El FMI y otros entes
que se dedican a hacer previsiones económicas, vaticinan que España crecerá el 2017 y el 2018 en torno a un
3% del PIB, será el país, con diferencia, que más crecerá de la zona euro, cuyo
crecimiento estará por debajo del 2%. Según la Encuesta de Población Activa del segundo
trimestre del 2017, datos dados a
conocer hoy, el número de ocupados ha subido en 375.0000 personas, y el de
parados ha bajado en 340.700 personas, situando la tasa de paro en el 17,22%.
La población activa ha crecido también en 34.00 personas, situando la tasa de
actividad en España en el 58,84%. Si no se tiene en cuenta el factor
estacionalidad, ni la alta temporalidad (255.900 de los nuevos asalariados son
temporales, situando la tasa de temporalidad en el 26,8%) los datos son
relativamente buenos. Pero todo ello entra en contradicción con cosas como las
recientes recomendaciones que ha propuesto el FMI para España, entre las que destacaban 3:
Reducir el gasto en sanidad, reducir el gasto en educación y revalorizar las
pensiones lo mínimo posible, o sea, un 025%.
Es evidente, que ha igual que ocurre con la situación política,
la situación de la economía española es de total confusión. España crece, a un
ritmo de entorno al 3% del PIB, y el paro baja, hasta ahí todo bien. Pero la situación
de la economía tiene otra cara de la moneda, no tan positiva. El país es más
rico pero el Estado no. El Estado no recauda lo suficiente para hacer frente a sus
obligaciones, intentando solucionar el problema del déficit con recortes en
importantes servicios públicos. El FMI propone recortar todavía más en sanidad
y educación. En sanidad me imagino que será para solucionar el déficit de la
Seguridad Social, como proponían en su época los nazis, y lo de educación,
supongo, que será porque a menor nivel
educativo de la clase trabajadora menos derechos y menores salarios exigirán estos.
España crece, a un 3%, pero la gran mayoría de los españoles pierde poder
adquisitivo, y empeora su calidad vida, situación
agravada por la disminución de la calidad de importantes servicios públicos.
España crece, pero el pacto político-social de que las pensiones debían revalorizarse
de acuerdo al IPC se ha roto, y los pensionistas verán revalorizada su pensión
la ridícula cantidad de un 0,25%, perdiendo así poder adquisitivo, como
proponen los gánsters del FMI, eso sí, ellos disfrutan de elevadísimos sueldos.
Y lo grave no solo es eso, sino que la Seguridad Social ya no recauda lo
suficiente para pagar las pensiones actuales; recientemente el Gobierno ha
tenido que pedir un préstamo de 6000 millones de euros para pagar la extra de
julio a los pensionistas de la Seguridad Social. España crece pero parece ser
que no es un crecimiento sano, sostenible en el tiempo, sino basado en la coyuntura económica internacional
y en que España se ha convertido para los extranjeros en un país de rebajas, y
lo más grave, el crecimiento se lo están llevando solamente unos pocos, las
elites burguesas del país, pero de esto no sabe nada el presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy, él se encarga únicamente
de hacer política, no del área económica.
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