El PSOE tiene una larga
historia política, ha contribuido de forma indiscutible e imprescindible a la
Transición y la creación de la España actual, democrática y moderna, pero hoy de mano de su actual
secretario general, Pedro Sánchez, y bajo el concepto de coalición progresista,
está impulsando en España una clara, negativa y peligrosa involución política.
Si en el 75, con la muerte del general Franco, después de casi 40 años de
dictadura militar, las elites dirigentes españolas unas decidieron y otras aceptaron la restauración de
la Monarquía, hoy Sánchez está restaurando el Frente Popular, prosoviético, creado en enero 1936. A través de un Gobierno de coalición PSOE-Unidas
Podemos, Sánchez pretende permitir la entrada en el Gobierno de España, en las
instituciones del Estado, al enemigo, al principal enemigo de la democracia
española, a la representación en España del comunismo internacional liderado
por Rusia, Unidas Podemos.
Pensar, como ha afirmado en su
discurso de investidura el líder del PSOE, Pedro Sánchez, de que de la mano de los comunistas, de que
con los comunistas en el Gobierno, España puede avanzar, mejorar la situación de
su economía y del mercado laboral, mejorar la situación de las pensiones, en resumen,
progresar, es ingenuo. ¿Quién va a traer inversión a una España gobernada por
el comunismo? Tal vez, ¿Los aliados del secretario general de Unidas Podemos,
Rusia, u otros países de su órbita, como Irán?
El problema no es el pacto de Sánchez con los independentistas catalanas, insignificantes,
sin fuerza para imponer cambios en España si no cuentan con los apoyos de otros
actores, poderes, del Estado. El problema es el acuerdo del PSOE con el comunismo internacional, prorruso,
representado en España por Unidas Podemos. Sánchez pretende meter en el
Gobierno de España, a un partido que tiene posicionamientos políticos propios de
la disuelta Unión Soviética. Desea hacer vicepresidente del Gobierno de España,
a un tipo, Pablo
Iglesias, que hace propaganda contra occidente y a favor del régimen iraní.
¿Le van a restringir a Pablo Iglesias el acceso a información secreta en las reuniones del Consejos de Ministros o podrá acceder a ella para poder pasársela a sus
coleguitas iraníes, rusos, etc.? Sánchez quiere hacer vicepresidente a un tipo que ha manifestado de forma pública su
posicionamiento anti- OTAN, ¿Va Sánchez a llevar al PSOE otra vez a un
posicionamiento anti-OTAN? ¿Propondrá Sánchez que España salga de la OTAN, para pasar
a formar parte de la órbita internacional liderada por Rusia? Los comunistas
han gobernado en Grecia, con Syriza, teniendo que ser rescatada su economía, y
ahora gobiernan en Italia, cuya economía resiste al borde de la quiebra, no
gobierna en ningún otro Estado de la UE, ¿Es ese el futuro, el de Grecia e
Italia, que Sánchez desea para España?
En la política española se
percibe desde hace tiempo, décadas, que hay mucho doble lenguaje. Un doble
lenguaje que permitió el 11-M, un claro caso calificado por numerosos actores
como de terrorismo de Estado; un doble lenguaje que favoreció la creación y el crecimiento de
Unidas Podemos; que permitió el consenso
a favor de una elevada tolerancia ante
las actuaciones de las elites independentistas catalanas, permitiéndose que
tuviera lugar la pantomima del denominado proceso independentista, celebrando los
independentistas victorias sin que realmente Cataluña haya avanzado hacia un
nuevo Estado; un doble lenguaje que permite el consenso, y por tanto silencio, ante las
violaciones de los derechos humanos que de forma sistemática, flagrante e
impune se producen en España. Pero todo indica que tanta consenso oculto no
favorece la convivencia política, sino que ha llevado a España un fraccionamiento
político que dificulta la gobernabilidad, dificulta la solución de problemas
graves, que ha favorecido la restauración en España del Frente Popular
prorruso. La pinza, oculta pero conocida, del PP con los comunistas durante la
era Aznar fue muy mala para el PP y muy mala para España, la nueva pinza, entre
el PSOE y los comunistas, será mala para el PSOE y será todavía peor para España,
pues es imposible que España avance, ni siquiera mínimamente, de la mano de los
comunistas con arcaicos posicionamientos propios era soviética
Un PSOE dirigido por unas
elites mediocres y con un exceso de ambición política, con un comité ejecutivo débil
sometido al PSC, con el argumento de buscar un gobierno progresista está
impulsando en España un involución política, metiendo en las instituciones del
Estado a los comunistas prorrusos y creando planos paralelos a las
instituciones democráticas del Estado, como la mesa de diálogo y negociación entre
el Gobierno de España y el Gobierno autonómico de Cataluña, para poder así de
forma encubierta intentar hacer concesiones a las elites independentistas
catalanas. Todo parece indicar que Sánchez pasara a la historia de España como un
traidor. Como dice el otro, “Si no hay nosotros, estamos muertos”.
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