jueves, 7 de septiembre de 2017

EL PARLAMENTO DE CATALUÑA APRUEBA LA LEY DE REFERÉNDUM. NO ERREMOS EL TIRO.

El Parlamento de Cataluña logro ayer aprobar la Ley de Referéndum, con la que pretende dotar de algún tipo de legitimidad al referéndum independentista que el Gobierno de Cataluña tiene planeado realizar el próximo 1 de octubre. Para ello, previamente, el Gobierno había reformado el reglamento de la Cámara catalana para que se pudiera realizar la aprobación rápida de leyes, buscando así que las leyes puedan pasar a estar aprobadas antes de se pronuncie el Tribunal Constitucional sobre si se adapta o no al actual marco constitucional.

La Ley de Referéndum ha sido aprobada por 72 votos a favor, los de Junst pel Si, CUP y el del diputado no adscrito Germá Godo, este último, ha tendido que dejar el partido al que pertenecía, Convergencia Democrática de Cataluña (Junts pel Sí) por estar investigado en un asunto judicial. Catalunya Sí Que Es Pot, o sea, Podemos, que cuenta con  11 diputados autonómicos, se ha abstenido. Ciudadanos, el Partido Socialista de Cataluña y el Partido Popular de Cataluña, en total 52 escaños,  se ausentaron de la sala durante la votación. Con posterioridad, el presidente Carles Puigdemont ha aprobado el decreto de convocatoria del referéndum para el 1-O, en el cual se  preguntara a los ciudadanos catalanes  "¿Quiere que Cataluña sea un estado independiente en forma de república?”.

Para un observador como el presente, que no habla catalán, que no vive en Cataluña, y al que, por tanto,  lo que se apruebe en el   Parlamento de Cataluña  le afectara mínimamente, lo ocurrido ayer en dicho parlamento tiene forma de una puesta en escena minuciosamente elaborada y  planificada en el tiempo. Escenificación, con la que las elites dirigentes catalanas no se muy qué quieren expresar, pero que no hubiera podido tener lugar sin que existiera un pacto político nacional que la permitiera. El comportamiento de la oposición de Cataluña, ausentándose de la votación en vez de dejar constancia con sus noes,  de que se oponían a lo que se estaba aprobando me parece un acto propio de otro tipo de países no pertenecientes a la órbita occidental  en la que está integrada España. Más bien propio de países comunistas, narcoestados, dictaduras islámicas  y cosas así. Lo que está ocurriendo en Cataluña, respecto al papel que está jugando la oposición, se asemeja mucho a lo que ocurre en Venezuela, en la que la oposición existe pero en las decisiones importantes esta siempre ausente. Evidentemente, todo ha sido así porque todo entraba dentro del juego de la puesta en escena. Para ello, el Partido Popular de Cataluña coloco una serie de banderas, 6 nacionales y 5  autonómicas, para que posteriormente  una diputada autonómica de Podemos retirara las banderas nacionales, dejando las de Cataluña. Solo faltaba el general Julio Rodríguez,  ex JEMAD y actual dirigente de Podemos, retirando también banderas nacionales en el Parlamento de Cataluña.  El comportamiento de la oposición catalana merece tres  comentarios. Primero, las banderas son solo símbolos, trozos de paño, lo importante son lo que representan, personas, ideas, intereses económicos, etc. Segundo, en mi opinión, los dirigentes de los partidos políticos que se ausentaron de la sala, PSC, PP y C´s,  deberían de presentar su inmediata dimisión, por entrar en un juego no propio de un parlamento democrático. Tercero, Pablo Iglesias y los suyos, Podemos y sus satélites, deberían recordar que ellos como representación que son en España del comunismo internacional, hoy por hoy, en el único sitio en el que pueden retirar banderas es en Moscú y en países de la órbita rusa.

Hace no muchos días, Jefatura del Estado, partidos políticos constitucionalistas y partidos independentistas catalanes  avanzaban juntos escenificando la toma de la Plaza de Cataluña. Fascistas, islamistas, y comunistas, al más puro estilo militar, con vanguardia incluida, escenificaban la ocupación de la Plaza de Cataluña. Hoy dicen estar enfrentados. ¿Qué hay de cierto y de pantomima en todo esto? El tiempo nos lo relevara. Pero no debemos errar el tiro. El enemigo no está en el Parlamento de Cataluña, sino en el Palacio de la Zarzuela. El principal enemigo interior que hoy tiene España,  el enemigo de la estabilidad política y de la democracia, que pone en riesgo la paz, está en la Zarzuela, es el rey Felipe VI y  sectores monárquicos que le apoyan y que hacen que sus intereses prevalezcan sobre el interés general del conjunto de la sociedad española. Resumiendo, en lo que se cuece en el Parlamento de Cataluña la Zarzuela está jugando un papel principal e indispensable.

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