Hoy en se han producido dos hechos políticos de enorme relevancia, que sin duda alguna contribuirán a deteriorar todavía más la baja calidad de la democracia española y pondrán en riesgo la convivencia entre españoles. En primer lugar, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha negado a cooperar con la administración de justicia acogiéndose a su derecho a no declarar testigo en contra de su esposa, Begoña López, investigadas por un supuesto trafico de influencias. En segundo lugar, el Gobierno de Sánchez ha aceptado conceder a Cataluña un régimen fiscal propio, distinto al común, similar al concierto económico que la Constitución otorga a Euskadi, a cambio de que Esquerra Republicana de Catalunya de su apoyo para que el líder del Partido de los Socialistas de Cataluña, Salvador Illa, sea investido presidente de la Generalidad de Cataluña.