Como era de prever, la segunda moción de censura presentada por Vox
contra el presidente Sánchez, también ha fracasado. Ni siquiera presentando
como candidato a presidente del Gobierno a un ex dirigente del Partido
Comunista de España (PCE), Ramon Tamames, Vox ha logrado el apoyo de algún
partido político distinto al suyo. No ha
recibido ni siquiera el apoyo de los que hoy en el Congreso de los Diputados se
consideran los herederos ideológicos del PCE, como es el caso de Unidas
Podemos, algo lógico, teniendo en cuenta que hoy gobiernan en coalición con el
PSOE. En España la gran mayoría de los
dirigentes políticos son personas que han empezado a militar en un partido
político antes de cumplir los 23 años, por tanto, que Vox, un partido vinculado a los nuevos
fascismos que han vuelto a crecer en Europa, con un gran número de elites
militares entre sus dirigentes, teniendo así una estructura similar a la que en
el pasado siglo tuvo el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán o a la que
tuvo Amanecer Dorado, partido griego recientemente
ilegalizado, haya puesto su confianza en un exdirigente comunista para que
lidere su proyecto, puede parecer extraño, pero no lo es. Fascismo y comunismo son dos ideologías que
comparten además de un enorme desprecio
hacia la democracia liberal, fines y medios. En contra de lo que predijo Francis Fukuyama en su libro El fin de la
historia y el último hombre (1992), estas ideologías todavía sobreviven enmascaradas bajo otras siglas,
contaminando con sus ideas desde dentro los sistemas democráticos. Sus
defensores son partidarios, y siempre
que han podido así lo han hecho, de establecer regímenes autoritarios de
partido único, no dudando en recurrir para ello si es posible a la violencia.
En el pasado siglo lo hicieron en
Alemania, en Italia, en la Unión Soviética y lo están haciendo hoy en países
como Venezuela, Nicaragua, Cuba, etc ¿O que decir de Rusia y China?
En el pasado siglo, en Francia, Italia y aquí en España, el
comunismo invento el concepto de eurocomunismo para integrarse en los sistemas
democráticos y a la vez poder seguir manteniendo vínculos con la Unión
Soviética. O ejemplos más actuales, por ejemplo, Unidas Podemos, al igual que
el Movimiento 5 Estrellas en Italia, el Bloque de Izquierda en Portugal o
Francia Insumisa, son satélites del comunismo internacional, para constatarlo
solo hay que ver cuáles son sus posicionamientos en política exterior, siempre
alineados con Rusia y China. O Vox, claro heredero en España de aquellos que
provocaron la Segunda Guerra Mundial, nacismo y fascismo. Alineado con Hermanos de Italia, La Liga, Agrupación Nacional,
partidos europeos con una clara ideología fascista. Y es que lo importante no
son las siglas, sino las ideas que defiendes. En Rusia hoy gobierna Rusia
Unida, un partido que se autodefine muchas cosas, conservador, nacionalista,
etc, todo menos comunista, pero su ideología y forma de gobernar es muy similar
a la del Partido Comunista de la Unión Soviética, volviendo a recurrir a
la Doctrina Brézhnev para imponer por la
fuerza sus ideas políticas en Ucrania y enfrentado ideológicamente al bloque occidental.
No es de extrañar que Tamames, que perteneció a un partido que utilizo el
paraguas del eurocomunismo para aceptar la democracia en España a la vez que
seguía vinculado al comunismo soviético, hoy haya apelado a que no se
utilice el concepto fascista, y
califiquemos a Vox de cosas como
neoconservador. El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha presentado a
Tamames como un candidato de acreditada independencia, pero esta se ha
desmoronado cuando, al igual que hizo durante su pasado de dirigente del PCE e
Izquierda Unida, se ha alineado con Rusia, afirmando que los
Estados Unidos han traído la
guerra a Ucrania.
Cuando un equipo de futbol decide recurrir a fichar a un
jugador de otro equipo suele ser porque considera que este aportara cosas,
cualidades que no tienen los de la cantera. Más allá de un tono muy moderado,
Tamames ha aportado poco a la moción de censura. No ha hablado de ningún
problema que no conociera ya la opinión pública y para ninguno de ellos ha
propuesto de forma clara una solución. Ha dicho que hay inseguridad jurídica,
cierto ¿Pero que propone Vox para solucionarlo? Tamames no lo ha dicho, porque
tal vez, lo que habría que hacer para solucionarlo es sacar a los jueces afines
a Vox del Poder Judicial. La participación de Tamames solo ha servido para
escenificar, algo por otro lado ya muy conocido, pactos ocultos entre el
comunismo español y grupos de la derecha monárquica. Pactos ocultos que se
materializan, por ejemplo, en el hecho de que el Grupo Planeta, históricamente
monárquico y vinculado a la Conferencia Episcopal Española, tenga una cadena de
televisión como La Sexta, un claro instrumento de propaganda comunista. Pacto
ya escenificado con la famosa pinza Aznar-Anguita y que, seguramente, tiene su
origen en la extraña legalización por el expresidente Adolfo Suarez del Partido
Comunista de España en plena Guerra Fría. No debemos de ignorar que Adolfo
Suarez se oponía a la entrada de España en la OTAN. Coqueteos entre comunistas
y sectores ideológicos de derechas que también se han dado de forma clara en
otras democracias occidentales. En el 2018, el Movimiento 5 Estrellas cerro una
coalición con La Liga, haciendo primer ministro a Giuseppe Conte, otro supuesto independiente,
gobernando en coalición comunistas y fascistas hasta el 2021. Lo que
seguramente ha favorecido que hoy Italia esté en manos del Gobierno fascista de
Meloni.
Las elites militares, sin duda monárquicas, que tienen una elevada representación en Vox, han metido a un general Julio Rodríguez, ex -JEMAD, como dirigente entre los comunistas, hoy Unidas Podemos, y estos han presentado como candidato de la moción de censura de Vox a un exdirigente comunista, Ramón Tamames, primero del Partido Comunista de España y luego de Izquierda Unida, partidos a los que ha estado vinculada la vicepresidenta Yolanda Díaz. Todo ello lleva a pensar que con la moción de censura se le está dando luz a ocultos pactos entre sectores de la extrema derecha monárquica española y los comunistas. La evolución ideológica de Tamames, pasando de un extremo al otro del espectro ideológico, puede ser poco frecuente, pero no es extraña. Sin duda, es muy parecida a la evolución ideológica de Vladímir Putin, que de ser un espía del KGB soviético, de alto nivel pues estaba autorizado para actuar en la República Federal de Alemania, ha pasado a tener aliados políticos entre las elites de la derecha europea, por ejemplo, el ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. La Transición política de la dictadura militar a la democracia tuvo lugar, principalmente, porque conto con un apoyo mayoritario dentro del viejo régimen, del conocido como franquismo, especialmente de las elites militares, que querían por encima de todo que España se integrará en el club de las democracias occidentales, entrando a formar parte de CEE, OTAN, etc. La moción de censura de fascistas, Vox, no ignoremos que una clara escisión del PP y además con un elevado número de dirigentes que provienen de las elites militares, y unos comunistas representados por Tamames, representa una involución ideológica, un intento de llevar a España, como mínimo ideológicamente, a antes del 75. Queda constatado, la política española está totalmente podrida. Como durante la Segunda Guerra Mundial, es difícil saber que es peor, si los vínculos fascistas de Vox o los comunistas de Tamames.
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