miércoles, 26 de marzo de 2025

EL REARME DE LA UE DEVUELVE EL DEBATE POLÍTICO A LOS 80 DEL PASADO SIGLO

 

La exigencia de la Unión Europea (UE) a los Estados miembros de incrementar las capacidades militares y el gasto de Defensa ha devuelto el debate político español a principios de los 80 del pasado siglo, cuando se discutía sobre si España debía alinearse con la OTAN o no. En línea con el discurso que es emite desde la UE, hoy en el Congreso de los Diputados el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha justificado la necesidad de incrementar el gasto en defensa por  tres razones: Compromisos con sus socios europeos, contraídos en el seno de la  UE y OTAN; la amenaza del imperialismo ruso y el hasta ahora solo  discurso del Gobierno de los Estados Unidos de desentenderse de la defensa de las democracias europeas, y digo solo discurso, porque por el momento la Administración Trump no ha cerrado ninguna de las bases militares estadounidenses en territorio europeo.  


Seguramente, porque sabia que su discurso era seguido con mucha atención desde Bruselas, el presidente Sánchez se ha comprometido a incrementar el gasto de Defensa hasta el 2% del PIB  antes de lo previsto, que era para el 2029, pero no ha concretado ni cuánto, ni en que plazos, ni como lo financiara y, lo que es lo más importante, para gastar en qué. 

Aunque sea muy difícil, por no decir imposible, que en tiempos de paz el Gobierno de España pueda mantener oculto al enemigo cosas como  el  organigrama y las capacidades militares de las Fuerzas Armadas, el presidente Sánchez cree que debe ocultárselo a la humilde opinión pública española. El presidente Sánchez tiene fe, bueno, a lo mejor la palabra fe no es la adecuada, confía en que su petición a la Unión Europea de que se cree un sistema de financiación para gastar en armamento similar al de la pandemia covid19, los denominados  fondos Next Generation, sea aceptada y  permita que el Gobierno no tenga que incrementar los impuestos ni realizar recortes en servicios públicos y políticas sociales. Según Sánchez, la economía española va muy bien, mejor que nunca, crece más que la media de la UE, etc, pero España necesita un nuevo rescate, similar al de la banca o al de la pandemia, es decir, fondos europeos para incrementar sus capacidades militares. Sin duda, un razonamiento contradictorio que no se sabe todavía si será entendido en la UE.

Parece evidente, que los daños de un ataque militar tradicional siempre serán mucho peores que los de un ciberataque; por ejemplo, que un hacker logre una interrupción temporal del funcionamiento de la red eléctrica siempre será menor a que esta sea bombardeada, pero parece ser que el presidente Sánchez no lo ve así, y considera que España debe priorizar la seguridad frente a ciberataques en decremento de la defensa contra ataques militares tradicionales. O lo cree así o sus socios de Sumar le han convencido para que piense que la amenaza de Rusia y sus aliados no va con España. Sea por la razón que sea el presidente Sánchez en reiteradas ocasiones ha dejado claro en su discurso, hoy también, que quiere priorizar el gasto en seguridad frente a ciberataques y en formación de personal frente a lo que recomienda a UE en el Libro Blanco de la Defensa, compra de sistemas de misiles, aviones militares, drones de uso militar, municiones, etc.  

El presidente Sánchez es como ese marido al que el padre de su mujer le paga las facturas y se ve obligado a aceptar que esta tenga un amante. Sánchez considera que Rusia es una amenaza, está a favor del rearme de la UE y la permanencia en la OTAN, pero gobierna con un partido político de ideología comunista y prorruso, Sumar, que defiende todo lo contrario.

No aceptar que el no a la permanecía de España en la OTAN en el referéndum de marzo de 1986 fue un error, es no aceptar la realidad. En primer lugar, porque todos los Estados europeos que fueron obligados a pertenecer al Pacto de Varsovia por la Unión Soviética, al disolverse, se integraron en la OTAN. En segundo lugar, porque la OTAN desde que existe no ha atacado a ningún país, interviniendo únicamente en tres ocasiones, en la Operación Deny Flight (1993) y la Operación Fuerza Deliberada (1999) en las guerras de los Balcanes, para evitar limpieza étnica del Ejercito de Belgrado,  y en la guerra de Afganistán formando parte de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad. Afirmar que la OTAN ha sido y es una organización militar ofensiva, como mantienen partidos de ideología comunista y prorrusos, Sumar, Podemos, etc, es una completa falacia. En línea con la histórica posición del comunismo español, Sumar, que gobierna en coalición con el PSOE, ha dejado claro que se opone a todo tipo de incremento del gasto militar, argumentando que no es necesario porque la UE en su conjunto gasta más en defensa que Rusia y sus aliados juntos. Otra falacia, porque es cierto que la UE gasta más, pero solo Rusia es muy superior en  capacidades militares a la UE.

 

Al igual que durante la pandémica del covid19 hablaba de que avanzábamos hacia una nueva normalidad, un nuevo tipo de sociedad, gracias a dios y los laboratorio que sacaron de forma rápida una vacuna contra el covid19, no ha sido así, ahora Sánchez habla de que el mundo avanza hacia un nuevo orden, no sabe como será, con que valores e ideología, pero se lo imagina con una Unión Europea que tendrá una Agencia de Defensa Europea totalmente independiente de los Estados Unidos. La imaginación es así, nos permite negar la realidad, la dura realidad de que después de varios intentos las democracias europeas no han logrado  construir una defensa colectiva fuera de la OTAN, tal vez, por eso próximamente el presidente Sánchez viajara a la República Popular China buscando algún tipo de alianza alternativa, como la que le permite gobernar con los comunistas anti NATO, a la vez que España sigue perteneciendo a esa organización militar.

 

No hay comentarios: