sábado, 2 de junio de 2018

SÁNCHEZ RESUCITA EL FRENTE POPULAR.


Frente a todo pronóstico, Pedro Sánchez, ha tomado hoy posesión de su cargo de presidente del Gobierno de España. Lo ha hecho gracias a una clara alianza con el comunismo internacional, representado en España, por Podemos. Después de 40 años de democracia Sánchez ha resucitado el histórico Frente Popular, ha resucitado a uno de los principales actores responsables de la Guerra Civil.

Con el nombramiento de Sánchez como presidente, apoyado por un Pablo Iglesias que recientemente ha trasladado su residencia a una lujosa mansión de una de las zonas más caras de la sierra de Madrid, supongo que para así acercarse, como mínimo físicamente, a la Zarzuela y la Moncloa, España vuelve a disponer de todos los elementos que provocaron la Guerra Civil: Monarquía, Frente Popular, conflictos territoriales, los militares participando de forma pública en la vida política, como es el caso del general y Ex JEMAD, Julio Rodríguez, actualmente uno  de los principales dirigentes de Podemos.

Conflictos territoriales, pues por mucho que se diga lo contrario, no hay normalidad constitucional en Cataluña. En Cataluña vuelven a gobernar los mismos que convocaron el referéndum del 1-O, el cual dio lugar a un despliegue policial y una actuación violenta de la Policía sin precedentes desde la Guerra Civil; vuelven a gobernar los mismos que declararon la independencia provocando la aplicación del artículo 155 de la Constitución por el Gobierno de España y dando lugar a la apertura de numerosos casos judiciales; vuelven a gobernar los mismos que quieren  que Cataluña tenga categoría de Estado, sin enfrentarse a los poderes del Estado español, ni romper los vínculos con sus elites, es decir, vuelven a gobernar Cataluña los que reivindican una bilateralidad a la que se oponen  el resto de comunidades autónomas, incluido Euskadi, incluido el PNV que ha favorecido el nombramiento de Sánchez.

EL nombramiento de Sánchez representa dos grandes  victorias. La primera, lógicamente, individual, del propio Sanchez, claro que también es cierto que a veces hay victorias que es mejor no lograr. La segunda, colectiva, del comunismo internacional, o sea, de Podemos. Pero también hay perdedores, entre los que no incluyo al PP. El PP, después de haber gobernado en entorno a siete años se va con las alforjas muy llenas, y con suficiente poder y capacidad para situar bien a su gente fuera del Gobierno. El principal perdedor es Ciudadanos, que después de coquetear con los dos principales partidos de dimensión nacional, PP y PSOE, se ha quedado para vestir santos, lo cual es prematuro saber cómo le resultara. Otro gran perdedor es el PSOE, pues si fracasa la gestión de Sánchez, lo que es muy probable debido a su debilidad real, solo cuenta con 84 diputados,  y los condicionamientos de sus apoyos, en concreto de Podemos, ello provocara que reduzca todavía más su respaldo electoral.

Con el nombramiento de Sánchez, el Gobierno de España pasa a estar dirigido de forma clara desde Moscú. Así, Rusia vuelve a influir en la política internacional no mediáticamente, personalmente a través de su gente, intentando desestabilizar las democracias occidentales, en este caso, España, en beneficio de sus intereses exteriores. Sánchez ha metido al enemigo, el comunismo internacional representado por Podemos,  en la Moncloa, algo que indiscutiblemente se va a notar. Ahora sí, ahora si con un Gobierno dirigido desde Moscú los españoles van a tener razones para estar indignados. Sánchez traidor, renuncia al cargo.

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