La Real Academia de la Lengua Española define geopolítica como la ciencia
que pretende fundar la política nacional e internacional en el estudio sistemático
de los factores geográficos, económicos, nacionales, culturales y religiosos.
Otra definición de geopolítica que me gusta más es la de “La geopolítica es una
ciencia que se ocupa del estudio de la causalidad espacial de sucesos políticos
y de los próximos o futuros efectos de los mismos. Para mí, la geopolítica ayuda
a entender las decisiones políticas tomadas por actores nacionales en función de
las causas y consecuencias internacionales. En el pasado, el estudio, el análisis
e incluso el simple conocimiento de las decisiones adoptadas en el ámbito de la
geopolítica estaban limitados a un reducido número de personas, gobernantes,
personas relacionadas con ministerios
como el de Exteriores y Defensa, o periodistas y analistas con capacidad para ejercer su trabajo fuera de sus fronteras. En
el mejor de los casos, dichas decisiones, geopolíticas, eran conocidas por la
sociedad a toro pasado, de forma histórica, cuando las sociedades incluso democráticas
ya no podían ejercer ninguna acción sobre las mismas. En la era digital el
conocimiento de la geopolítica también ha cambiado. La globalización económica,
el uso masivo de Internet, un mayor control social y de los medios de comunicación
sobre la gestión política, y una mayor transparencia política, han hecho que la
geopolítica se haya popularizado en nuestra época, es decir, hoy cualquier
persona puede acceder a información para poder informarse, hablar y opinar
sobre temas geopolíticos actuales.
Si desde una perspectiva geopolítica
analizamos lo que está pasando hoy, mirando hacia arriba, fijándonos únicamente
en las grandes decisiones políticas, constatamos que en Occidente vivimos una época que se caracteriza porque nuestros
gobernantes suelen buscar con sus
decisiones crear un falso ambiente de normalidad, de éxito y de distensión. ¿Por
qué? ¿Qué objetivos persiguen? ¿Únicamente desean aguantar en su cargo lo máximo
posible sin tomar decisiones difíciles o desean también crear un ambiente
favorable a algo? No lo sé, lo que está claro es que dicha moda geopolítica,
que también condiciona la política nacional española, está conduciendo a que se
tomen decisiones políticas que no resuelven importantes problemas, algo fácilmente
constatable una vez que se valoran los resultados de decisiones adoptadas.
Occidente está pasando una época en la que muchos de sus actuales gobernantes
desean crear un falso ambiente de normalidad, éxito y distensión. Distensión con
aquellos que de forma clara deben ser definidos como el enemigo. Para ello, de forma
sistemática se adoptan decisiones en función de dos tipos de políticas: Una, lograr
acuerdos a cualquier precio, sin valorar sus consecuencias ni idoneidad. Dos,
la conocida política de apaciguamiento, es decir, ceder ante las presiones del
enemigo para satisfacerle, y retrasar así entrar en decisiones más complicadas.
En las últimas semanas, no sé si de forma casual o premeditada, en dicha línea se
han adoptado dos importantes decisiones de ámbito geopolítico: El denominado
tercer rescate a Grecia y el acuerdo nuclear con la Republica Islamica de Irán.
Según informaciones echas públicas,
en Junio del 2015 la UE, y en concreto los líderes de la Euro Zona, ante la
nefasta situación de la economía griega, le hicieron al Gobierno griego una
propuesta que consistía en un préstamo de hasta 15.500 millones de euros, condicionada a un
plan de ajustes y reformas. El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, no la
acepto, y convoco un referéndum sobre dicha propuesta (5 de Julio). Al que el
pueblo Griego voto, mayoritariamente, “no”. A pesar de que numerosos dirigentes
de la UE dijeron que un no del pueblo griego supondría la salida de Grecia de
la UE, las negociaciones entre el actual Gobierno griego y los 18 restantes gobiernos de la Zona Euro continuaron. La
Troyka, es decir, Consejo Europeo, FMI, y BCE, llegaron entonces a un nuevo
acuerdo con el primer ministro Tsipras.
Los datos del acuerdo para el tercer rescate a Grecia todavía
no están claros. Lo llamativo es que muchos dirigentes europeos lo celebraron
transmitiendo a los medios de comunicación el mensaje de “Agreement” ¿Qué acuerdo?
Según dichos líderes no importaba, lo importante era haber alcanzado un acuerdo.
Un acuerdo que según parece costara a la
UE entre 82.000 y 86.000 millones de
euros, préstamo condicionado a la aceptación de un duro plan de reformas y ajustes: Reducción de
pensiones, subida del algunos tipos del IVA, privatizar el operador de redes de
electricidad, creación de un fondo con sede en Luxemburgo con activos griegos
para privatizar, por valor de 50.000 millones de euros, etc., etc., etc. Un
acuerdo con aparentes duras condiciones que el primer ministro Tsipras no
aceptaba antes del referéndum y ahora si acepta. Situación irracional e ilógica
que abre una serie de incógnitas ¿Por qué Tsipras dice ahora si a lo que antes decía
no? ¿Ha sido todo una pantomima, y ya estaba decidido el tercer rescate antes
del referéndum? Entonces, ¿Para qué convoco el referéndum? Para decidir sobre
que, quien lo conoce ¿Solo las elites políticas griegas, toda la sociedad? Es
evidente que dentro del Eurogrupo hay ocultas negociaciones y ocultos intereses,
y el deseo de crear un falso ambiente de normalidad, éxito y distensión. En mi opinión
si el tercer rescate se consolida supondrá
un éxito del primer ministro Tsipras, un éxito del comunismo internacional frente
a la UE, dando la impresión de que Tsipras acepta las nuevas condiciones del
préstamo porque sabe que no las va a cumplir. Lo cual conduce a la pregunta de ¿Por
qué la actual UE quiere hoy que se fortalezca en su interior su histórico y principal
enemigo ideológico, el comunismo internacional, representado en Grecia por
Syriza, y en España por Podemos?
El triunfo de Syriza, logrando ahora gobernar gracias al apoyo de
otras fuerzas políticas griegas, entre otras cosas para aprobar el plan de
reformas y ajustes que impone la UE, será también muy malo para España, pues contribuirá
a fortalecer a Podemos, al crear en la
UE un ambiente propicio a que otras
fuerzas, en concreto el PSOE, puedan formar un gobierno de coalición con
Podemos. La desunión, real o aparente, no lo sé, entre los diferentes grupos de ideología comunista
que componen Syriza, puede llegar a provocar el anecdótico hecho de que las próximas
elecciones generales en España coincidan con unas nuevas elecciones en Grecia.
¿Irán? El acuerdo nuclear con
Irán dicen que representa el triunfo de la diplomacia, tal vez, aunque más bien
parece otro claro ejemplo del deseo de muchos gobernantes de Occidente de crear un falso ambiente de éxito y
distensión. ¿Qué es mejor un mal acuerdo o un no acuerdo? Es un dilema que se
da a veces en las negociaciones, y cuya elección depende únicamente de la
personalidad de negociador. Pero en este caso un mal acuerdo es de forma clara
la peor elección, cito tres razones. Primera, según los expertos Irán desea desarrollar
su industria nuclear principalmente con fines militares. Segunda, no hay
confianza. El presidente Obama ha dicho que no hay confianza en Irán, lo que
quiere decir que Irán no tiene nada que perder con la ruptura del acuerdo, y
por tanto si la verificación fracasa, el mundo se puede despertar un día con el
anuncio de que los ayatolas tienen armas nucleares. Tercera, el acuerdo entre
el Gobierno de Irán y los miembros con derecho a veto del Consejo de Seguridad,
incrementara el poder de Irán,
independientemente de que decida o no fabricar armas nucleares, y no parece muy
inteligente que la comunidad internacional permita que un país cuyo líder supremo, Ali Jamenei, es
jaleado con frases como ¡Muerte a América! ¡Muerte a Israel! se haga
militarmente más fuerte, algo que como mínimo aumentara los conflictos armados
en la zona.
El Premio Nobel de la PAZ,
Barack Obama, durante los casi 7 años que lleva gobernando los EEUU, no ha
tenido un solo éxito en su política exterior. Todas las decisiones que ha
tomado han contribuido a generar inseguridad e inestabilidad en la esfera
internacional, han contribuido a generar nuevos conflictos y, o intensificar
los que ya había. Es evidente que Obama es partidario de mantener una política de
apaciguamiento con países que recurren a la amenaza para influir en la política
internacional. En mi opinión acierta el primer ministro de Israel, Benjamin
Netanyahu, cuando califica el acuerdo de error histórico mundial. Si el acuerdo
con Irán es aprobado por el Congreso de los Estados Unidos, todo hace pensar
que dicho acuerdo será histórico, pasara a la historia por las negativas consecuencias que provocara.
Respecto al acuerdo con Irán,
y ya desde una perspectiva puramente europea, hay dos hechos que me han llamado
la atención y que me parecen relevantes. Primero, la irrelevancia de la UE en
las negociaciones. La UE no tiene una política exterior común, y menos todavía una
política de defensa común fuera de la NATO, ello ha provocado que la
responsable de la política exterior de la UE, Federica Mogherini, participara en las negociaciones como
secretaria coordinadora, eso sí, cerrado el acuerdo se ha apresurado en
transmitir el mensaje de “Agreement”, otra vez lo importante no ha sido el
contenido del acuerdo sino que haya acuerdo. Segundo, el Gobierno de Rajoy, del
PP, se ha apresurado en enviar a Irán al
ministro de Asuntos Exteriores, Garcia-Margallo, para negociar no sabemos que
en un contexto internacional de abundancia de petróleo y bajos precios, algo insólito,
teniendo en cuenta que Irán está contribuyendo a que el comunismo internacional
incremente su poder en España a través de la financiación del nuevo partido político
Podemos. La geopolítica lo relaciona todo buscando causas y efectos y acaba
también dando una explicación para todo. El arabismo que imperaba en
España en los primeros años de la transición, del que era partidario el
expresidente Suarez, sigue hoy teniendo mucha influencia en España, tanto como
para que un partido político de ideología comunista como Podemos, financiado
por Irán, tenga un fuerte apoyo mediático de medios de comunicación afines a la
derecha burguesa española.
En Occidente vivimos una época que se caracteriza porque
muchos gobernantes quieren crear con sus decisiones un falso ambiente de
normalidad, de éxito y de distensión, lográndolo mediante acuerdos a cualquier
precio y mediante una política de apaciguamiento. ¿Con que fin?, no lo sé, pero
tal vez sectores de la comunidad internacional buscan crear una ambiente de
debilidad de Occidente como el de
principio de siglo, y que acabo en incidentes como el del 11S, para de esa forma dar animo a quienes desean
atacar a las pacificas sociedades occidentales. Tal vez, con el acuerdo nuclear
Obama le esté regalando al Gobierno de Irán
una baraja nueva, que todavía no sabemos quién decidirá abrir.
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