En el Congreso de los Diputados ha tenido lugar esta mañana
el acto de celebración del 40 aniversario de las primeras elecciones de la
democracia, que tuvieron lugar el 15 de Junio de 1977. Al acto han asistido
representantes de los principales grupos
que constituyen las elites dirigentes españolas, y por tanto, con poder político,
incluso estaba Pedro Sánchez, ignoro en condición de que, tal vez como ex
diputado. Y no es para menos, gracias al Pacto Constitucional que comenzó con dichas elecciones muchos de los que allí se
encontraban tienen hoy poder en España. El acto ha escenificado de forma clara
que para hacer política en España no hay que tener mucho seso sino mucho estómago,
y lo digo, porque en él han estado representados tres conceptos ideológicamente
odiosos del pasado siglo. En primer lugar, el Fascismo, grupos de poder que hoy se encontraban en la cámara baja
defienden y ordenan comportamientos fascistas en la actual sociedad española. En segundo lugar, La Monarquía,
principal actor responsable de que en el 36 comenzara en España una guerra
civil y hoy responsable de muchos de los abusos que se cometen en España. Y en tercer lugar, el
comunismo internacional soviético, representado por Podemos. Podemos, un
partido que ha crecido en el mapa político español gracias, principalmente, al apoyo mediático, y sobre todo en votos, de grupos de poder de la corrupta derecha española.
Con ocasión del acto, la presidenta del Congreso, Ana
Pastor, ha realizado un discurso de los suyos, bello, muy intelectual, pero
obviando totalmente la realidad de España. Ella vive en una España totalmente
distinta a la de la gran mayoría de los españoles. Una España de progreso, de
justicia, de igualdad, de libertad, de seguridad. Las enormes desigualdades económicas,
la elevada tasa de personas que se encuentran en riesgo de pobreza, la represión
policial y judicial, las violaciones de los Derechos Humanos, como es lógico no
van con personas de su nivel social. Su discurso no merece ningún comentario más.
Luego, ha tomado la palabra el rey Felipe VI, el cual comparte con el líder de
Podemos muchas cosas, entre ellas, su costumbre a hacer alusiones en sus discursos a la
historia de España. El Rey en su discurso ha obviado algo importante, a él no
lo ha elegido el pueblo español, sino que la restauración de La Monarquía como
forma de Estado represento un puente entre la dictadura y la democracia,
impidiendo el total desarrollo de esta última. Condenando así a la democracia a ser imperfecta, al carecer de legitimidad democrática
nada más y nada menos que la Jefatura del Estado. Gracias a las elecciones del
77 hoy los españoles pueden elegir a sus representantes políticos, eso sí, a través de unas listas cerradas y bloqueadas,
cuya composición y orden no está claro en función a que se decide ni quienes
tienen capacidad para hacerlo, un claro ejemplo, lo tenemos con lo ocurrido con
Pedro Sánchez. Pero al rey Felipe VI no lo eligió nadie, la dictadura puso al frente de la Jefatura del Estado a la
Casa Real de Borbón, y el rey Juan Carlos I le cedió el cargo cuando le
intereso, sin pasar por ningún proceso de legitimación democrática. La Casa
Real de Borbón juega el rol que juega en la sociedad española, no porque así lo
hayan decidido democráticamente los españoles sino gracias a contar con el
apoyo de la fuerza de las Fuerzas Armadas Españolas, cuyo mando supremo le
concedieron aquellos que lideraron la Transición
a través de la Constitución del 78. Algo, que gobierna gracias al apoyo de los
militares, que el Rey intenta escenificar siempre que participa en un acto público,
acudiendo a ellos acompañado de un militar de uniforme.
Como es costumbre en este tipo de actos, el Rey ha hecho mención
a lo que represento la Transición. Y no es para menos, él ocupa el rol que
ocupa en la sociedad española gracias a la Transición. No quiero con ello decir
que la Transición haya sido un fracaso. Nadie en su sano juicio puede negar que
la Transición, periodo que abarco desde la muerte del general Franco en el 75
hasta el nombramiento de Felipe González como presidente del Gobierno, no haya
sido un éxito. De forma pacífica España paso de una dictadura militar a una
democracia, dotándose de una Constitución en la que por primera vez se le reconocían
a los ciudadanos derechos y libertades fundamentales. El problema es que la Constitución
paso pronto a ser papel mojado, un cumulo de artículos que las elites
dirigentes se saltan cuando les interesa. Evidentemente, la Transición tuvo
lugar porque La Monarquía la apoyo, sino no sabemos lo que hubiera pasado,
seguramente la dictadura hubiera logrado sobrevivir, al margen de la Europa
occidental, hasta el 89, año que se considera que comenzó la caída de la Unión Soviética.
Pero de ahí a afirmar, que el progreso logrado por España se debe a la restauración
de La Monarquía, hay un trecho, pues todos los que hemos vivido esos años
sabemos que el desarrollo de España, la disminución de la pobreza, el desarrollo
de las infraestructuras, la cohesión social, etc., se debió principalmente, a
actores exteriores que apoyaron con inversiones el nuevo periodo político y democrático
que comenzaba España.
La Transición fue un éxito, pero la democratización de
España ha fracasado. España hoy es un país en el que el Estado de Derecho esta
anulado, hay terrorismo de Estado, y se
cometen flagrantes, sistematicas e impunes violaciones de los derechos humanos.
La democratización de España ha fracasado principalmente porque las elites
dirigentes, tanto de derechas como de izquierdas, no se conforman con gobernar,
ni siquiera se conforman con enriquecerse a través de la corrupción política, también
quieren ejercer represión contra los ciudadanos, también
desean someter a los ciudadanos que pertenecen a los sectores menos favorecidos
de la sociedad, desean convertirlos en unos Truman más sobre cuyas vidas puedan
decidir.
En este tipo de actos, en los que es obligado y costumbre
ser políticamente correcto, lo importante no suele ser tanto lo que se dice
sino, como en algunas películas, lo que
se insinúa, lo que se sugiere. Yo, como no tengo por qué ser políticamente correcto,
si puedo decir que todo indica que hay sectores de las elites dirigentes
españolas que desean más terrorismo de Estado, tal vez otro asunto parecido al 11-M, o a lo ocurrido en la T-4 de Barajas, etc. La clara unión que en
España se ha producido entre el fascismo
monárquico y el totalitarismo soviético, representado en España por Podemos, hoy
no hemos visto a la diputada Irene Montero, mover su rotulador rojo, tal vez
debido a que la reina Letizia vestía de
rojo, hace que en España vivamos en una situación de
alta amenaza de terrorismo de Estado, con el que muchas veces lo único que se
busca es escenificar, dar transparencia, a abusos que se han cometido
previamente, por ejemplo, utilizando el sistema sanitario. El actual Gobierno
ruso, que sobre el comunismo internacional tiene todavía hoy mucho que decir, debería librarse de viejas tentaciones y sobre
todo de malas compañías, pues como en
otras épocas del pasado, puede volver a ocurrir que el mal se focalice en Moscú.
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