Desde hace tiempo ya es difícil
saber que pasa en Cataluña y sobre todo por qué pasa. Por ejemplo, las elites independentistas burguesas catalanas declaran la
independencia (27 de Octubre de 2017) pero luego, demostrando
una enorme cobardía, no se atreven a tomar el control de las fronteras, que
sería lo lógico y de esperar, y dicen
que todo ha sido simbólico, sin efectos jurídicos. Pero aún más difícil es
entender el comportamiento por parte de los poderes e instituciones del Estado.
Desde los poderes del Estado se permitió
que se amenazara al Estado durante años con el proceso independentista; luego
se permitió la convocatoria del referéndum del 1-O recurriendo a la brutalidad
policial contra humildes ciudadanos sin responsabilidades políticas, de forma
innecesaria, para hacer una demostración
de fuerza desde el Estado e intentar evitar que votaran, eso sí, se permitió que las elites independentistas dieran a conocer el
resultado del referéndum, en directo, a través
de los medios de comunicación televisivos. Desde los poderes del Estado se permitió que
se votara la independencia en el Parlament (27-O) y que se realizara una Declaración
Unilateral de Independencia, no emprendiendo ninguna actuación ni policial ni
judicial hasta pasados unos días, lo que favoreció que su máximo responsable, el ex presidente Puigdemont,
pudiera huir al extranjero y refugiarse en Bruselas, donde se encuentra en la
actualidad impulsando el proceso independentista.
Luego, el Gobierno de España
aplico el artículo 155 de la Constitución, tomando el control del Gobierno autonómico
de Cataluña, pero de una forma muy suave. Los dirigentes políticos independentistas siguieron en todo momento
controlando las instituciones gracias a la lealtad de funcionarios previamente
situados en puestos clave. Ni se disolvió
el cuerpo policial de los Mossos d´Esquadra, como sería lógico por ser leales
al independentismo, ni ser cerro su principal instrumento de propaganda, TV3. Convocándose
elecciones autonómicas y permitiéndose que el proceso independentista
continuara liderado, por su actual presidente, Quim Torra. Y por último, el Poder Judicial le ha dado la razón
a las elites dirigentes independentistas a través de la sentencia del Tribunal
Supremo sobre el procés, al considerar que en ningún momento el proceso
independentista supuso violencia, y por tanto, que no hubo un delito de rebelión.
Es difícil entender que pasa
en Cataluña y sobre todo por qué pasa, pero una de mis principales hipótesis siempre
ha sido que desde El Palacio de la Zarzuela, los monárquicos, estaban buscando un
ambiente en Cataluña que justificara una intervención militar. Y parece ser que
los
acontecimientos que han tenido lugar esta semana en Cataluña, a partir de
que el Supremo ha dado a conocer la
sentencia del procés, van confirmando
tal hipótesis. El Gobierno de España ha perdido el control del orden público en
Cataluña, permitiendo que el Gobierno autonómico, cuyo presidente es Quim
Torra, haya trasladado la fiesta de San Juan de junio a octubre, llenando las
calles de Barcelona de hogueras y permitiendo el corte de importantes infraestructuras de comunicaciones. Una y otra
vez los medios de comunicación transmiten imágenes de como grupos de ciudadanos
alteran el orden público y toman el control de las calles, principalmente,
gracias a la casi total pasividad de los Mossos d´Esquadra. Todo ello se
justifica diciendo que la actuación policial está siendo proporcional a la
amenaza. Lógicamente es una interpretación, otra es que desde las instituciones
del Estado, y principalmente, desde el Gobierno de España, se está favoreciendo
que se genere una situación de caos en Cataluña. Ni siquiera se han hecho las
necesarias detenciones para averiguar quiénes son los grupos que están provocando
las revueltas sociales, si son catalanes, de otras regiones de España,
inmigrantes, ya corre el rumor de que los manteros han encontrado una nueva actividad en Cataluña. Da la impresión
de que desde el Gobierno de España no hay interés por averiguar y hacer público,
como sería de esperar en un estado democrático,
quienes son los grupos que están provocando los altercados, de quien reciben
las ordenes y posiblemente les paga, y sobre todo, que reivindican, pues pensar
que todo esto se hace buscando que el Supremo cambien la sentencia después de
pronunciarse es muy ingenuo, y todo hace pensar que hay otras reivindicaciones.
En mi opinión, creo que estamos
ante la España de siempre, la España negra, de ocultas conspiraciones. Conspiraciones
que en este ocasión da la impresión de que son coordinadas por los monárquicos en
beneficio de sus intereses. En mi opinión, lo que está ocurriendo en Cataluña
ocurre porque se permite desde las instituciones del Estado, y se permite, ínsisto
porque interesa en el Palacio de la Zarzuela, porque interesa a los monárquicos.
No nos
debemos dejar engañar con operaciones de distracción, el enemigo está el
La Zarzuela,
son los monárquicos los que promueven, favorecen que se produzca y controlan
todo esto, y es importante que sepan, que lo sabemos.
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