España es hoy un país, utilizando un símil médico, que
sufre una fuerte artrosis provocada por las elites dirigentes, en concreto, a
partir del 96 con la llegada al poder del ex presidente Aznar, luego siguió
incrementandose con el expresidente Zapatero, siendo percibida de forma clara
por la sociedad a partir del 2008, cuando estallo la denomina crisis económico-financiera
mundial. Artrosis que afecta a instituciones y todo tipo de organizaciones políticas,
sindicales, económicas, etc., provocando inmovilismo, ineficacia, y retrasando,
o incluso muchas veces impidiendo, la toma de decisiones para dar solución a
problemas internos, de dichos entes, del país o de los ciudadanos. Lógicamente
no es algo único de España, todo lo contrario, es una enfermedad que se ha
permitido y favorecido que se extendiera por todo lo que se conoce como el
Mundo occidental, afectando a la toma de decisiones, anulando la determinación de los gobernantes a la hora de afrontar
importantes problemas, cito tres ejemplos de actualidad, y sobradamente conocidos: La
crisis de Grecia, el asunto del denominado Estado Islámico, y el acuerdo
nuclear con Irán.
El inmovilismo, la ineficacia e incapacidad para dar solución
a los problemas de los ciudadanos en tiempo oportuno, están generando en la
sociedad española un fuerte sentimiento de descontento y desafección política, lo que ha sido utilizado de forma muy hábil por diferentes sectores políticos
para poner de moda el eslogan de que la sociedad española necesita un cambio, y
así imponer relevos generacionales al frente de las organizaciones políticas y,
o intentar canalizar el voto de los ciudadanos hacia formaciones políticas de
nueva creación, que defienden ideologías retrogradas o que no tienen ideología,
y que lo único que ofrecen a la sociedad es cambio, pero no dicen que cambio, pero
no dicen de forma clara de que, ni de quien, ni que objetivos intentan alcanzar
con el mismo.
En la sociedad española se ha generado una psicosis a favor
del cambio. Es necesario cambiar, a cualquier precio, y en ese sentido, ya
desde la época de Zapatero, ya desde la época que empezó a tener poder lo que
se denominó la generación 2000, se están adoptando decisiones para llevar a
cabo reformas sin considerar ni valorar los efectos que producen, sus consecuencias,
consecuencias que hasta ahora han sido todas negativas. Cambiar por cambiar,
reformar, como proponen los denominados partidos emergentes Podemos y
Ciudadanos o incluso nuevas generaciones de antiguos partidos como el Partido
Popular y el PSOE, no tiene sentido. Defender reformas que van a provocar empobrecimiento
de la sociedad, la bajada de salarios y la pérdida de poder adquisitivo de
trabajadores por cuenta ajena, de funcionarios y de pensionistas. Defender
reformas que van a provocar la destrucción de empleo y el incremento del paro.
Defender reformas que van a generar inestabilidad política, inseguridad
ciudadana y conflictividad social, como hasta ahora ha ocurrido, no es sensato,
y a pesar de ello está siendo defendido por importantes sectores de las elites
dirigentes españoles, por ejemplo por aquellos que están apoyando y favoreciendo
el crecimiento de los dos nuevos partidos políticos Podemos y Ciudadanos. Y
cito también a Ciudadanos, no porque ideológicamente sea peligroso como si lo
es Podemos, sino porque de cumplirse las
últimas encuestas sobre intención de voto, si no obtiene los suficientes votos para
que con su apoyo el ganador, PP o PSOE, pueda gobernar, con su crecimiento únicamente favorecerá que
en las próximas elecciones generales surja un gobierno de coalición PSOE-Podemos.
En España hay una elevada psicosis política a favor del
cambio. En el debate sobre la crisis griega que tuvo lugar en el Parlamento Europeo el pasado
8 de Julio, el eurodiputado Pablo Iglesias, no pudo resistirse a decir, cito
textualmente, “2015 es el año del cambio”. Y tal vez lo sea, tal vez en el 2015 Grecia salga de la UE, o Europa pase
de un tiempo de paz a otro de guerra, o comience otra nueva Guerra Fría declarada
contra el comunismo, o incluso puede ser que el cambio sea únicamente que Pablo
Iglesias se corte la coleta. Pero no es una psicosis que afecte únicamente a
dirigentes de Podemos, y de otras fuerzas políticas de la izquierda, también
está afectando a la derecha española. De tal forma que el Partido Popular ha
realizado el último fin de semana una Conferencia Política para hacer propaganda
de su gran cambio particular, en este caso, del cambio de logotipo.
La artrosis que padece España y que insensatamente han
provocado sectores de las elites dirigentes, y su principal consecuencia, la
psicosis a favor del cambio, está siendo aprovechado también por las nuevas
generaciones del PP para imponer sus ideas y ocurrencias, como por ejemplo la
de cambiar el logotipo. Cambio de logotipo que no sé a qué obedece, que puede
ser fruto de una ocurrencia, pero que más bien parece el resultado de un
proceso de marketing político destinado a enviar algún tipo de mensaje implícito,
subliminal, lo que me lleva a hacerme las dos siguientes preguntas: ¿Qué mensaje
desean enviarlos los actuales dirigentes del PP? y ¿Quiénes, que sectores
sociales, comprenden el mensaje que están enviando? Un círculo puede tener
muchos significados, este dependerá fundamentalmente del contexto. Puede
significar protección de lo que hay en el interior del círculo, o todo lo
contrario, aislamiento, en este caso aislamiento de lo que para los dirigentes
del PP signifiquen las dos “P”. Un círculo también puede significar que algo se
ha completado integrando la última parte, lo que lleva a preguntarse ¿Qué? ¿Qué
circulo se ha completado y con la integración de que parte? Tal vez, han
querido simplemente enviar a la sociedad su afinidad con Podemos, transmitiendo
que en el PP también hay un circulo de toma de decisiones compartidas, frente a
los numerosos círculos que hay en Podemos. Puras especulaciones, cuya respuesta
acertada solo tienen aquellos que dejándose
llevar por la psicosis del cambio han diseñado y elegido el logotipo, pero que
seguro que acontecimientos futuros nos ayudaran a comprender mejor.
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