Se suele decir que la democracia es el mejor sistema político de los hasta ahora conocidos, y parece ser verdad, pues lo países con sistemas democráticos suelen tener niveles de desarrollo, progreso y calidad de vida superiores al resto. Pero también es cierto que la democracia no es un sistema perfecto, por ejemplo, debido a la elevada tendencia de las elites políticas a ignorar la opinión de los ciudadanos en temas importantes. Para justificarse, las elites políticas suelen recurrir a dos argumentos. El de que son temas muy técnicos sobre los que los ignorantes ciudadanos no tienen suficientes conocimientos para decidir o que los ciudadanos carecen de la suficiente formación política para poder opinar sobre determinados temas, lógicamente ello suele excluir a los ciudadanos que militan en partidos políticos, a esos se les suponen conocimientos y formación política para opinar y decidir sobre temas que afectan al conjunto de la sociedad.
Y no suele ser así, todo ciudadano tiene opinión, puede ser que no técnica, pero si basada en sus intereses, creencias e ideología, por muy humilde que esta sea. Seguramente no sepa realizar el proyecto de una autopista, pero sabe si prefiere que esta pase a un kilómetro de su vivienda o a 100 kilómetros; tiene opinión sobre como afectara la entrada de inmigración a su calidad de vida y seguridad o sobre si prefiere que esta sea de su misma cultura o de una completamente distinta a la suya; tiene opinión sobre si desea o no que se incremente el gasto en defensa o sobre las alianzas militares que cree que debe firmar su Gobierno. Un claro ejemplo lo tenemos con lo que ocurrió con la famosa Constitución de la Unión Europea. Después de años redactándola las elites europeas, fue ratificada por los líderes de los Estados miembros pero nunca entro en vigor debido al rechazo mayoritario de los ciudadanos en varios de ellos, empezando por Francia y Países Bajos.
La política exterior y la de defensa son dos de los ámbitos en los que los gobernantes tradicionalmente adoptan decisiones sin tener en cuenta a los humildes ciudadanos, ello a pesar de que muchas veces serán los más afectados. Por ejemplo, a la guerra no suelen ir los hijos de las ricas familias de elites dirigentes que adoptan las decisiones, los que suelen tener siempre otra cosa más importante que hacer, sino mayoritariamente los hijos de las familias que pertenecen a las clases medias y, sobre todo, bajas de la sociedad. Un claro ejemplo de ello, lo tenemos en muchas decisiones adoptadas por el Gobierno de España durante los ya más de cuarenta años de democracia. Si es cierto que hubo un referéndum para que los ciudadanos pudieran opinar sobre la entrada de España en la OTAN, pero la pregunta fue sutilmente escogida, no pudiendo los ciudadanos pronunciarse sobre si deseaban o no que España se integrara en su estructura militar, algo que fue aprobado por el Congreso de los Diputados en 1996, consolidándose totalmente en 1999. El Gobierno de España es uno de los 5 Estados de la UE que no ha reconocido a Kosovo como un Estado independiente y soberano, situándose así en la posición de Rusia y sus aliados, pero ello no se la ha consultado a la opinión pública. Hace solo unas semanas, el Gobierno del presidente Sánchez ha cambiado la histórica posición de España respecto al Sahara Occidental, en este caso sin consultar ni a los españoles ni a las fuerzas políticas de la oposición, considerando ahora que la mejor solución es la propuesta del Gobierno marroquí de que el Sahara Occidental pase a ser una provincia de Marruecos con una elevada autonomía.
La próxima cumbre de la OTAN se celebrara en Madrid a finales de junio, pero sobre ello hay un elevado secretismo. Se ha dado a conocer que se va a aprobar un nuevo Concepto Estratégico pero no se ha hecho público cuales son las propuestas al respecto de los distintos socios de la Alianza, ni cuál es la propuesta que apoyara el Gobierno socialcomunista de España. El debate periodístico, político y público sobre ello es mínimo. A los ciudadanos se les considera demasiado ignorantes para hablar de estos temas, más propios de las elites políticas y de aquellos ciudadanos que militan en partidos políticos, los cuales suelen defender la propuesta que redacte la cúpula de su partido. Al firmarse el Acta Fundacional sobre las relaciones, la cooperación y la seguridad entre la OTAN y Rusia en 1997, Rusia dejo de ser considerada un adversario por la OTAN, en su preámbulo decía “La OTAN y Rusia no se consideran adversarios. Comparten el objetivo de superar los vestigios de la pasada confrontación y competencia y de reforzar la confianza y la cooperación mutuas". Pero los intereses de Rusia y la OTAN chocarían pronto como consecuencia de la Guerra de Kosovo y el proceso de cooperación se suspendió en 1999. ¿Cómo definirá el nuevo Concepto Estratégico a Rusia y sus aliados? ¿Cuál será la postura del Gobierno de España? Hace pocos días tuvo lugar la conferencia sobre ayuda militar para Ucrania en Ramstein, Alemania, liderada por los Estados Unidos. La conferencia ha sido muy fructífera, pues en ella Alemania decido cambiar de posición, y a partir de ahora suministraría armas pesadas a Kiev. Enviara a Ucrania carros de combate Gepard, dotados con sistemas antiaéreos. La cuestión es ¿Por qué se ha organizado esta reunión al margen de la OTAN? ¿Fue ello debido a enfrentamientos internos? Y si fue así ¿Cómo van a afectar estos a la elaboración del nuevo Concepto Estratégico?
El pueblo español tiene un grave problema con sus elites dirigentes, pues en momentos determinantes de la historia suelen nadar a contracorriente. Por razones políticas España no participo en ninguna de las dos guerras mundiales, aunque pueda parecer un acierto, no lo fue. Ello retrasaría la integración de España en la esfera Occidental, la democratización y el desarrollo. Cuando las grandes potencias europeas eran democracias, España tenía como sistema político una dictadura militar. Por razones políticas España no estuvo ni en la creación de la ONU, ni de la Comunidad Económica Europa, hoy la Unión Europea, ni de la OTAN. ¿Cuál será la posición de España en la próxima cumbre de la OTAN? Seguramente el Concepto Estratégico que se apruebe en la próxima cumbre de la OTAN este lleno de bellos y grandes propósitos, pero vacío de contenido y redactado con un lenguaje confuso y lleno de ambigüedades. Independientemente de ello, la posición que adopte el Gobierno de España, que a lo mejor nunca se haga pública, será importante, pues contribuirá a definir la posición de España en la política internacional, lo que también afectara a la economía, a inversiones y relaciones comerciales.
En la actualidad, en España hay dos partidos que de forma
clara se han autodefinido contrarios
a la OTAN y prorrusos, Unidas Podemos y Vox. Curiosamente, ambos tienen como dirigentes a miembros de las
elites militares. Unidas
Podemos, hoy formando parte del Gobierno de Sánchez, es la representación en España del comunismo internacional,
liderado en la actualidad todavía desde Moscú.
Además, el exsecretario general de Podemos
y exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, antes de cortarse el pelo a
pocos meses de comenzar la invasión militar rusa de Ucrania, estaba en la nómina
del Gobierno de Irán, trabajando para Hispan TV. Vox, es la voz de los militares, son los herederos ideológicos
en España de los que provocaron la Segunda Guerra Mundial, nazismo y fascismo,
y aunque evitan posicionarse públicamente respecto a la OTAN, sus alianzas
europeas, por ejemplo, con el partido francés Reagrupamiento
Nacional de Le Pen, dejan claro cuál es su posición. ¿Cuál será la posición
del presidente Sánchez en la cumbre? ¿Compartirá el PSOE posicionamiento con
los comunistas de Unidas Podemos o se distanciara? Lo único claro es que no se
nos consultara a los humildes ciudadanos. La OTAN debería exigir al presidente
Sánchez que rompa la alianza con Unidas Podemos antes de comenzar la cumbre,
saliendo sus dirigentes del Gobierno, pero no lo hará, porque la propia OTAN
está dividida ideológicamente.
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