miércoles, 11 de octubre de 2023

SANGUINARIO ATAQUE DE HAMÁS A ISRAEL.

 

Desde el relato bíblico del mito del Éxodo de Egipto, el pueblo de Israel ha vivido dramáticas circunstancias que le permiten acaparar la atención de lo que hoy se conoce como la comunidad internacional y pasar a la historia. Pocas cosas se recuerdan ya de la Segunda Guerra Mundial y, sin duda, una de ellas es el Holocausto. Estos días el pueblo de Israel ha vuelto a acaparar la atención de la comunidad internacional debido a los ataques de un organización palestina, Hamás, que se autoconsidera el Gobierno legítimo de la Franja de Gaza, y que es calificada por varias  democracias occidentales como una organización terrorista. Considerando que el terrorismo solo es una táctica militar a la que un actor político recurre cuando no tienen capacidad para luchar en una guerra convencional, es evidente que Hamás a atacado a Israel sin previa declaración de guerra y sin diferenciar entre combatientes y no combatientes y por tanto sin respectar mínimamente el derecho internacional. Lo que ha legitimado a Gobierno de Israel para recurrir a sus fuerzas armadas para atacar las instalaciones y fuerzas de Hamas en la Franja de Gaza. 

                  Conflicto israelí-palestino



Al comenzar la invasión rusa de Ucrania, lo primero que se propuso desde la comunidad internacional es abrir corredores humanitarios para que la población civil pudiera salir de las zonas en las que tenían lugar los combates o ataques, produciéndose un importante éxodo de ucranianos hacia la Unión Europea, principalmente, a través de Polonia ¿Por qué ahora no está proponiendo?  La razón está clara, siempre que se produce un conflicto asimétrico en el mundo islámico las fuerza combatientes suelen recurrir a ciudadanos no combatientes para utilizarlos como escudos humanos e intentar así evitar los ataques del enemigo.

Los ataques de Hamás contra la sociedad israelí, asesinando a humildes ciudadanos civiles desarmados y carentes de responsabilidades políticas, o tomándolos como rehenes, incluidos niños, grabando en video sus viles acciones y difundiéndolas a través de Internet, deben ser calificados  de una enorme bajeza moral. Es posible que Hamás pueda llegar a obtener algún beneficio a cambio de la liberación de rehenes, pero sus acciones han dañado de forma importante su imagen internacional. La acciones de Hamás no tienen justificación posible. Es cierto que desde el 2007, el Gobierno de Israel somete a un  ferrero bloqueo a la Franja de Gaza, pero todos sabemos que el bloqueo está justificado en que Hamás, a poco de ganar las elecciones del 2006, expulso de Gaza a Fatah, imponiendo una dictadura que dura hasta hoy, negándose  recurrir a la violencia contra Israel, realizando desde entonces numerosos ataques contra la sociedad israelí.

Podríamos volver a hablar de si la resolución 181 de Naciones Unidas que regula la creación del Estado de Israel fue acertada o un error, pero seria una perdida de tiempo, las cosas son como son, hoy Israel es un Estado consolidado en Oriente Próximo y solo una guerra podría expulsarle de la zona, una guerra que sus enemigos se han visto incapaces de ganar desde que se crea en 1947. El conflicto israelí-palestino dura desde entonces, por numerosas razones, pero principalmente dos. Primera, la enorme brecha cultural que se da entre israelís y palestinos. Por ejemplo, Hamas, que se niega a reconocer el Estado de Israel, gobierna la Franja de Gaza de acuerdo con la ley islámica, incompatible con los valores de una democracia. En segundo lugar, porque históricamente el conflicto ha sido alimentado por numerosos actores exteriores en beneficio de sus intereses. Comenzando por gobiernos del mundo musulmán, continuando por la Unión Soviética, o en la actualidad, sin duda, por el actual Gobierno ruso.  La Autoridad Nacional Palestina (Fatah) fue históricamente un satélite de la Unión Soviética. Es a partir de la disolución de la Unión Soviética en 1991, cuando su líder, Yasir Arafat, decide su acercamiento a Israel, reconociéndolo como un Estado y  renunciando a la violencia como forma de reivindicar la creación de un Estado palestino. Hamás no hubiera podido lograr mantener el control de la Franja de Gaza sin contar con fuerte apoyo exterior, tanto económico como militar. Según parece, las ayudas de la Unión Europea también han contribuido a permitir que Hamás siga logrando controlar la Franja de Gaza. Después de lo ocurrido la Unión Europea debería  de forma inmediata cortar las ayudas a la Franja de Gaza, porque o los ciudadanos que habitan esa zona son partidarios de Hamás o se les debe forzar a que echen a Hamás del poder o abandonen la región para que el Ejercito de Israel pueda atacar sus fuerzas sin temor a causar daño a la población civil. Después de lo ocurrido, defender la creación de un Estado palestino es de una enorme ingenuidad. Una vez más queda claro que la solución de los dos Estados es un sueño inviable. Gaza y Cisjordania deben pasar a ser dos regiones del Estado de Israel, y la población palestina debe pasar a ser población israelí. Seguir proponiendo la solución de los dos Estados solo contribuye a causar sufrimiento a la población palestina.

Buscar acuerdos políticos que van en contra de la realidad suele ser un error. En los últimos años el Gobierno de Israel lo viene haciendo, con acuerdos con países como Marruecos y Arabia Saudí, entre otros, olvidando que dichos acuerdos es difícil que se puedan mantener en el tiempo hasta que la denominada cuestión palestina se resuelva. Aún más, que Israel haya estrechado relaciones con Arabia Saudí justo cuando este país ha entrado junto a Irán en el bloque BRICS, pasando así a formar parte de la órbita de Rusia y sus aliados es una clara contradicción, a no ser que el Gobierno de Israel estuviera pensando también en entrar a formar parte de dicho bloque ¿Por qué Hamás ha declarado la guerra a Israel justo ahora, sabiendo que no tiene ninguna posibilidad de ganar? Algún objetivo tendrá, pero es evidente que Hamás no ha tomado una decisión así sin el previo visto bueno de los actores exteriores que financian su supervivencia. Evidentemente, la situación creada en Europa del Este por la invasión rusa de Ucrania conduce a pensar que el Gobierno ruso esta de forma directa o indirecta, a través de sus nuevos socios islámicos, por ejemplo, Arabia Saudí e Irán, detrás de los atroces ataques de Hamás, buscando abrir en Oriente Próximo un nuevo frente que reclame la atención de las democracias occidentales. Pero si durante la Guerra Fría, Fatah no logro ampliar el conflicto israelí-palestino a fuera de la zona, difícilmente van a lograr ahora algo más que acaparar  durante un cierto tiempo la atención de los medios de comunicación occidentales. La UE no debe caer en operaciones de distracción, el problema importante y preocupante está en Europa del Este provocado por la invasión rusa de Ucrania y la amenaza que ello representa tanto de forma clara como implícita para las democracias europeas.

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