenes desde Moscú. En plena Guerra Fría la legalización del Partido Comunista Español, de donde surge de forma indirecta y clara Podemos, se debió principalmente a intereses de la dictadura militar de Franco y de la Monarquía. Aislada España  durante décadas de la Europa occidental y democrática, muchos de sus dirigentes estrecharon vínculos con países de la órbita de la Unión Soviética. Recordemos, que entonces tanto el presidente del Gobierno,  Adolfo Suarez, nombrado por la Casa Real, por el rey Juan Carlos I, como el líder de los comunistas, Santiago Carrillo, defendían una total oposición a la entrada de España en la OTAN. No solo eso, en política internacional, Unidas Podemos sigue hoy defendiendo posicionamientos totalmente alineados con Moscú y demás países de su actual orbita, con otro colorido, pero en lo profundo ideológicamente similar a la de la Unión Soviética.

La presencia de Podemos en el Gobierno de España es incomoda. Es incómoda para el presidente Sánchez, que ha permitido su entrada pero ha impedido que sus dirigentes se hagan cargo de ministerios con visibilidad y presencia internacional, es decir, defensa,  justicia, interior, economía y exteriores. Y es incómodo para la derecha, porque claro, en la Unión Europea se preguntaran, lo mismo que nos preguntamos muchos españoles, ¿Cómo es posible que haya sectores de la derecha España que apoyen a Podemos? ¿Cómo es posible que  entes como el Grupo Planeta, monárquico y muy vinculado a la Conferencia Episcopal Española apoye a Podemos? ¿Cómo es posible que un ex JEMAD de unas Fuerzas Armadas mayoritariamente monárquicas y de un Estado miembro de la NATO, sea un alto dirigente de Podemos, partido que se declara públicamente anti-Nato, antioccidental, y prorruso? Lógicamente aquí alguien está haciendo mucha caja gracias a las relaciones exteriores de Podemos. Es extraño que sectores monárquicos de la derecha española apoyen a Podemos, pero todavía lo es más que este partido logre las simpatías de un partido nacionalista como Bildu, a no ser claro que sus actuales dirigentes sean los de la conocida operación Ogro, operación atribuida a ETA, pero decidida y planificada desde las instituciones del Estado por los que entonces gobernaban España, y es que no es lo mismo estar dormido que durmiendo, como no lo es lo mismo estar jodido que jodiendo.

Como bien dice el vicepresidente comunista del Gobierno de España, Pablo Iglesias, “no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España”, uno se da cuenta cada vez que intenta dar un paso. España es un país en él se ejerce una elevada represión policial y judicial, y en el que se cometen flagrantes y sistemáticas violaciones de los derechos humanos. Un país en el que el sistema sanitario es utilizado por las elites dirigentes para cometer de forma sutil abusos. Pero además, en España la normalidad democrática ha saltado por los aires desde el momento que  Podemos se presentó ante los medios de comunicación, después de las elecciones generales del 2015 y apoyado por las Fuerzas Armadas, por unas Fuerzas Armadas que han tenido  a la sociedad española privada de derechos casi 40 años, representadas por el general Julio Rodríguez, ex JEMAD, exigiendo la mitad. Pidiendo la mitad, nada más y nada menos, que del Gobierno de España, mitad que le ha dado el presidente Sánchez. Sí, sí, en España se hace una política basada en la mentira y la reescritura del pasado.  Pero no pasa nada, bueno, excepto que la economía española se hunde y la deuda pública y el desempleo se disparan.  

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