Entre las elites dirigentes españolas se ha puesto de moda
emitir discursos cínicos que la opinión pública sabe de antemano que son
falsos, a pesar de ello los defienden y mantienen en el tiempo, logrando darles fuerza y apariencia de
veracidad gracias al apoyo que reciben de medios de comunicación que controlan
o afines. Es una moda política tan extendida que todos los partidos admiten
compartir mesa con aquellos que mantienen este tipo de discursos. Durante décadas
Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural se presentaron ante la sociedad
como organizaciones de la sociedad civil catalana, cuando todo el mundo sabía
que estaban controladas y financiadas por las elites políticas independentistas
catalanas, por la antigua Convergencia Democrática de Cataluña y ERC. El Movimiento
del 15-M se presentó ante la sociedad como un fenómeno espontaneo, ideológicamente
transversal, aunque todo el mundo sabía que estaba impulsado y dirigido por el
comunismo internacional y apoyado por sectores de la derecha española afines al
PP, creado para lanzar un nuevo partido político, Podemos. Partido que hoy ya
de forma clara lo controla el comunismo internacional. Y ahora nos presentan Unión
78 como una organización sin intereses políticos que quiere salvar la Constitución
del 78, liderado por personas que llevan décadas de dirigentes en algún partido
político, como es el caso de Rosa Díez o
muy vinculadas a la política, como es el caso del filósofo Fernando Savater. Este tipo de discursos sin duda representan un
claro insulto a la inteligencia de los ciudadanos, considerándolos fácilmente manipulables
y un desprecio a los principios democráticos, por ejemplo, creando una falso
pluralismo ideológico.
Es evidente que España necesita una organización que
defienda la Constitución del 78, principalmente porque los partidos políticos han
convertido España en una partidocracia, anulando el Estado de Derecho e
imponiendo la ley de la selva, es decir, tienes poder se te oye, en caso
contrario las elites políticas, que lo controlan todo, te arrinconan. Una ley
de la selva que se reduce a todo vale si tienes el apoyo de la mayoría política,
de una mayoría política con capacidad de lograr el suficiente consenso para
impedir la actuación de las instituciones del Estado, como por ejemplo, del
Poder Judicial, de ahí la gran lucha que en este momento existe para controlar
la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Pero que aquellos que durante décadas han estado beneficiándose
del sistema que la ha erosionado, convirtiendo la Constitución en papel mojado,
se presenten ahora como sus defensores, porque les interesa para hacer una
nueva demostración de poder tomando
la Plaza de Colon de Madrid y todo lo que ello representa, es poco creíble,
una nueva tomadura de pelo a la ciudadanía. Hay que ser muy ingenuo para pensar
que Unión 78 representa a la sociedad civil española; en España no hay sociedad
civil, los partidos políticos lo controlan todo, los colegios profesionales,
las asociaciones de jueces, las asociaciones culturales y deportivas, incluso
las principales ONG;s.
El asunto de los indultos que el Gobierno de Sánchez dice
que va a conceder a los responsables del denominado proceso independentista catalán,
viene a constatar una vez más que en España reina la ley de la selva. El
presidente Sánchez quiere vender a la opinión pública los indultos como necesarios para la concordia
y como algo de utilidad pública. ¿Generar concordia? Tal vez, pues la forma más
rápida de terminar una guerra es rindiéndose. ¿Utilidad pública? Una cosa y la
contraria no pueden ser de utilidad pública. Si los indultos son de utilidad pública,
no lo pudo ser cosas como la actuación política del 1-O, pero ni el Gobierno ni
el Poder Judicial han actuado contra los responsables y ejecutores de dicha actuación,
por otro lado, una demostración de poder, de utilización de la fuerza contra humildes ciudadanos sin
responsabilidades políticas. Pero impera la ley de la selva. La actuación policial
del 1-O se legitima en que el Gobierno de Rajoy tenía el apoyo de la mayoría política,
y ahora Sánchez aprovecha la suya para indultar a los que se saltaron las leyes
contaminando la vida política española de forma innecesaria y sobre todo nada fructífera,
en beneficio de interés personales y partidistas.
Como consecuencia de los atentados del 11-S se organizó en
Madrid una manifestación masiva, contando incluso con representativos líderes
extranjeros, pero ello no evito que el incidente haya sido calificado por
numerosos analistas, espías extranjeros, y medios de comunicación como
terrorismo de Estado, es decir, ordenado y planificado desde las instituciones
del Estado español. Lo mismo va a ocurrir, muy probablemente, con la manifestación convocada por Unión 78
para el próximo domingo en la Plaza de Colon, curiosamente donde la Casa Real
preside sus desfiles militares, será masiva,
los partidos políticos participantes se aseguraran de ello movilizando a sus militantes y simpatizantes para que así
sea, pero no nos llamemos a engaño, ello
no es para fortalecer la Constitución del 78 sino la ley de la selva que han
impuesto en la mal llamada democracia española. Las elites dirigentes españolas
deberían recordar que el consenso,
cuando se utiliza para anular las leyes, como en España, es el peor enemigo de
la democracia.
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