La democracia es únicamente una forma pacífica de
poner de acuerdo a las elites dirigentes. Una forma pacífica de alternancia política.
Lo importante, por tanto, en una
democracia no es permitir que los ciudadanos puedan acudir a las urnas para que
así las elites dirigentes no tengan que
decidir quién gobierna enfrentándose entre ellas de forma violenta, sino su contenido,
como esta se rellena: Con que derechos y libertades; con que valores y
principios; con que actitudes; y con qué leyes.
Lo importante es el relleno, y parte fundamental de
ese relleno es lo que se conoce como el Estado de Derecho, es decir, como el
Estado garantiza la defensa de sus derechos a todos los ciudadanos, y obliga al
cumplimiento de las leyes sin ningún tipo de distinción ni discriminación,
convirtiendo así en algo más que simples palabras el principio de igualdad ante
la ley. Cuarenta años después de que las elites dirigentes españolas se
pusieran de acuerdo en establecer una
alternancia política pacífica, llamando a las urnas al conjunto del pueblo
español el 15 de Junio de 1977, incluido a las mujeres, colectivo que solo había
disfrutado de ese derecho durante el breve periodo de la Segunda República,
España es una democracia vacía.
Más allá del
hecho de que cada cierto tiempo los ciudadanos pueden acudir a las urnas a
votar para elegir a un determinado
partido político, la democracia significa muy poco en España. El Estado de Derecho, cuyo principal pilar es el
Poder Judicial, aparenta mucho pero hace poco por la defensa de las libertades
y derechos de los ciudadanos, y por el cumplimiento de las leyes. España es un país en
el que hay una elevada inseguridad jurídica. La justicia española oye mejor o
peor dependiendo de los apoyos con que cuente en la sociedad el ciudadano que a
ella acude. Y como en otras épocas del pasado, hay una fuerte tendencia a que
la violencia sea la principal forma de solución de conflictos, no solo políticos,
sino y principalmente, entre ciudadanos. España es un país en el que se ejerce represión
judicial y policial, se cometen flagrantes violaciones de los Derechos Humanos
(Tortura, abusos médicos, detenciones ilegales, etc.) y hay terrorismo de
Estado. El Poder Judicial es, principalmente, un instrumento represor al
servicio de las elites dirigentes.
La democracia española esta vacía, se ha impuesto la
cultura del todo vale si lo puedes hacer. La derecha española está obsesionada
con su enriquecimiento, convirtiéndose en la derecha más corrupta de Europa.
Tan corrupta que ha favorecido que Podemos, encarnación del comunismo internacional
en España, entrara en el Congreso de los Diputados convirtiéndose en la tercera
fuerza política del país. España pasara a la historia por ser el país en el que la Unión Soviética volvió a
tomar forma política, la de Podemos, materializándose en cierta medida que la
doctrina Sinatra esta muerte, pues no debemos ignorar que los dos principales
apoyos con que cuenta Podemos en la sociedad española son las Fuerzas Armadas,
la fuerza de los militares, y el Poder
Judicial, ambos, curiosamente, tradicionalmente monárquicos, es decir, controlados
por la Casa Real de Borbón. El PSOE, partido que en su momento contribuyo a
introducir no solo aires de democracia, libertad, y justicia, sino también importantes
inversiones exteriores, hoy carece de un liderazgo claro, debilitado tanto
debido a enfrentamientos internos como electoralmente, en este caso, debido a
la defensa de políticas, como la de inmigración, o la defensa del libre
comercio, que perjudican de forma clara los
intereses de sus votantes tradicionales, la clase trabajadora. Lamentablemente,
cuarenta años después poco queda del espíritu del 77.
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