SÍ AL BREXIT, MAASTRICH HA MUERTO.

Con la llegada del siglo XXI el mundo temía una catástrofe digital causada por el denominado efecto 2000, pero no pasó nada importante. Si por el contrario ocurrido el 11 de Septiembre del 2001, el ataque contra las Torres Gemelas de Nueva York provoco que el mundo se pusiera en pie y sonaran los tambores de guerra como no habían sonado desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Hoy, 15 años después, se ha vuelto a producir un hecho de dimensión mundial, el pueblo británico ha votado a favor de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, hecho que sin lugar a dudas  determinara no durante años sino décadas la evolución del mundo, condicionando la evolución de las relaciones políticas, comerciales, financieras e incluso militares mundiales.

Reino Unido ha votado sí al  Brexit. La decisión del pueblo británico es una clara consecuencia de años de equivocadas políticas europeas. Aquellos que son participes, viviéndolo, de un cambio social no suelen ser conscientes de la transformación que se está produciendo, pero sí en cambio aquellos que pertenecen a generaciones que han vivido en  otra época, en una sociedad distinta, estos pueden comparar y valorar, y ello es lo que ha provocado el Brexit al recibir el voto a favor de los británicos no tan jóvenes, que perciben que su sociedad, su calidad de vida, su seguridad,  sus derechos y libertades, han cambiado para peor debido a decisiones que se han adoptado desde Bruselas, desde la UE. Los británicos no quieren seguir perdiendo identidad, debido a la entrada de una masiva inmigración, la cual además pone en riesgo su seguridad y el futuro laboral de muchos trabajadores. Los británicos tampoco quieren sufrir sobre su economía  las consecuencias negativas que provocan las políticas de la actual UE. Esta vez los británicos no han querido perder su honra. La sexta economía del mundo ha dicho no a la UE, es evidente, que el Tratado de Maastricht ha  muerto.

El sueño europeo, el sueño de una Europa unida,  se desvanece. La UE debe redefinirse, replantearse, desde su momento más brillante, el 92, o pronto será un sueño totalmente muerto.