lunes, 26 de septiembre de 2022

EL FASCISMO RESURGE Y TOMA EL PODER EN ITALIA.

Un viejo dicho afirma  que las malas hierbas siempre vuelven a crecer en los mismos sitios, y se acaba de cumplir en Italia. El fascismo ha vuelto a resurgir con fuerza en Italia. Hermanos de Italia, un partido calificado  por la gran mayoría de los analistas políticos occidentales como  posfascista, un eufemismo utilizado para de forma suave calificar a los partidos políticos que defienden las mismas ideas que las defendidas en la Italia fascista de Mussolini, ha ganado las elecciones generales italianas con el 26,08% de los votos. Hermanos de Italia se presentó a las elecciones en coalición con los otros dos partidos que forman parte del espectro de la derecha política Italiana, Liga Norte y Forza Italia, logrando el 44% de los votos, lo que les permite alcanzar la mayoría absoluta, es decir, los votos necesarios para formar gobierno. Antes de las elecciones, tanto Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia, como Matteo Salvini, líder de la Liga Norte, han manifestado su apoyo a la líder de Hermanos de Italia,  Giorgia Meloni. La única duda ahora es si sus  diputados también estarán de acuerdo en dejar a Italia en manos de un partido fascista, con lo que ello puede suponer a nivel de relaciones internacionales, u opondrán algún tipo de resistencia, no dándole su apoyo a Meloni para que forme Gobierno.

 

Durante las últimas décadas, la política italiana se había  caracterizado por una elevada inestabilidad causada por un elevado fraccionamiento del mapa político, pero siempre aguantado en el centro del espectro, gobernando partidos del centro derecha o de centro izquierda. Pero a partir de la victoria del Movimiento 5 Estrellas en el 2018, un partido, que  al igual que Unidas Podemos en España, es un satélite del comunismo internacional prorruso,  camuflado bajo el paraguas del eufemismo del populismo, la política italiana ha entrado en una dinámica de oscilaciones pendulares, dando ayer la victoria a un partido de extrema derecha y fascista, Hermanos de Italia. Anne Applebaum, en su libro El ocaso de la democracia (2021), manifiesta su preocupación sobre el crecimiento de una tendencia al autoritarismo en muchas democracias occidentales. Aunque la autora se refiere principalmente a la evolución de la política en Polonia y Hungría, y se basa en vivencias personales más que un estudio profundo, sí hace algunas reflexiones importantes sobre la salud de las democracias occidentales. Hay una tendencia al autoritarismo que se manifiesta en el deseo de gobernantes de anular la independencia del poder judicial y limitar la libertad de prensa controlando los medios de comunicación, todo ello dirigido a un único objetivo, crear un régimen unipartidista debilitando, sino anulando,  la competencia democrática. Gobernantes, que cuentan en países como Polonia, Hungría, y ahora Italia,  con un importante respaldo social. Aunque Applebaum, acepta que ese respaldo social se puede deber a que los ciudadanos perciban que no hay suficientemente movilidad social entre las elites políticas, atribuye su fuerte apoyo social a la difusión de teorías conspiranoicas, fake news y la utilización de nuevas tecnologías de la comunicación, especialmente las redes sociales. La autora critica esa tendencia al autoritarismo, que busca debilitar el funcionamiento de la democracia, considerándolo algo muy negativo y preocupante, pero no hace ninguna crítica a lo que se conoce como el establishment, a la casta política, a los partidos políticos  y las familias que llevan gobernando las democracias occidentales, en algunos casos desde hace más de 50 años, pues algún tipo de responsabilidad también tendrán en lo que está pasando.

 

Europa ha vuelto ideológicamente al pasado siglo, con partidos políticos de ideología comunista y fascista con posibilidades de gobernar. La victoria de Hermanos de Italia  se asemeja mucho a cuando Mussolini logro hacerse con el Gobierno de Italia gracias a contar con el apoyo de la Monarquía, impidiendo el rey Víctor Manuel III que el Ejército italiano  interviniera para frenar la  Marcha sobre Roma de los camisas negras de Mussolini, que amenazaban con tomar el poder por la violencia. Ahora ha sucedido algo parecido, los partidos políticos de derechas han dado el liderazgo a Hermanos de Italia, con una líder, Giorgia Meloni, que lleva desde los 15 años en política, de perfil muy bajo, su  cargo más importante ha sido la de ministra de la Juventud en el Gobierno de  Berlusconi, lógicamente ha logrado manejar muy bien a la juventud.

 

E triunfo de gobernantes autoritarios y en concreto del fascismo en Italia, en mi modesta opinión tiene dos principales causas. En primer lugar, el crecimiento del comunismo. Que entren en política, llegando a gobernar, como es el caso del Movimiento 5 Estrellas,  partidos con ideas políticas que son minoritarias en la sociedad. Que defienden cosas como la cultura okupa, el incremento de la multiculturalidad o la violencia como forma de reivindicación ciudadana, cuando no de chantaje político. Además, el crecimiento del comunismo es la justificación para que algunos sectores políticos pierdan el pudor a defender públicamente su ideología fascista  o dar su apoyo a grupos claramente fascistas. En segundo lugar, unos partidos políticos que han gobernado los últimos 25 años totalmente de espaldas a los ciudadanos, sin hacer caso a sus reivindicaciones y aplicando políticas destinadas a defender los derechos e intereses de minorías. Una de esas políticas, es de forma clara la política migratoria. Principalmente, ciudadanos pertenecientes a sectores humildes de la sociedad, no los que se relacionan con el establishment, están dando su voto a partidos que consideran que la inmigración es un problema. Que sufren las negativas consecuencias de la entrada masiva de inmigración o refugiados. Consecuencias que desde el establishment son consideradas fake news, pero que están ahí. Los ciudadanos perciben que la entrada de inmigrantes-refugiados dificulta su acceso a un empleo, a una vivienda o a ayudas sociales; contribuye a bajar los salarios, ya que los trabajadores inmigrantes aceptan realizar el mismo trabajo que un nacional por un menor salario; y contribuyen a incrementar la inseguridad y la conflictividad social.  Se suele decir, que no es así porque el porcentaje de población inmigrante es relativamente pequeño respecto al total de población nacional. Lógicamente, se omiten dos datos. Uno, que los ciudadanos nacionales ven como población inmigrante no solo a los recién llegados sino a todo aquel que tiene una cultura distinta a la suya, aunque haya nacido en el país o lleve años residiendo en él. Dos, que la población inmigrante tiende a la concentración en barrios de grandes ciudades, compitiendo con los nacionales por empleos, servicios públicos, vivienda, etc.

 

Los extremos políticos siempre se retroalimentan, y a veces también se apoyan. El Movimiento 5 Estrellas, al ganar las elecciones del 2018, logro gobernar por primera vez en Italia en coalición con la Liga Norte, partido que hasta ahora lideraba el fascismo italiano, y que ahora apoya a Hermanos de Italia. La victoria del fascismo en Italia da a entender que la sociedad italiana, y en concreto sus elites dirigentes, nada han aprendido del pasado. Ahora está por ver, cuál será la reacción de Bruselas, de la UE. La UE acepto en Italia un Gobierno de comunistas y fascistas, un Gobierno de coalición de M5E y la Liga Norte ¿Aceptara ahora uno totalmente controlado por el fascismo?


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