martes, 23 de abril de 2019

PRIMER DEBATE 28-A: TOTALMENTE INNECESARIO.


Vivimos en la era de la información; los ciudadanos son bombardeados con propaganda política de forma continua e intensa a través de diferentes medios de comunicación, a veces incluso sin desearlo, por ejemplo, a través de programas televisivos que sutilmente mezclan entretenimiento con información. Ningún asesor deportivo decidirá fichar un jugador de futbol simplemente porque este haya hecho un día un buen partido; tampoco es probable que alguien decida casarse únicamente porque su pareja le haya escrito una bella declaración de amor. A pesar de ello, los medios de comunicación han querido crear en la opinión pública española la sensación de que el debate entre los candidatos a presidente del Gobierno para las próximas elecciones generales del 26 de Abril, era trascendental, creando unas expectativas sobre el mismo que, en mi opinión, no se han cumplido.

El debate de los candidatos a presidente ha sido innecesario y aburrido. Estos se han limitado a repetir, con alguna variación que otra, pero siempre poco sustancial, lo que ya habían dicho ellos o miembros de sus partidos en otros foros. El principal mensaje que han transmitido a muchos españoles no alineados con alguno de los partidos que  representan, hablando en plata,  es el de: “Tengo poder, pero vótame, y tendré mas poder, para poder joderte mejor”. La situación de la política española es lamentable. Se ha convertido en una política de charlatanes, que como bien es conocido, son unos personajes expertos en hacer ofertas sin concretar, para luego poder incumplirlas.

El presidente Sánchez vive en un país maravilloso; en una democracia perfecta envidiada en el exterior, lógicamente no es consciente de que España es un país en el que se cometen flagrantes violaciones de los derechos humanos, se tortura recurriendo al sistema sanitario, hay terrorismo de Estado y el Poder Judicial y la Policía son instrumentos represores al servicio de las elites. Menos mal, que es consciente de  que uno de los problemas de España es la desigualdad y la exclusión social, pero ello no ha impedido que haya defendido en el pasado, tanto a nivel nacional como en la Unión Europea, políticas de puertas abiertas a la inmigración proveniente del sur del Mediterráneo, es decir, a continuar impulsando la islamización de España y de la UE. El presidente del PP, Pablo Casado, por su parte, considera que España va mal, buscando así emular el “España va bien” del  expresidente José María Aznar. Y propone para solucionarlo bajar impuestos, lógicamente no le importa ni la desigualdad, ni los españoles que se encuentran en situación de pobreza y riesgo de exclusión social, ni la elevada deuda pública de España, en el 100% del PIB. Lo único importante para Casado es que la rica burguesía pague menos impuestos. Casado, como aventajado discípulo que es de Aznar, ha demostrado, una vez más, tener una fuerte obsesión con Arnaldo Otegi, eso sí, no ha dejado claro la causa, si es de naturaleza enfermiza, o si con ello busca darle relevancia mediática.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, muy a lo americano, no sé por qué razón, habla de crear un país de hombres libres e iguales, obviando que en España los poderes e instituciones del Estado son utilizados de forma clara o sutil para privar a muchos ciudadanos de libertad e igualdad; por ejemplo, recurriendo al sistema educativo; por ejemplo, realizando detenciones ilegales; por ejemplo, recurriendo al sistema sanitario para torturar, etc, etc, etc. Y por último Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, representación del comunismo internacional en España, el cual ha pasado de proponer abrir un proceso constituyente para acabar con el régimen del 78 a apelar a la Constitución, emulando así al ex secretario general del PCE, Julio Anguita. No ha aclarado si ya está también buscando hacer pinza con el PP, como en su momento hizo Anguita, claro que los tiempos ahora son muy distintos, y la pinza parece que apunta hacia Moscú. Más allá de eso, Pablo Iglesias, en la línea del comunismo internacional, tiene su propia obsesión, cargarse el sistema bancario y grandes empresas, algo que allí donde se ha producido no ha dado buenos resultados.

Fuera de debate, las elecciones del próximo 26-A, de cumplirse las encuestas, van a tener dos importantes características. En primer lugar la fuerte caída de Podemos. El porcentaje de la España no contenta con el denominado régimen del 78 y alineada con las tesis del comunismo internacional no es tan grande como nos hicieron creer algunos medios de comunicación en el 2015. Tal vez, por eso Pablo Iglesias en el debate se mostraba obsesionado con mostrar a cámara su “C” roja, quiero pensar, que de caída roja y no de otra cosa. Y en segundo lugar, por primera vez en la historia de la democracia, un partido político con generales de las Fuerzas Armadas españolas entre sus dirigentes y claro  heredero ideológico de aquellos que provocaron la Segunda Guerra Mundial, Nazismo y Fascismo, va a tener representación en el Congreso de los Diputados. A lo mejor es por lo que Casado dice que España va mal, porque retrocedemos hacia un pasado todavía menos democrático que el actual.  

El debate ha sido totalmente innecesario, los que ayer eran indecisos, hoy, como era lógico y de esperar,  no disponen de ninguna razón para no estarlo. Incluso me atrevería a decir, que más allá de buscar darle a alguno de los candidatos más poder dándole el voto, no hay ninguna razón para votar el próximo 26-A, pues, parafraseando a Albert Rivera, son en lo importante e ideológicamente hablando,  lideres libres e iguales, es decir, lo que coloquialmente se conoce como los mismos perros con distintos collares.  

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