La crisis de inmigración que sufre la UE debido a la
entrada masiva de inmigrantes, principalmente a través de Grecia y en menor medida por Italia,
personas procedentes de países del sur del Mediterráneo en los que se están produciendo
conflictos armados, está poniendo de manifestó otra vez más la decadencia de la
actual UE. En los últimos años, la UE ha
pasado de ser una organización que acudía a prestar ayuda a países que sufrían algún
tipo de crisis humanitaria, a sufrir en
su propio territorio una crisis humanitaria. Ello es debido a una simple razón:
Dejadez y mediocridad de los actuales dirigentes de la UE. Dejadez provocada
por los intereses que dirigentes de la UE tienen en los países de origen de la inmigración.
Dejadez que ha impedido que se adoptaran medidas efectivas y oportunas para
impedir la entrada de una población inmigrante que la actual UE no tiene
capacidad económica para absorber. Y mediocridad, que ha hecho que aquellos líderes
que están a favor de la entrada de más población inmigrante, proveniente de países
en conflicto del sur del Mediterráneo, no hayan sido capaces de llegar acuerdos
y adoptar medidas para que dicha entrada
de inmigrantes se produjera de forma previamente planificada.
La crisis de inmigración que sufre la UE, ya una crisis
humanitaria, representa de forma clara e indiscutible cuatro cosas. Primera, un
intento de castigo del actual Gobierno de Grecia a la UE. El Gobierno de Grecia
no solo ha relajado la seguridad en sus fronteras, permitiendo así la entrada masiva de inmigrantes provenientes
principalmente de Siria a través de Turquía, sino que luego ha facilitado que
cruzaran su país para que atravesando Macedonia y Serbia pudieran llegar a
otros países de la UE. Teniendo en cuenta que el Gobierno de Serbia ha sido el único
Gobierno europeo que en los últimos tiempos ha intentado una operación de
limpieza étnica contra la población musulmana de los Balcanes, no deja de ser
curioso que sea precisamente a través de Serbia la ruta que ha elegido la inmigración
musulmana proveniente del sur del Mediterráneo, mayoritariamente de origen
sirio, para intentar llegar desde Grecia a otros países europeos, en concreto a
Alemania, ¿Por qué será? Aunque muchos
medios de comunicación difunden mayoritariamente imágenes de inmigrantes
andando, la verdad es que dichos inmigrantes no han cruzado Grecia, Macedonia,
y Serbia andando para así llegar a Hungría, sino que ha habido organizaciones
que les han suministrado transporte con el permiso de las autoridades de esos países.
Segunda, representa el total fracaso de la operación militar
EUNVFOR Med aprobada por el Consejo Europeo el pasado 22 de julio. La actual UE
de igual forma que no tiene un política exterior, de defensa, fiscal, económica,
etc., común tampoco tiene una política de inmigración común. El fracaso de
EUNVFOR Med lo evidencia. Falta de política común de la UE que hace que sus
instituciones aprueben medidas que no se activan o que se convierten en ineficaces
por no contar con el suficiente apoyo de los Gobiernos de los Estados miembros.
Tercera, la crisis humanitaria causada por la entrada máxima
de inmigración ilegal ha hecho que aflore en sectores políticos y sociales de
la UE toda su más profunda hipocresía. Les da pena la población inmigrante musulmán,
mayoritariamente personas de origen Sirio que huyen del conflicto que hay en su
país, pero no sienten lo mismo hacia los ciudadanos de sus países, de sus ciudades,
de su entorno próximo, que sufren pobreza y viven en condiciones indignas. Se
preocupan por los derechos humanos de los inmigrantes, pero en cambio no les
importan las violaciones de los derechos humanos que sufren ciudadanos
europeos, por ejemplo, en España. Como ciudadano español el hecho que las elites políticas españolas ofrezcan su ayuda a través de los medios de comunicación
a los inmigrantes sirios que se encuentran en países tan lejanos como Grecia, Hungría
o Italia, me produce repugnancia. Pienso que grandes hipócritas, que grandes cínicos.
Según Caritas Europa, España es el
segundo país de la UE en pobreza infantil. Según la Encuesta de Condiciones de
Vida del INE, el 29,2% de la población española está en riesgo de pobreza o exclusión
social (Tasa Arope). Uno de cada cinco españoles se encuentra bajo el umbral de
la pobreza. De la población inmigrante
española registrada un 30% se encuentra en paro. Siendo estos algunos datos
negativos de la sociedad española, que líderes políticos españoles se ofrezcan
para acoger inmigrantes que se encuentran en otros países me parece un acto de
un enorme desprecio hacia los ciudadanos españoles, e incluso hacia los inmigrantes que ya se encuentran en
España, acto que me produce ganas de
vomitar, de vomitar sobre estos tipejos que se autodenominan demócratas, y dicen
defender los derechos de los ciudadanos y ser solidarios, cuando en realidad lo que son es unos tiranos con los
propios y generosos con los de fuera utilizando los recursos públicos, debido a
que tienen interese económicos en los países de origen de la inmigración. Por
ejemplo, el presidente Núñez Feijoo, ha anunciado que Galicia está en disposición
de acoger a 300 refugiados sirios. Galicia tiene una tasa Arope del 22,3%. A la
vez que se producía dicho anuncio enfermos del nuevo hospital Álvaro Cunqueiro
denunciaban que no les daban agua embotellada con la comida, que tenían que
beber agua del grifo, algo propio de una sanidad tercermundista. La pobreza en Galicia no
preocupa a las ricas elites políticas gallegas, les preocupa la de los sirios,
para esos 300 refugiados que quieren
traer consideran que si habrá agua embotellada, alojamiento gratuito, y ayudas
sociales, y digo lo de ayudas sociales pues es imposible que en dos días esas
personas puedan lograr encontrar trabajo en Galicia, comunidad que no cesa de
perder población por falta de oportunidades laborales.
Numerosas encuestas reflejan que en los principales Estados
de la UE existe un clamor social mayoritario a favor de poner freno ya a la islamización
de sus países. El primer ministro
húngaro, Víktor Orbán, se ha sumado de forma pública a ese clamor
diciendo: “Todos los países tienen
derecho a tener un gran número de musulmanes si quieren. Nosotros no queremos y
creo que tenemos derecho a decidir”. Los actuales líderes de la UE se niegan a oír
dicho clamor proponiendo como solución a la crisis de inmigración que 160.000
inmigrantes, musulmanes, proveniente del
sur del Mediterráneo, se repartan entre todos los Estados miembros, obligando a
cada Estado a aceptar un determinado cupo. El reparto se haría considerando
cuatro factores: PIB y la población, estos dos factores tendrían ambos un peso del 40%, y la tasa de
desempleo y el esfuerzo previo de acogida realizado por el país, estos dos últimos
tendrían un peso del 10% cada uno. Está claro que es una medida equivocada por
dos razones. Primera, los inmigrantes, tanto refugiados como por razones económicas
no quieren ir a cualquier país. Únicamente quieren ir al país en el que saben que tienen una diáspora que les va a
ayudar, país para el que muchos de ellos se han preparado previamente para emigrar
aprendiendo su idioma. Segunda, los
factores de reparto no son ni justos ni acertados, pues se le da baja
importancia al factor que más tiene, el desempleo. Aumentar la mano de obra
inmigrante en países en los que hay elevadas tasas de paro no significa otra
cosa que contribuir a aumentar la pobreza y los conflictos sociales en esos países.
¿La solución? La actual UE no
es la de la época en la que se firmaron los acuerdos de Tampere. Desde entonces
la UE ha cambiado. Ha cambiado su economía, la UE es hoy más pobre y tiene más
desempleo. Y ha cambiado su sociedad, hoy mayoritariamente no partidaria de que
siga creciendo la inmigración proveniente de terceros países, contraria a que
siga aumentando la islamización. Hoy la UE no tiene capacidad para absorber
entradas masivas de inmigrantes. Los refugiados sirios que han llegado hasta Hungría
quieren ir a Alemania, pero claro, Hungria es un pais mas pobre que Alemania, y
por tanto también quieren ir a vivir y trabajar a Alemania muchos ciudadanos húngaros.
¿Debe Alemania dar cobijo a los sirios y no a los húngaros que son ciudadanos
europeos? Complicado, ¿No? La inmigración es una carcoma que amenaza los
cimientos de la UE. Cimientos tan importantes como la libre circulación de personas.
Una carcoma que genera división en la UE. Además, los movimientos migratorios
masivos y organizaos, como el de la población siria, no deseada por las
sociedades de destino, son una peligrosa fuente de conflictividad social. En
este momento en la UE lo políticamente correcto está anulando de forma
peligrosa lo racionalmente correcto, impidiendo que se le dé una solución eficaz,
oportuna y duradera al tema de la inmigración. La entrada descontrolada de
inmigrantes en la UE solo va a provocar que muchas ciudades de la UE se
parezcan cada día más a ciudades de los países de origen de la inmigración, debido
a las condiciones de vida de muchos de sus ciudadanos, inmigrantes y también nacionales. La UE debe cerrar sus fronteras a
la entrada de nueva inmigración, dejando entrar únicamente el porcentaje de inmigración
que es capaz de absorber, es decir, dejando entrar a inmigrantes que vengan ya
provistos de una contrato legal y duradero de trabajo.
1 comentario:
lucidez, que alivio. gracias.
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