miércoles, 22 de marzo de 2023

MOCIÓN DE CENSURA CONTRA SÁNCHEZ: HUELE A PODRIDO EN LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA.

Como era de prever, la segunda moción de censura presentada por Vox contra el presidente Sánchez, también ha fracasado. Ni siquiera presentando como candidato a presidente del Gobierno a un ex dirigente del Partido Comunista de España (PCE), Ramon Tamames, Vox ha logrado el apoyo de algún partido político distinto al suyo. No  ha recibido ni siquiera el apoyo de los que hoy en el Congreso de los Diputados se consideran los herederos ideológicos del PCE, como es el caso de Unidas Podemos, algo lógico, teniendo en cuenta que hoy gobiernan en coalición con el PSOE. En  España la gran mayoría de los dirigentes políticos son personas que han empezado a militar en un partido político antes de cumplir los 23 años, por tanto, que  Vox, un partido vinculado a los nuevos fascismos que han vuelto a crecer en Europa, con un gran número de elites militares entre sus dirigentes, teniendo así una estructura similar a la que en el pasado siglo tuvo el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán o a la que tuvo Amanecer Dorado, partido griego recientemente ilegalizado, haya puesto su confianza en un exdirigente comunista para que lidere su proyecto, puede parecer extraño, pero no lo es.  Fascismo y comunismo son dos ideologías que comparten además de un  enorme desprecio hacia la democracia liberal, fines y medios. En contra de lo que predijo  Francis Fukuyama en su libro El fin de la historia y el último hombre (1992), estas ideologías todavía  sobreviven enmascaradas bajo otras siglas, contaminando con sus ideas desde dentro los sistemas democráticos. Sus defensores son  partidarios, y siempre que han podido así lo han hecho, de establecer regímenes autoritarios de partido único, no dudando en recurrir para ello si es posible a la violencia. En el pasado siglo lo hicieron  en Alemania, en Italia, en la Unión Soviética y lo están haciendo hoy en países como Venezuela, Nicaragua, Cuba, etc ¿O que decir de Rusia y China?



 Cambiar de nombre, para seguir  defendiendo lo mismo, es una vieja táctica política. Se podrían citar numerosos ejemplos.

En el pasado siglo, en Francia, Italia y aquí en España, el comunismo invento el concepto de eurocomunismo para integrarse en los sistemas democráticos y a la vez poder seguir manteniendo vínculos con la Unión Soviética. O ejemplos más actuales, por ejemplo, Unidas Podemos, al igual que el Movimiento 5 Estrellas en Italia, el Bloque de Izquierda en Portugal o Francia Insumisa, son satélites del comunismo internacional, para constatarlo solo hay que ver cuáles son sus posicionamientos en política exterior, siempre alineados con Rusia y China. O Vox, claro heredero en España de aquellos que provocaron la Segunda Guerra Mundial, nacismo y fascismo. Alineado con  Hermanos de Italia, La Liga, Agrupación Nacional, partidos europeos con una clara ideología fascista. Y es que lo importante no son las siglas, sino las ideas que defiendes. En Rusia hoy gobierna Rusia Unida, un partido que se autodefine muchas cosas, conservador, nacionalista, etc, todo menos comunista, pero su ideología y forma de gobernar es muy similar a la del Partido Comunista de la Unión Soviética, volviendo a recurrir a la  Doctrina Brézhnev para imponer por la fuerza sus ideas políticas en Ucrania y enfrentado ideológicamente al bloque occidental. No es de extrañar que Tamames, que perteneció a un partido que utilizo el paraguas del eurocomunismo para aceptar la democracia en España a la vez que seguía vinculado al comunismo soviético, hoy haya apelado a que no se utilice  el concepto fascista, y califiquemos a Vox de cosas como  neoconservador. El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha presentado a Tamames como un candidato de acreditada independencia, pero esta se ha desmoronado cuando, al igual que hizo durante su pasado de dirigente del PCE e Izquierda Unida, se ha alineado con Rusia, afirmando que  los  Estados Unidos  han traído la guerra a Ucrania.

 

Cuando un equipo de futbol decide recurrir a fichar a un jugador de otro equipo suele ser porque considera que este aportara cosas, cualidades que no tienen los de la cantera. Más allá de un tono muy moderado, Tamames ha aportado poco a la moción de censura. No ha hablado de ningún problema que no conociera ya la opinión pública y para ninguno de ellos ha propuesto de forma clara una solución. Ha dicho que hay inseguridad jurídica, cierto ¿Pero que propone Vox para solucionarlo? Tamames no lo ha dicho, porque tal vez, lo que habría que hacer para solucionarlo es sacar a los jueces afines a Vox del Poder Judicial. La participación de Tamames solo ha servido para escenificar, algo por otro lado ya muy conocido, pactos ocultos entre el comunismo español y grupos de la derecha monárquica. Pactos ocultos que se materializan, por ejemplo, en el hecho de que el Grupo Planeta, históricamente monárquico y vinculado a la Conferencia Episcopal Española, tenga una cadena de televisión como La Sexta, un claro instrumento de propaganda comunista. Pacto ya escenificado con la famosa pinza Aznar-Anguita y que, seguramente, tiene su origen en la extraña legalización por el expresidente Adolfo Suarez del Partido Comunista de España en plena Guerra Fría. No debemos de ignorar que Adolfo Suarez se oponía a la entrada de España en la OTAN. Coqueteos entre comunistas y sectores ideológicos de derechas que también se han dado de forma clara en otras democracias occidentales. En el 2018, el Movimiento 5 Estrellas cerro una coalición con La Liga, haciendo primer ministro a Giuseppe Conte, otro supuesto independiente, gobernando en coalición comunistas y fascistas hasta el 2021. Lo que seguramente ha favorecido que hoy Italia esté en manos del Gobierno fascista de Meloni.

 

Las elites militares, sin duda monárquicas, que tienen una elevada representación en Vox, han metido a un general Julio Rodríguez, ex -JEMAD, como dirigente entre los comunistas, hoy Unidas Podemos, y estos han presentado como candidato de la moción de censura de Vox a un exdirigente comunista, Ramón Tamames, primero  del Partido Comunista de España y luego de Izquierda Unida, partidos a los que ha estado vinculada  la vicepresidenta Yolanda Díaz. Todo ello lleva a pensar que con la moción de censura se le está dando luz a ocultos pactos entre sectores de la extrema derecha monárquica española y los comunistas. La evolución ideológica de Tamames, pasando de un extremo al otro del espectro ideológico, puede ser poco frecuente, pero no es extraña. Sin duda, es muy parecida a la evolución ideológica de Vladímir Putin, que de ser un espía del KGB soviético, de alto nivel pues estaba autorizado para actuar en la República Federal de Alemania, ha pasado a tener aliados políticos entre las elites de la derecha europea, por ejemplo, el ex primer ministro italiano, Silvio  Berlusconi. La Transición política de la dictadura militar a la democracia tuvo lugar, principalmente, porque conto con un apoyo mayoritario dentro del viejo régimen, del conocido como franquismo, especialmente de las elites militares, que querían por encima de todo que España se integrará en el club de las democracias occidentales, entrando a formar parte de  CEE, OTAN, etc. La moción de censura de fascistas, Vox, no ignoremos que una clara escisión del PP y además con un elevado número de dirigentes que provienen de las elites militares, y unos comunistas representados por Tamames, representa una involución ideológica, un intento de llevar a España, como mínimo ideológicamente, a antes del 75. Queda constatado, la política española está totalmente podrida. Como durante la Segunda Guerra Mundial, es difícil saber que es peor, si los vínculos fascistas de Vox o los comunistas de Tamames.

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