La XI Legislatura, ha sido
distinta a las anteriores. Como todos sabemos, por primera vez en la democracia
española y debido a un antojo de
sectores de las elites dirigentes españolas, La XI Legislatura ha sido nula,
fallida. La XI Legislatura le ha costado
mucho al conjunto de los españoles, pero no ha dado ningún fruto. Hoy con
motivo del acto de apertura de la XII Legislatura, la cual si ha logrado, no
sabemos todavía si para bien o para mal, dotar
a España de un nuevo Gobierno, en el Congreso de los Diputados, tanto su presidenta, Ana Pastor, como el rey Felipe
VI, han pronunciado bellos discursos, aunque repetitivos, alabando el pasado de
España pero ignorando el presente. El discurso del Rey ha sido un discurso
vacío, recordando los éxitos de la Transición, resaltando los logros alcanzados
en lo que llevamos de democracia, intentando buscar en ello una justificación
para su presencia en la Cámara en la que reside la soberanía popular. Buscando
justificar su presencia como Jefe del Estado en una institución democrática a
pesar de que no ha sido elegido para dicho cargo en ningún proceso democrático,
a pesar de que él carece de legitimidad democrática, pues la Monarquía fue
restaurada antes de que España fuera una democracia.
Ambos, la Presidenta y el
Rey, en mi opinión, han dado la
sensación con sus palabras de que hablaban de un país distinto a España, de que
viven en otro país, como se suele decir en el que todos son felices y comen
perdices. Ambos, han hablado de una realidad que solo existe en sus imaginarios
personales. Ana Pastor ha insistido, como siempre, en que la Jefatura del Estado es un cargo simbólico,
algo que el pueblo español sabe que es falso, pues como dice el otro, para ser
simbólico mandar manda mucho. Por otro
lado, el rey Felipe VI, además, ha dado la impresión de que vive en otro mundo,
de que tiene una visión del mundo equivocada, al decir que vivimos ya en un
mundo sin fronteras. Yo no sé si el Rey o el Gobierno de Mariano Rajoy han
ordenado abrir las fronteras de España y permitir que entre todo aquel que lo
desee, independientemente de cual sea su nacionalidad, cultura e intenciones. Pero la realidad, la
realidad global, es que hay una fuerte tendencia a fortalecer las fronteras
nacionales, como lo constata, por ejemplo, medidas recientes que se han
adoptado en la UE. Una UE que ha decidido implantar un visado para los ciudadanos que provengan de
Estados no miembros. El Rey tiene una visión totalmente equivocada tanto de
España como del mundo, así como de las consecuencias de lo que él denomina un
mundo sin fronteras.
El problema no es la
transición, que no sabemos cómo podría haber sido pero que ha sido aceptable,
dotando a España de una Constitución en la que se les reconocen a los
ciudadanos españoles derechos y libertades, que antes no se les habían
reconocido. El problema es la España actual. Una España en la que se cometen
violaciones de los derechos humanos con total impunidad. Una España en la que
se ejerce represión judicial y policial.
Una España en la que se busca generar inestabilidad política e incrementar la
conflictividad social con montajes policiales como el de Alsasua, para así
poder justificar ante la opinión publica un incremento de la represión judicial y policial. El
problema no son los que lideraron la Transición, los cuales buscaban eso que una y otra vez tanto se repite en los discursos políticos, la
concordia. El problema son los que hoy tienen el poder, los cuales no se
conforman con gobernar sino que también desean someter a los ciudadanos de
grupos ideológicamente no afines, o con intereses enfrentados. El problema son
esos que hoy tienen el poder y anulan el Estado de Derecho, privando a muchos
ciudadanos de derechos y libertades, y ejerciendo contra ellos todo tipo de
abusos, incluso médicos, lo que en la Europa comunista, en la URSS, se
denominaba medicina punitiva. El problema es que el pueblo español está
esperando que se emita la sentencia sobre el Caso Nóos, caso de corrupción
política en la que por acción y omisión está implicada la Casa Real. Hay que
reconocer, que el rey Felipe VI con su discurso ha dejado hoy algo claro: Cada
día que pasa, España está más cerca de ser una República.
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