En el contexto político
español nada ha cambiado en los últimos meses, desde las últimas elecciones
generales, y muy poco desde el 20-D, en lo que respecta al PSOE, y a nivel nacional, el único
cambio importante que se ha producido es que el 26-J perdió respecto a las
anteriores elecciones 5 diputados. A pesar de ello el Comité Federal del PSOE, máximo órgano del
partido, ha decidido ayer cambiar la posición que venía manteniendo desde el
20-D respecto a la investidura de Mariano Rajoy. Si antes el PSOE se oponía a
que Rajoy volviera a ser investido Presidente del Gobierno, ahora favorecerá un nuevo Gobierno del PP con su abstención. Si Rajoy decide presentarse
a una segunda investidura, algo que no sabemos todavía si hará, y logra volver
a ser nombrado presidente con el apoyo indirecto, o sea, la abstención del
PSOE, el PP habrá logrado algo que viene persiguiendo desde hace tiempo, que
Podemos se convierta en el principal partido de la oposición. Liderazgo de la oposición
que el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, deseaba ya asumir ayer, a través
de Twitter decía “Hoy nace la gran coalición
que nos tendrá enfrente”.
El PSOE ha votado
ayer a favor de continuidad al frente del Gobierno de España. Lo que ha
ocurrido en las últimas semanas en el seno del PSOE es difícil de entender. Con
los datos que se conocen, todo indica que se ha producido un duro pulso entre los partidarios
de la abstención, permitiendo así que Gobierne el PP, y los partidarios del no,
y de buscar otras alternativas, liderados por el exsecretario general, Pedro Sánchez.
Abstención que no está claro quienes la lideran ni desde cuándo, y menos claro
por qué han impuesto su posición precisamente ahora y no hace unos meses. El Comité Federal, a través de una votación
dada a conocer a la opinión publica, con 139 votos a favor y 96 en contra, ha
decidido favorecer una previsible nueva
investidura de Rajoy con su abstención. El resultado de la votación, insisto,
que han querido hacer pública, evidencia una fuerte división dentro del PSOE. División,
que no sabemos en qué se traducirá en el futuro pero que sin lugar a dudas que contribuirá
a tensar las relaciones entre el PSOE y
el PP, dificultando que ambos partidos puedan llegar a consensos para aprobar
leyes y tomar decisiones importantes.
La investidura de
Rajoy como presidente gracias a contar con la abstención del PSOE, en mi opinión, a quien más favorecerá no será a ninguno de los paridos implicados de forma
directa, PP y PSOE, sino a los emergentes. En primer lugar, habrán logrado uno de sus objetivos comunes, acabar
con las mayorías absolutas, provocar que España pase a estar gobernada por un
gobierno débil, en minoría, al cual puedan someter a chantaje minorías como las
que representan a nivel nacional Ciudadanos y Podemos. Además, Podemos se convertirá
de forma automática en el principal partido de la oposición, liderando la
izquierda y Ciudadanos verá fortalecida la irrelevante posición que tiene en el
Congreso por número de escaños. Si Rajoy es
investido presidente con el apoyo del PSOE, España pasara a estar gobernada
por un Gobierno en minoría que no cuenta con el suficiente respaldo
parlamentario. Es evidente que España entrara en una situación política de todavía
mayor debilidad y más difícil gobernabilidad. Gobernar no es un proceso de toma de
decisiones aisladas, sino que requiere una cierta continuidad en la adopción de
políticas, continuidad con la que no podría contar un nuevo Gobierno del PP.
El PSOE ha optado
por continuidad para España, o incluso puede ser que por algo peor, por mayor
ingobernabilidad, en vez de intentar forzar otra situación arriesgándose a ir a
unas terceras elecciones. Los actuales dirigentes del PSOE han tenido poca fe
en lo que ha supuesto el legado histórico de sus predecesores. Han tenido poca
fe en lo que ha supuesto para España 22 años de gobiernos socialistas, y no han
querido arriesgarse a ir a unas terceras elecciones, optando por una
alternativa, que en mi modesta opinión, será negativa para España, será dañina
para el interés general. Un Gobierno en minoría del PP o logra el apoyo de la
antigua CDC, ahora sin nombre, o necesitara el apoyo del PSOE para todo, algo
que va a sumergir a España en una situación de muy difícil gobernabilidad. O el
PP le hace claras concesiones al PSOE a cambio de su apoyo o este fuertemente
dividido y atacado por su izquierda por Podemos, por un partido comunista que
tiene los votos que tiene gracias al apoyo de sectores de la derecha española
afines al PP, tendrá que votar en contra de las leyes que quiera aprobar, incluidos
los Presupuestos para el 2017, llevando a España a una situación de total ingobernabilidad.
La democracia
española está viviendo una situación de enorme gravedad, yo me atrevería a
decir incluso que de peligro. Peligro, no a un cambio de sistema de gobierno
sino a que esta, la democracia, sufra un
deterioro que afecte a importantes aspectos de la misma. Una situación en la
que la socialdemocracia se debilita, el comunismo se fortalece con el
crecimiento de grupos como Podemos, y la derecha, representada por el PP, está
controlada por sectores retrógrados y déspotas de la sociedad
española, y en lo económico, partidarios de reducir el Estado y el gasto público,
y con ello lo que se conoce como el Estado de Bienestar, para así defender los
intereses de la burguesía, de una burguesía que se enriqueció gracias al
endeudamiento de España y ahora se opone a una justa presión fiscal aunque ello
suponga condenar a amplios sectores de la sociedad española a la pobreza,
aunque ello suponga el empobrecimiento de España como país. Sectores de la
derecha española retrógrados, fascistas, responsables de que en España se cometan violaciones de los derechos humanos
y haya habido terrorismo de Estado, sectores
que por un lado apoyan el crecimiento de un partido comunista como Podemos y
sus acciones violentas, y por el otro aprueban
leyes represivas destinadas a limitar los derechos y las libertades de los
ciudadanos.
Lo que le está
ocurriendo al PSOE, al partido que lidera la socialdemocracia en España, es una
consecuencia directa de uno de los principales males de nuestra época, que no
es otro que el de “Grandes organizaciones lideradas por pequeños hombres”. La
principal causa de lo que le está ocurriendo al PSOE, que considero muy
negativo para el conjunto de la sociedad española, no es otra que la
mediocridad. En el PSOE se ha producido un relevo en la cúpula dirigente
mediocre, muy mediocre, tan mediocre que consideran que la opinión de los militantes
recién llegados al partido debe valer más que la de históricos dirigentes del
mismo que lo han hecho crecer hasta llegar a ser lo que era hasta hace, como
quien dice, dos días. Unos líderes mediocres que no se han dado cuenta, o así
lo dan a entender, que Podemos, a pesar de ser un partido de clara ideología
comunista, está siendo apoyado por sectores de la derecha española. En línea
con lo anterior, el exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, decía ayer a través
de Twitter “Pronto llegara el momento que la militancia recupere y reconstruya
su PSOE”. Un concepto erróneo el de Sánchez, las empresas son de sus
accionistas o simples propietarios, pero los partidos no tienen otro
propietario que aquellos que los lideran, liderazgo que sobrepasa a la
militancia abarcando a votantes y simples simpatizantes.
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