lunes, 24 de octubre de 2022

NUEVA MODELO DE DEMOCRACIA EN GRAN BRETAÑA: BARAJAR LAS CARTAS HASTA QUE GANE EL QUE SE DESEA.

 

Hace dos días nos daban la noticia de que el fascismo había resurgido en Italia con fuerza. Y la líder del principal partido fascista,  Giorgia Meloni, es hoy la primera ministra de Italia. Pronto han olvidado las elites europeas que el fascismo italiano, y su variante el nazismo, fueron los responsables de la dramática Segunda Guerra Mundial. Como ocurrido durante el pasado siglo, intereses políticos personales, dicho de forma coloquial, querer mantenerse el cargo al coste que sea, está favoreciendo que la política europea naturalice el crecimiento del fascismo, no se ha producido ni una mínima manifestación de rechazo desde las instituciones de la Unión Europea. Todo hace indicar que seguramente a partir de ahora se van a oír muchas frases del estilo “¿Ha resurgido el fascismo? No pasa nada, es lo que quieren los ciudadanos italianos, es el resultado de la democracia”. Como si ello fuera poco, hoy nos dan a conocer que la decadencia política ha llegado a una de las principales potencias y democracias europeas,  Reino Unido. Que una primera ministra, Liz Truss, dimita a los pocos días de ser nombrada, sin oponer la más mínima resistencia, justificándose ello en el hecho de que la nueva política fiscal que iba a aplicar hizo caer la libra, es poco creíble. Y sí, en cambio,  es muy creíble que poderes económicos internacionales hicieran caer la libra para intentar obligarla a dimitir. Por otro lado, todo este complejo e increíble  asunto y su rápida evolución,  conduce a sospechar que sectores de las elites dirigentes del Partido Conservador han forzado que una y otra vez se barajen las cartas, que una y otra vez gire la ruleta, hasta que  Rishi Sunak fue nombrado primer ministro.

 

Las elites dirigentes británicas impulsaron y organizaron el Brexit en el 2016, su salida de la Unión Europea, principalmente porque querían poder ejercer un mayor control de sus fronteras, reducir la entrada de una inmigración que consideran que amenaza no solo el acceso al trabajo y a ayudas sociales de muchos británicos sino su identidad nacional.  Desde entonces, han tenido un primer ministro de origen turco, Boris Johnson, que ha sobresalido por su extravagancia, pero no por los resultados de sus políticas. Y ahora nos dicen que van a nombrar como primer ministro a un ciudadano, muy listo, con elevada titulación y formación, muy rico, pero de origen indio, Rishi Sunak ¿Es una broma o acaso este tipo de personajes encaja más en la identidad británica que ciudadanos de Europa continental, de Suecia, Alemania, Francia, etc?

 

Más allá de su gusto por el dinero, el lujo, los clubs elitistas ingleses, y cosas así, resulta difícil saber que puede compartir Rishi Sunak con las elites del estirado Partido Conservador, pero en cambio lo han aceptado como su líder. La democracia es cara;  hacer buenas campañas electorales para ganar elecciones resulta cada vez más caro, si a ello unimos el hecho de que las familias políticas europeas llevan tiempo en decadencia, carente de idas políticas con las que movilizar a los ciudadanos, todo ello provoca que busquen  financiación donde sea y principalmente en muy ricas familias de elites extranjeras. Pero claro, una cosa es vender un equipo de futbol a una familia o grupo de inversión extranjero y otra muy distinta venderle el Gobierno del país. Con la globalización, que comenzó en el pasado siglo pero se hizo fuerte en este, Occidente no ha sabido exportar sus valores y principios, su visión de la política, sino que se ha dejado invadir por las ideas y personas de zonas culturales decadentes del mundo. La avaricia de las elites políticas, aceptando en los partidos políticos a quien sea si paga bien, unido a un elevado crecimiento del multiculturalismo están provocando la decadencia no solo económica sino también política de las democracias occidentales. En Estados Unidos, un tipo como Trump, cuyo equipo vino a Europa a apoyar a los herederos ideológicos de los que provocaron la Segunda Guerra Mundial, del fascismo y nacismo, y muchos de sus miembros han sido acusados por la justicia por tener vínculos ilegales con elites dirigentes rusas, ha sido presidente y sigue teniendo gran poder dentro del Partido Republicano; Reino Unido tuvo ayer un presidente de origen turco, Boris Johnson, el cual entre otras cosas nombro miembro de la Cámara de los Lores de Westminster a Evgeny Lebedev, un millonario hijo de un  espía del KGB. De donde habrán creído las elites del Partido Conservador que viene la fortuna de Lebedev más que de sus relaciones pasadas y presentes con el Gobierno ruso. Lógicamente, siendo tan amigos, habrá hecho importantes donaciones a sus campañas políticas. Y hoy el Partido Conservador ha decidido hacer primer ministro a una de las personas más ricas del país, Rishi Sunak, sin consultar ni al pueblo, ni a la militancia. Lógicamente Sunak y su millonario  entorno indio habrán hecho también grandes donaciones al Partido Conservador.

 

El Partido Conservador británico  ha barajado las cartas hasta que  Rishi Sunak, un ciudadano de origen asiático,  tuviera las mejores para ser primer ministro. Lógicamente, un Partido Laborista, que habiéndose producido los ataques terroristas del 7 de julio de 2005 en Londres, realizados por ciudadanos de origen pakistaní, hizo alcalde de Londres a Sadiq Khan, un ciudadano de origen paquistaní, no puede quejarse. El nombramiento Rishi Sunak, sin pasar por las urnas, también miembro del prestigioso y nada democrático club de la Cámara de los Lores de Westminster, buenas donaciones habrá hecho, pues otro merito no se le conoce,  es preocupante pues lleva a la pregunta de ¿Tenían las elites del  Partido Conservador contraída una deuda con Rishi Sunak, por ejemplo, por donaciones que se han hecho al partido, o a gente del partido, y han tenido que pagarla justo ahora o este nombramiento va en la línea de un mayor acercamiento de Reino Unido a países asiáticos? Independientemente de lo que haya favorecido el nombramiento de Rishi Sunak, está claro que no ha sido por su perfil político, pues ese mismo perfil ha sido rechazado hace menos de un mes, es inoportuno teniendo en cuenta la situación del Este de Europa, pues ello va a suponer un mayor acercamiento político entre Reino Unido y poderes económicos indios. Algo difícil de entender y conjugar, teniendo en cuenta que India está dando su apoyo a Rusia en la guerra de Ucrania y es indiscutible aliado de Rusia a través del bloque BRICS, y Reino Unido, hasta ahora, ha jugado un importante papel en el apoyo a Ucrania.  

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