Donald Trump ha ganado las
elecciones presidenciales a Hilary Clinton, el próximo 20 de Enero de 2017 se convertirá
en el 45 presidente de los Estados Unidos. La victoria de Trump puede parecer
una sorpresa si tenemos en cuenta los resultados de las encuestas sobre intención de voto que se han difundido
en los últimos meses, pero no si observamos la evolución que ha tenido el voto
en los últimos años en los Estados
Unidos. Los resultados de las elecciones de Noviembre del 2014, legislativas
y a Gobernador, supusieron para el Partido Demócrata (PD) una debacle, una importante caída en apoyo
electoral. El Partido Republicano (PR) se hizo con el control de la Cámara de
Representantes y del Senado, además gano las elecciones a Gobernador en 36 estados.
El PR gano las elecciones a Gobernador incluso en feudos tradicionalmente del
PD, como Maryland y Massachusetts. Además, la victoria de Trump confirma, al
igual que ha ocurrido en procesos electorales realizados en otros países, que los sondeos electorales ya no son lo que
eran, sus resultados suelen ser equivocados por un alto margen de error, seguramente
por muchas razones, entre las que se encuentran la intención de las empresas que los realizan de manipular al electorado y una elevada y difícilmente
identificable tendencia a mentir de los encuestados.
Evidentemente, la victoria de
Trump supone el fin de dos cosas. Primero, el fin de lo que se ha denominado la
Obamania. La victoria de Trump representa de forma clara el fin de la Obamania, pues a pesar de que las
encuestas dicen que el presidente Obama llega
al final de su segundo mandato con un alto nivel de popularidad, sus políticas no
han sido aceptadas mayoritariamente por
el electorado americano, provocando la derrota de Hillary Clinton, y el
debacle del Partido Demócrata. Al Partido Demócrata le va a costar mucho
recuperar los votos y el poder perdido durante casi 8 años de gobierno de la
Administración Obama. También supone el
fin de la defensa de la globalización económica, globalización económica impulsada con diferentes políticas durante la era de la Administración Clinton.
Globalización económica que ha sido muy dañina para los denominados países desarrollados
occidentales, provocando decadencia, empobrecimiento, incrementando la
desigualdad, destrucción de empleo, desorbitante incremento de la deuda pública,
etc., todo ello, principalmente, debido a aplicarse políticas partidarias de la libre circulación
de personas, bienes y capitales a nivel mundial.
La victoria de Trump supone cambio,
un cambio significativo e importante. El pueblo americano al votar a favor de
Trump se ha declarado a favor de otras políticas totalmente distintas a las que
viene aplicando en los últimos casi 8 años la Administración Obama. Muchos
analistas políticos se han apresurado en vaticinar que Trump no podrá aplicar muchas
de las medidas que ha prometido a sus votantes. Tal vez, personalmente creo que
si podrá aplicar muchas de ellas y por tanto va a haber tanto a nivel nacional
como internacional un antes y un después de Tump. Independientemente de lo que
las políticas de la futura Administración Trump supongan para los Estados
Unidos, estas van a marcar tendencia, van a suponer nuevas modas políticas que
pasaran a ser defendidas mayoritariamente en Occidente. Personalmente, creo que
la victoria del Partido Republicano, la victoria de Trump, y más concretamente
la victoria de sus propuestas, son una buena noticia desde una perspectiva
europea, pues en Europa necesitamos de forma urgente aplicar muchas de las
medidas que propone Trump. Medidas como son un mayor proteccionismo del tejido económico
y empresarial nacional, limitar la entrada de inmigrantes, fortalecer la
defensa y la seguridad, combatir la deslocalización de empresas, y poner límites
al libre comercio. La victoria de Trump supondrá el comienzo de una nueva era para Occidente.
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