jueves, 19 de noviembre de 2015

ESTADO ISLÁMICO, EL PRECIO QUE OFRECEN PAGAR.

Desde siempre, no es algo nuevo, las  elites dirigentes han tenido tendencia a pensar que la gran masa de ciudadanos que constituye la opinión pública es poco inteligente, y por tanto que se  la puede mentir, engañar y manipular con facilidad. Yo, que no pertenezco a ese grupillo elitista, no lo considero así, ni los ciudadanos que no pertenecen a las elites, lo es por su falta de inteligencia ni son fácilmente manipulables, sobre todo en una época como la actual en la que los ciudadanos reciben información  y se pueden informar a través de numerosas y muy diferentes fuentes. Y por tanto considero, que a la hora de tratar el tema del terrorismo todo Gobierno debe respectar un principio básico “No contar nada, o si cuenta decir siempre la verdad” En el tema del terrorismo intoxicar informativamente el ambiente no es conveniente ni positivo. A pesar de ello en los países occidentales a la hora de tratar el tema del terrorismo se ha puesto de moda, no sé si por la misma razón o por diferentes, intoxicar el ambiente, contribuyendo a generar un ambiente de miedo, provocar desconfianza, y despertar odios. Miedo, desconfianza y odio, que no son los mejores ingredientes para dar una solución al problema del terrorismo.

El mayor incidente de tipo terrorista que ha sufrido la UE ha sido el del 11-M, en Madrid. La confusión informativa que genero el Gobierno de España fue máxima, llegando incluso en un principio a atribuir dicho atentado a una organización que no lo había cometido, la organización terrorista ETA. Quedando al descubierto numerosas evidencias que de forma clara conducen a pensar, sin ningún tipo de duda, que el 11-M fue un claro caso de terrorismo de Estado, lo que explica que la autoría de lo ocurrido no se haya atribuido a ningún Estado extranjero ni grupo terrorista.  Curiosamente, el Gobierno de España no ha adoptado ninguna reacción para castigar dicho ataque terrorista, a pesar de que se difundió que sus ejecutores eran ciudadanos extranjeros de religión musulmana, justificándose ante la opinión pública con el argumento de que ello se debe a que era una acción del terrorismo global, sin territorio, sin jefes, etc. Lo que fue realmente es un atentado terrorista realizado contando con complicidades y apoyos en la cúpula del Estado español, de ahí la posición adoptada, o mejor dicho que tuvo que adoptar, el Gobierno de España.

Con el 13-N, ataque armado de carácter terrorista que tuvo lugar en París, no está ocurriendo lo mismo que con el 11-M pero también hay mucha intoxicación informativa, que está provocando miedo, desconfianza y odio. ¿Quién ataca? ¿Para  qué? No está claro. Lo único claro, es que el ataque ha sido realizado por un grupo terrorista con bajo nivel de preparación y organización, es importante insistir en ello, aunque haya interés periodístico, e incluso de expertos en contraterrorismo, en difundir lo contrario. Es importante insistir en ello, en la baja capacidad de actuar del terrorismo islamista que ha atentado en  Paris el 13-N, porque ello indica que actúan porque falla el Estado, porque cuentan con complicidades y apoyos provenientes de sectores con poder en el Estado francés. La principal diferencia con el 11-M, es la reacción del presidente F. Hollande, que ha hecho una declaración de guerra informal, transmitiendo al pueblo francés  el mensaje de “Francia está en guerra” y ha señalado un enemigo exterior, el Estado Islámico, a pesar de que no está claro quien lo ha reivindicado a través de un video, ¿En nombre de qué organización o Estado habla? ¿A quién representa?, pues no es el  líder conocido de ningún ente, Estado o grupo terrorista.

El presidente Hollande, seguramente teniendo importantes razones para ello, considera que es el Estado Islámico el que desea sumergir a Francia en un ambiente de terror, asesinando ciudadanos civiles, no combatientes,  y ha decidió liderar una coalición para intervenir militarmente contra dicho ente. Para ello ha pedido el respaldo de la UE, pero en cambio no ha solicitado, por lo menos públicamente, de forma oficial, la activación del artículo 5 de la NATO.  Aun mas, se dice que las unidades militares francesas desplazadas a la zona se unirán a las rusas, ya allí, para actuar de forma conjunta contra las fuerzas militares del Estado Islámico. La decisión del presidente Hollande merece dos reflexiones. Primera, hay numerosos antecedentes históricos que indican que crear una coalición internacional numerosa para intentar resolver un problema o conflicto armado es la mejor forma de asegurarse un fracaso. Segunda, ¿Qué es el Estado Islámico? Recientemente, el exministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, al que doy una elevada credibilidad sobre este tema,  afirmo “EL EI no es fuerte, y las fuerzas del denominado califato podrían ser derrotadas totalmente en dos días” Entones,  ¿Por qué representa una amenaza para Occidente el EI? ¿Si el Estado Islámico es tan poca cosa como logra mantener en jaque a Francia, como logra  generar un ambiente de terror en una de las  principales potencias, tanto a nivel económico como militar, del mundo? ¿Cómo es que no se derrota  ya al EI? No lo sé, incógnitas para las que no tengo respuestas, pero que indican que se está ocultando información a la opinión pública europea, y que el EI cuenta en Occidente con importantes complicidades y apoyos entre las elites políticas.

Comparto con el presidente Hollande que estamos en guerra, y el enemigo está dentro, infiltrado, oculto en la comunidad musulmana, en una comunidad musulmana que lo protege o disculpa su comportamiento, al igual que disculpan sus acciones violentas otros sectores, cristianos, etc.,  de la sociedad occidental. En mi opinión el presidente Hollande debería pedir que se active el artículo 5 de la NATO, exigiendo así que se haga público que Estados  son o no aliados en la lucha contra el EI y el terrorismo islamista. El EI es militarmente hablando insignificante, pero no lo son sus apoyos, curiosamente no hay interés en derrotarlo, por no tenerlo no lo tiene ni siquiera el actor que debería ser el más interesado, el Gobierno de Israel. El EI no es el Islán, no lidera el Mundo islámico, pero si es apoyado por Estados y grupos del Mundo islámico, actores importantes y poderosos económicamente a nivel mundial. Como en el pasado lo fueron Saddam Hussein, Muamar el Gadafi, etc., el Estado Islámico es hoy  el precio que está dispuesto a pagar el Mundo islámico por atacar Occidente, lo que no se sabe es si será suficiente, o como ocurrió después del 11-S habrá un precio más elevado que el propuesto en principio.


No hay comentarios: