A pesar de que siempre he sido de la idea de que los
diputados españoles no están bien pagados, da la impresión de que la diputada
comunista de Podemos, Irene Montero, no piensa lo mismo. Así lo evidencia el
hecho de que hoy haya subido a la tribuna del Congreso de los Diputados para dedicar más de dos horas a describir y ampliar tres hechos que ya conocen todos los españoles desde hace
mucho tiempo: Uno, el Partido Popular es un partido corrupto. Dos, en España hay
redes de poder de naturaleza político-económico que favorecen la corrupción.
Tres, las principales instituciones del Estado están podridas. Bueno, también hay
que reconocer que ha dedicado un minuto a defender su ideología, se ha
declarado a favor de la intervención de grandes multinacionales, o sea, a favor
de su nacionalización en beneficio del interés general.
Comparto con Irene Montero muchas ideas de su discurso,
entre ellas, las de que la democracia española está podrida y la derecha española es la más corrupta de
Europa. Y todo ello, ha favorecido que hoy el comunismo internacional, es decir, la disuelta
Unión Soviética, haya resurgido de las más profundas tinieblas, reencarnándose en
los miembros de Podemos. Hoy la vieja y disuelta Unión Soviética se ha subido a
la tribuna del Congreso de los Diputados, y lo ha hecho gracias al apoyo de corruptos sectores de la
derecha española, los cuales han favorecido la creación de Podemos, y su crecimiento
como fuerza política desde que surgiera la mediática operación de manipulación política
del 15-M. Movimiento, del que hoy Montero se ha considerado heredera junto a
Podemos, que ha representado una operación mediática de manipulación política
realizada por el comunismo internacional en España, y apoyada por sectores de la podrida derecha española, por esas estructuras de
poder a las que Montero ha hecho referencia, que tienen vínculos de todo tipo
con el comunismo internacional.
Montero, y seguramente luego también lo haga Pablo Iglesias,
y otros líderes de su mismo partido, están dando hoy vida a lo más rancio de la
ideológica comunista del pasado siglo. Frases como la democracia pide paso, hay
que echar al Partido Popular, etc., etc., etc., que Montero ha defendido
mientras hacía publicidad de su rotulador rojo, evidencian que el comunismo internacional
vuelve a ser hoy una amenaza global, y digo global, por su injerencia en la política
interna de otros países. Montero dice no tener miedo, no lo dudo. Los
dirigentes de Podemos no son objeto de represión judicial y policial, no son
objeto de detenciones ilegales, ni de prácticas de medicina punitiva, no son
objeto de violaciones de los Derechos Humanos que si sufren otros españoles,
como lo van a ser, si tienen el apoyo de los militares, si uno de sus dirigentes
es nada más y nada menos que un ex JEMAD, el general Julio Rodríguez.
La Unión Soviética, ha resurgido hoy subiendo a la tribuna
del Congreso, dejando claro que el mundo avanza lentamente pero sin pausa hacia
un conflicto armado de amplias dimensiones. Un conflicto armado de amplias
dimensiones que no está provocando Estados Unidos con su políticas de defensa y
exterior, como afirmo no hace mucho el expresidente ruso, Mijaíl Gorbachov, sino el comunismo
internacional con su injerencia en las políticas internas de democracias
occidentales. El mundo avanza hacia un conflicto armado de amplias dimensiones
y las corruptas elites dirigentes españolas están poniendo mucho de su parte
para favorecerlo, por ejemplo, dando su apoyo a Podemos para que la reencarnación
de la Unión Soviética tome hoy la voz en la tribuna del Congreso de los
diputados.
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