Se ha intentado transmitir que
la toma de posesión de los miembros del
nuevo Gobierno de coalición PSOE y Unidas Podemos, se hace en un ambiente de
normalidad democrática y elevada euforia, confiando de forma injustificada en que
el nuevo Gobierno va a lograr resolver los principales problemas que hoy tiene
España, el asunto del proceso independentista catalán, el déficit de la
Seguridad Social, la desaceleración de la economía, o problemáticas como la de vivienda o de la inmigración
ilegal. Pero la realidad es innegable. Está claro, que la toma de posesión de
los nuevos vicepresidentes y ministros se hace en un ambiente de anormalidad democrática
en la que no hay razones para la euforia, sino muchas para el pesimismo y la
alarma. El Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos va consolidar en España
una época negra caracterizada por la utilización de la mentira como arma política
y su aceptación como argumento.
Anormalidad democrática, pues
no se puede calificar de otra forma, que el presidente Sánchez necesite el
apoyo para gobernar y poder aprobar los Presupuestos Generales del Estado para
el 2020 de sectores de las elites
dirigentes catalanas que desde el 2012 están impulsando en España un proceso
independentista anticonstitucional. Anormalidad democrática, pues no se puede
calificar de otra forma que en el actual Gobierno haya un partido político, Unidas Podemos, la representación
del comunismo internacional en España, cuyo secretario general, Pablo Iglesias,
está en la nómina del Gobierno de Irán por hacer apología antioccidental y anti OTAN a través
de la cadena de televisión Hispan.tv, o acaso, va a proponer el Gobierno de
Pedro Sánchez que España salga de la OTAN. Anormalidad democrática, causada por
el hecho de que los que ayer reivindicaban derribar la Constitución, derribar lo que denominaban el Régimen del 78, los
dirigentes de Unidas Podemos, hoy prometen lealtad a la Constitución, ¿Han
evolucionado ideológicamente o cuando mentían, ayer u hoy?.
Tampoco hay razón para la euforia,
pues es muy poco probable que el Gobierno más débil de la historia de España,
que deberá someterse al chantaje de las elites dirigentes independentistas
catalanas si desea gobernar, pueda solucionar problemas importantes de España. Tampoco
hay razón para la euforia, pues es poco probable que un Gobierno del que forma
parte un partido como Unidas Podemos, con una ideológica basada en el rancio
comunismo que tanto daño causo durante el pasado siglo; una ideología que solo
gobierna en Italia, con el Movimiento 5 Estrellas, encontrándose su economía al
borde de la quiebra, pueda generar en España algún tipo de prosperidad, es
decir, impulsar el crecimiento y crear empleo.
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