El segundo debate de
investidura de Mariano Rajoy está dando a conocer que a partir del próximo lunes
España tendrá un nuevo Presidente del Gobierno, pero el problema de la
gobernabilidad de España no estará resulto. Así lo ha dado a entender el portavoz del PSOE, Antonio
Hernando, en una de sus intervenciones al decir que su abstención era una abstención de investidura y no de gobierno recomendando a
Rajoy, como en ocasiones anteriores, que busque aliados en los partidos
nacionalistas de derechas, o sea, PNV y la antigua CDC. Las diferentes
intervenciones que han realizado hoy los líderes de los partidos políticos con representación
en el Congreso de los Diputados, me han sugerido algunas reflexiones e ideas
sobre las que creo que es importante fijar la atención.
1.- Todos están en la misma
fiesta. Las cuatro formaciones políticas
de dimensión nacional con representación
en el Congreso están en la misma fiesta, en la misma cacería, ha si lo que han dado a entender sus líderes a través de sus
respectivas intervenciones. Cacería en la que el zorro somos nosotros, el
pueblo español.
2.- El PSOE sigue con su no a
Rajoy, un no que no sabemos que significa ni en que se traducirá con el paso
del tiempo. A pesar de que Antonio Hernando ha intentado justificar ante la opinión
publica el cambio de posicionamiento del
PSOE respecto a la investidura de Rajoy, lo cierto es que una vez que se
abstenga el próximo sábado, su palabra, la palabra del PSOE, habrá perdido credibilidad. Es evidente, que o
el PSOE logra grandes concesiones del PP para su electorado a cambio de su abstención
de investidura, y posibles abstenciones futuras,
o sus votantes no lo entenderán, y en futuros procesos electorales seguirá cosechando
grandes derrotas, incluso ello podría condenar a la socialdemocracia española a la más total irrelevancia política.
3.- La intervención del
secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha sido muy agresiva, recordando
un pasado de España dramático y la interesada intervención en el mismo de actores extranjeros, en concreto de las
denominadas Brigadas Internacionales, brigadas que se organizaron porque
aquellos gobiernos que habían prometido ayuda militar al Gobierno de la
Republica luego empezada la guerra se la negaron. Pasado que no creo que sea
oportuno ni útil recordar, más allá de las clases de historia. El discurso de Pablo Iglesias, insisto, líder de un partido comunista que ha logrado
crecer gracias al apoyo de sectores de la derecha española, afines al PP, me ha
sugerido un único pensamiento: “Que podrida esta la derecha española”
4.- Podemos, y en concreto su líder,
Pablo Iglesias, está obsesionado con hablar del valor. De ahí su mensaje repetitivo, y tan repetido hoy también por Iglesias, de “No tenemos miedo”. Yo no se que
les habrán contado a los dirigentes de Podemos, y en concreto a Pablo Iglesias, sus padres,
sus padres políticos. Si estos habrán o no pasado miedo durante el tiempo que
llevamos de democracia, pero lo cierto es que a veces resignarse es el camino
acertado, aunque no siempre posible. Frente
a la resignación, muchas veces la única alternativa es la guerra, y el problema
de las guerras es que no siempre se ganan, muchas veces, incluso ganando, la
victoria no compensa el sacrificio que siempre representa una guerra. Las
guerras no siempre se ganan, por poner algún ejemplo, le ocurrió a España en el
98, o más recientemente a Sadam Husein en Irak.
5.- Pablo Iglesias además de
su obsesión con el valor, creyendo que
debe siempre hacer un discurso agresivo, llamando a la violencia, yo le recomendaría
que fuera a algún sitio como Siria, que es donde estas cosas se curan, tiene otra obsesión
importante. Tiene la obsesión de evocar continuamente el término patria, de hablar de España como su
patria, el cual no sé qué significado tendrá
para él, pues entra de forma clara en contradicción
con sus posicionamientos respecto a las reivindicaciones de grupos
nacionalistas.
6.- Es importante resaltar que
Unidos Podemos no ha hablado hoy con una sola voz, han intervenido varios de
los representantes de los diferentes satélites comunistas que lo componen, Alberto Garzón por IU, Alexandra
Fernández por En Marea, Xavier Doménech por En Común Podem. Es difícil saber si
ello se debe a algún tipo de táctica política electoral o a que el liderazgo de
Iglesias al frente de los diferentes satélites comunistas se debilita a medida
que nos alejamos de Madrid.
Los emergentes, Ciudadanos y
Podemos, han logrado acabar con las mayorías absolutas, pero en contra de lo
que defienden sus dirigentes ello no es
bueno para España, para el interés general, solo les beneficia a estos dos
partidos que han logrado un mayor protagonismo en la vida política española. La
investidura de Rajoy está poniendo de relieve que mucho de lo logrado con la transición
ha muerto. Ha muerto la concordia, el deseo de las elites dirigentes de tener
una convivencia política pacífica. Pablo Iglesias, insisto, liderando un
partido de ideología comunista apoyado por sectores de la derecha española afines
al PP, así lo ha dejado claro hoy con su
agresiva y amenazante intervención. Parte de la transición ha muerto, la
izquierda española se ha debilitado, fraccionado y radicalizado. Situación de
debilitamiento y fraccionamiento de la izquierda que está siendo aprovechada
por los comunistas, a través de Podemos, para recurrir a la violencia y a las
amenazas como forma de reivindicación. El comunismo es incapaz de crear
riqueza, ni proceso ni empleo. Está claro que el secretario general de Podemos,
Pablo Iglesias, ignora que el valor del comunismo y su violencia a lo largo de
la historia solo han producido hambre. El aumento de la conflictividad social
en España, así como el hecho de que los comunistas entren a gobernar las
instituciones con ayuda de la derecha, solo puede conducir a cosas como reducción
de la inversión extrajera y a la destrucción de empleo de calidad. Muchos
españoles se verán así condenados a tener un empleo precario, temporal, mal
pagado, de una cualificación muy inferior de la que tienen.
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