jueves, 17 de noviembre de 2016

APERTURA XII LEGISLATURA: ESPAÑA MAS CERCA DE SER UNA REPÚBLICA.

La XI Legislatura, ha sido distinta a las anteriores. Como todos sabemos, por primera vez en la democracia española y   debido a un antojo de sectores de las elites dirigentes españolas, La XI Legislatura ha sido nula, fallida. La XI Legislatura le  ha costado mucho al conjunto de los españoles, pero no ha dado ningún fruto. Hoy con motivo del acto de apertura de la XII Legislatura, la cual si ha logrado, no sabemos todavía si para bien o para mal, dotar  a España  de un nuevo Gobierno,  en el Congreso de los Diputados, tanto  su presidenta, Ana Pastor, como el rey Felipe VI, han pronunciado bellos discursos, aunque repetitivos, alabando el pasado de España pero ignorando el presente. El discurso del Rey ha sido un discurso vacío, recordando los éxitos de la Transición, resaltando los logros alcanzados en lo que llevamos de democracia, intentando buscar en ello una justificación para su presencia en la Cámara en la que reside la soberanía popular. Buscando justificar su presencia como Jefe del Estado en una institución democrática a pesar de que no ha sido elegido para dicho cargo en ningún proceso democrático, a pesar de que él carece de legitimidad democrática, pues la Monarquía fue restaurada antes de que España fuera una democracia.

Ambos, la Presidenta y el Rey,  en mi opinión, han dado la sensación con sus palabras de que hablaban de un país distinto a España, de que viven en otro país, como se suele decir en el que todos son felices y comen perdices. Ambos, han hablado de una realidad que solo existe en sus imaginarios personales. Ana Pastor ha insistido, como siempre,  en que la Jefatura del Estado es un cargo simbólico, algo que el pueblo español sabe que es falso, pues como dice el otro, para ser simbólico mandar manda mucho.  Por otro lado, el rey Felipe VI, además, ha dado la impresión de que vive en otro mundo, de que tiene una visión del mundo equivocada, al decir que vivimos ya en un mundo sin fronteras. Yo no sé si el Rey o el Gobierno de Mariano Rajoy han ordenado abrir las fronteras de España y permitir que entre todo aquel que lo desee, independientemente de cual sea su nacionalidad,  cultura e intenciones. Pero la realidad, la realidad global, es que hay una fuerte tendencia a fortalecer las fronteras nacionales, como lo constata, por ejemplo, medidas recientes que se han adoptado en la UE. Una UE que ha decidido implantar  un visado para los ciudadanos que provengan de Estados no miembros. El Rey tiene una visión totalmente equivocada tanto de España como del mundo, así como de las consecuencias de lo que él denomina un mundo sin fronteras.


El problema no es la transición, que no sabemos cómo podría haber sido pero que ha sido aceptable, dotando a España de una Constitución en la que se les reconocen a los ciudadanos españoles derechos y libertades, que antes no se les habían reconocido. El problema es la España actual. Una España en la que se cometen violaciones de los derechos humanos con total impunidad. Una España en la que se ejerce represión  judicial y policial. Una España en la que se busca generar inestabilidad política e incrementar la conflictividad social con montajes policiales como el de Alsasua, para así poder justificar ante la opinión publica un incremento de   la represión judicial y policial. El problema no son los que lideraron la Transición, los cuales buscaban  eso que una y otra vez tanto  se repite en los discursos políticos, la concordia. El problema son los que hoy tienen el poder, los cuales no se conforman con gobernar sino que también desean someter a los ciudadanos de grupos ideológicamente no afines, o con intereses enfrentados. El problema son esos que hoy tienen el poder y anulan el Estado de Derecho, privando a muchos ciudadanos de derechos y libertades, y ejerciendo contra ellos todo tipo de abusos, incluso médicos, lo que en la Europa comunista, en la URSS, se denominaba medicina punitiva. El problema es que el pueblo español está esperando que se emita la sentencia sobre el Caso Nóos, caso de corrupción política en la que por acción y omisión está implicada la Casa Real. Hay que reconocer, que el rey Felipe VI con su discurso ha dejado hoy algo claro: Cada día que pasa, España está más cerca de ser una República.

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