martes, 22 de junio de 2021

FRENTE A LOS INDULTOS, BOICOT A TODO LO CATALAN.

Desde que en diciembre del 2012 la burguesía catalana representada por Convergencia Democrática de Cataluña puso en marcha el conocido como proceso independentista pactando la celebración de un referéndum de autodeterminación con Esquerra Republicana de Cataluña, un  partido ideológicamente opuesto, este ha quedado reducido a desafíos al Estado con el fin de hacer escenificaciones de poder que nada tenían que ver con que Cataluña se convirtiera en un Estado independiente y sí mucho con dar a conocer el poder de la burguesía catalana, no en Cataluña sino sobre el conjunto de España. Demostraciones de poder y  muestras de chulería, como cuando los conocidos como los Jordis lideraron a su gente para que dañaran tres vehículos de la Guardia Civil dándole publicidad televisiva, etc.  

El referéndum de autodeterminación del 1 de octubre de 2017   y la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) realizada por el presidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont el 27 de octubre del mismo año, destinada a romper la integridad territorial de España, pudieron poner en riesgo la estabilidad política y la paz, pero al final no se materializaron en nada. Como era lógico y de esperar, el  Tribunal Supremo tuvo que actuar, pues no hacerlo podría crear malos precedentes y sobre todo quitar verosimilitud a la  pantomima que habían organizado y  llamo a los responsables y estos acudieron como corderitos a sentarse en el banquillo de los acusados o huyeron al extranjero, como es el caso de Puigdemont, donde tenían pactada ayuda internacional. Declararon la independencia y a los pocos minutos la anularon, realmente un comportamiento difícil de entender, propio de niños de parvulario, y que conduce a pensar que solo querían escenificar su poder, escenificar que el Estado les dejaba hacer siempre y cuando sus decisiones no generaran conflictos con los poderes del Estado, y así fue. Por ejemplo, declararon la independencia pero no tomaron el control de las fronteras de Cataluña, primera condición para que Cataluña pudiera ser un estado soberano; por ejemplo, desobedecieron a las instituciones del Estado declarando la independencia pero luego obedecieron cuando los poderes del Estado les llamaron o huyeron pero no se rebelaron como sería lógico.  

Hoy el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez,  indultando a los responsables condenados por el Tribunal Supremo, ha dejado claro que el constitucionalismo español habla catalán y que lo que los independentistas hicieron lo hicieron porque desde los poderes del Estado se les dejo. Una primera lectura de los indultos podría conducir a pensar que estos son el pago de Sánchez a Esquerra Republicana de Cataluña por su apoyo en la moción de censura contra el expresidente Rajoy y a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2021. Y, tal vez, algo de eso haya, pero es evidente que hay pagos más grandes, de otras dimensiones, con otras instituciones del Estado. El PSOE que hoy gobierna es muy diferente al del 82, ha vuelto a antiguas líneas ideológicas más próximas a Rusia que a la Europa liberal occidental, como lo evidencia que haya formado Gobierno con la representación en España del comunismo internacional, Unidas Podemos, liderado desde Moscú. Por ejemplo, el PSOE de hoy nunca hubiera apoyado la entrada de España  en la NATO. A pesar de ello, es impensable que el PSOE, liderado por Pedro Sánchez, pudiera haber concedido los indultos si ello supusiera  un enfrentamiento con la Monarquía, es decir, con el rey Felipe VI. No son tan insensatos. Puede parecer extraño, o incluso absurdo, pero todo indica que el proceso independentista ha contado con el apoyo de las elites monárquicas, y lógicamente también los indultos. Apoyo de las elites monárquicas, de la Casa Real, que explica el comportamiento de los militares, que se han mantenido calladitos, no apelando al artículo 8º de la Constitución y reduciendo su actuación a enviar a su sucedáneo que son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a hacer una demostración de poder en Cataluña el 1-O, actuando violentamente contra humildes ciudadanos sin responsabilidades políticas. 

Está claro, en contra de lo que el PSOE intento hacer creer a la opinión pública, Sánchez no era alguien que pasaba por Ferraz y decidió  postularse para secretario general. Conto y cuenta con el apoyo del PSOE, e incluso, es evidente, que también con grandes apoyos del socialismo internacional. Pero a pesar de ello es impensable que pudiera autorizar los insultos de los responsables de proceso independentista enfrentándose a importantes poderes del Estado, al Tribunal Supremo, a los militares, y a quien sin duda controla estos poderes, la Casa Real. Y  no lo digo para justificar la decisión  del presidente del Gobierno, todo lo contrario,  Sánchez es un gran cínico, solo quiero describir en que terreno jugamos.

Pocos minutos después de que el presidente Sánchez autorizara los indultos, el presidente de la Generalidad, Pere Aragonés, ha dejado claro que el independentismo catalán sigue con la misma música, con el mismo discurso, diciendo que los indultos abren la puerta a un referéndum de autodeterminación. Insólito ¿Qué utilidad pública han tenido los indultos? Está claro que quieren seguir amenazando y presionado en busca de concesiones por parte del Estado central, pero no nos llamemos a engaño, cada victoria del independentismo catalán supone una derrota para el 80% restante de la sociedad española.

Es evidente que Sánchez es una estrella de rock, pero su actuación le va a costar muy cara a España. Lógicamente, que las elites dirigentes españolas hagan  concesiones a la burguesía independentista catalana afectara poco a sus intereses, muy interrelacionados tanto a nivel nacional como internacional, pero si afectara de forma muy negativa a ciudadanos de otras regiones de España que puede que pasen a tener una peor financiación,  a recibir menos recursos por parte del Estado central, lo que supondrá peores servicios públicos, perores infraestructuras, menos oportunidades laborales y  más impuestos. Como ciudadano que no vie en Cataluña la respuesta a los indultos no puede ser otra que: Total boicot a los productos y servicios de empresas controladas por la burguesía catalana.  


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