El presidente Obama ha anunciado que el próximo 20 de Julio
Estados Unidos volverá a abrir su embajada en La Habana. Estados Unidos rompió relaciones
diplomáticas con Cuba hace 54 años, como consecuencia de las tensiones
generadas por la Guerra Fría. Desde entonces en Cuba no ha cambiado nada políticamente
hablando, Cuba hoy, igual que entonces, es un país gobernado por una dictadura
militar de ideología comunista. A pesar de ello el presidente Obama ha decidido
restablecer relaciones diplomáticas con ese país sin exigir concesiones políticas.
El cambio de posición de la Casa Blanca, que no del Congreso estadounidense,
respecto a la dictadura comunista cubana, no tiene justificación posible, ni política,
ni moral, obedece únicamente a ocultos intereses. Intereses electorales,
principalmente, del voto hispano, e intereses fruto de los vínculos entre las
actuales y ricas elites comunistas y elites dirigentes estadounidenses. La decisión
del presidente Obama representa una clara traición a todos los presidentes que
le han precedido desde Eisenhower, y que decidieron utilizar el bloqueo físico y
diplomático a Cuba como un instrumento no violento para hacer caer la dictadura
comunista y promocionar la democracia en ese país.
Teniendo en cuenta las actuales tensiones que hay entre
Estados Unidos y países como la Federación Rusa y Venezuela, muy afines al régimen comunista
cubano, es evidente que el cambio de actitud de la Casa Blanca respecto a Cuba
no es consecuencia de negociaciones recientes, de los últimos años, sino que se
viene cociendo desde hace tiempo, incluso conduce a pensar que tal vez le
dieron el Premio Nobel de la Paz a Obama porque conocían cual iba a ser su
postura respecto al comunismo internacional y en concreto respecto la Dictadura Comunista Cubana.
El actual presidente de Cuba, Raúl Castro, ya supera los
80, lo lógico es que por razones biológicas no pueda ejercer de presidente durante
muchos años. ¿Para qué entonces tanta prisa? Lo lógico es que la Casa Blanca
esperara a que ocurre cuando Raúl Castro tenga que retirarse, y ver si se
convocan elecciones libres y plurales o sigue la dictadura comunista. Pero no,
la Administración Obama tiene prisa. En mi opinión la prisa de Obama se debe a
dos claras razones. Primera, en los Estados Unidos, al igual que en otros países
occidentales, se están produciendo
representativos cambios demográficos, con capacidad para influir en los
procesos electorales, los cuales están
provocando preocupantes y negativos cambios en la política exterior e incluso
domestica de ese país. Cambios, que para entendernos, podemos resumir diciendo que políticamente hoy
los Estados Unidos es un país menos anglosajón que hace 15 años. Segunda, las
actuales elites comunistas, muy ricas, ya no son tan mal vistas por su ideología
como en el pasado, sus enormes fortunas les permiten estrechar vínculos con
elites dirigentes occidentales, con elites estadounidenses y así tener intereses conjuntos. Intereses
conjuntos que han contribuido a que el
presidente Obama haya decidido ablandar la posición del Gobierno estadounidense
frente a Cuba. En mi modesta opinión además de una traición es un enorme error político,
que no contribuirá a otra cosa que a hacer más tensas las relaciones entre la
Dictadura comunista cubana y los Estados Unidos. Tensiones, que ya han
comenzado al reivindicar el Gobierno de Cuba la devolución por parte de los Estados
Unidos de los terrenos que ocupa la Base Naval de Guantánamo.
No deja de ser curioso que el cambio de posición de la Casa
Blanca coincida con el deseo de los actuales dirigentes de la Unión Europea de estrechar relaciones con la
Dictadura cubana, es evidente que ello es debido a que de forma clara el rico y moderno comunismo está comprando en
Occidente un falso revisionismo de esa ideología, de los objetivos que perseguía,
de los medios que proponía para alcanzarlos, y de los resultados obtenidos allí
donde gobernó. No solo está lavando su imagen distorsionando el pasado sino que
incluso ha logrado cambiar de nombre, sustituyendo el de comunismo, o marxismo,
por el de izquierda, o como mucho por el de izquierda radical. En el caso de España se
ocultan bajo el nombre de Podemos, en Grecia con el de Syriza. Aun así, las
connotaciones peyorativas asociadas al calificativo comunista son inevitables. Comunismo,
en Occidente, es sinónimo de represión de
derechos y libertades, y fracaso económico. Cuba es un claro ejemplo, su situación
económica no se debe al embargo estadounidense, ni a que EEUU no tuviera
embajada en ese país, sino a que durante más de 50 años ha gobernado un régimen
comunista. El deseo de Obama de estrechar relaciones con la actuales elites
mundiales de la izquierda es tan descarado, que al comparecer ante los medios
de comunicación para anunciar la apertura de la embajada en La Habana no se ha
referido en ningún momento a que en Cuba hay una Dictadura comunista, no se ha referido en ningún momento
a que en cuba se cometen violaciones de los derechos humanos y no hay
libertades políticas. Si en el pasado
para el Gobierno de los Estados Unidos
la defensa de los derechos humanos y la promoción de la democracia fueron
objetivos irrenunciables de su política exterior, hoy con el premio Nobel de la
Paz, Barack Obama, como presidente, son temas que únicamente le preocupan. La cuestión
es ¿Cómo afectara eso a la estabilidad internacional? Por el momento parece ser
que de forma negativa.
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