martes, 23 de julio de 2019

SÁNCHEZ DEBE DECIR NO A UN GOBIERNO DE COALICIÓN CON UP.


Los discursos y el resultado de la votación en el debate de investidura de Pedro Sánchez a  presidente del Gobierno,  ha dejado claro que el presidente en funciones tiene únicamente dos alternativas: Dimitir, y dejar que un nuevo candidato del PSOE a presidente del Gobierno busque un pacto con el PP o con Ciudadanos o forzar la convocatoria de nuevas elecciones. En su discurso el presidente en funciones, Pedro Sánchez, ha dejado claro que no se fía de Unidas Podemos, de tal forma que está dispuesto a darle a algunos de sus dirigentes sueldos de ministro pero no quiere darles responsabilidades importantes, lo que ha sido interpretado por Unidas Podemos (UP) como intentar utilizarlos como objetos decorativos.

Es evidente, que la entrada de UP en el Gobierno sería un error de graves consecuencias para España. Unidas Podemos es la re representación del comunismo internacional en España, ha crecido contando con el apoyo mediático y en votos de sectores de la derecha afines al PP, y su secretario general, Pablo Iglesias, cobra del Gobierno de Irán por hacer propaganda política a través de la cadena de televisión Hispan tv. A pesar de ser un partido de ideológica comunista y anti- OTAN, entre sus dirigentes esta un ex JEMAD de las monárquicas Fuerzas Armadas Españolas, el general Julio Rodríguez. Por tanto, es difícil saber que representa de verdad UP, que representa de verdad el partido de los chicos de las mochilas. En el 2016, su secretario general, Pablo Iglesias,  exigió la mitad del Gobierno a Sánchez, ahora se conforma con algo menos, pero ¿Para qué, para que quiere entrar a formar parte del Gobierno de España?

Además, la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno de España serviría como justificación al PP para defender la entrada de la ultraderecha, de  Vox, de la voz de los militares y tal vez también su sastre, en las instituciones. Y en un futuro no muy lejano, siendo de prever que la composición del Congreso cambiara  en favor de la derecha,  también para justificar la entrada de Vox en el Gobierno de España. Pero eso no es todo, a Sánchez no le llega con los votos de Unidas Podemos para gobernar y aprobar cosas como la ley de Presupuesto Generales del Estado, necesitaría para ello también del apoyo de los diputados de ERC, y por tanto tendría que aceptar  ahora el  chantaje de ese partido,  que se negó a aceptar en el pasado convocando elecciones. El líder de ERC, Gabriel Rufián, ha dejado claro en su discurso  que siguen obsesionados con el mismo mensaje, que  quieren hacer un nuevo referéndum de independencia, no asumen que ya lo hicieron, que  lo ganaron y que declararon la independencia y por eso algunos de sus dirigentes están hoy en la cárcel y otros refugiados de la justicia en países extranjeros. Está claro, que el independentismo catalán sigue con la pantomima del proceso independentista, pactado con poderes del Estado,  para poder así reivindicar espurios intereses que nada tienen que ver con que Cataluña pase a ser un Estado soberano e independiente. Que Sánchez forme un Gobierno de coalición con UP no tiene ningún sentido ni lógico ni útil, la experiencia hace prever que no podrá gobernar sin el apoyo de PP o Ciudadanos.

España se encuentra en una situación política grave. Los denominados partidos políticos emergentes, Podemos, Ciudadanos y ahora también Vox, no están favoreciendo la gobernabilidad de España y la solución de problemas del país, sino impidiéndolo. El presidente Sánchez ha propuesto reformar el artículo 99 de la Constitución para que España pase a tener un sistema presidencialista, de tal forma que de las elecciones generales salga elegido ya un presidente del Gobierno. No sé si será la mejor solución. Lo que sí está claro es que España necesita una reforma del sistema electoral. La corrupción de los partidos políticos está permitiendo que en política entren personas mediocres,  sin méritos y lo que es todavía peor, sin vínculos con la sociedad a la que dicen representar, simplemente porque ello les interesa a los líderes de los partidos que confeccionan las listas. España necesita un sistema electoral que dote de más poder a los ciudadanos, de tal forma que estos puedan realmente elegir a sus representantes políticos y no como ahora listas de candidatos de partidos,  cerradas y bloqueadas.


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