La
presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, ha fijado la fecha del próximo
debate de investidura, al que tendrá que presentarse el presidente en funciones
Mariano Rajoy, el próximo 30 de Agosto. Coincidiendo con
dicho hecho, no se conoce a qué nivel de relación, el PP y Ciudadanos han
firmado un, no sé cómo llamarlo, tal vez lo más adecuado sea un preacuerdo, muy ambiguo, que no está claro,
sobre seis puntos, paso previo para comenzar una negociación. Curiosamente, dicho preacuerdo ha sido firmado por los números dos, sino menos, de los
respectivos partidos, Rafael Hernando y Juan Carlos Girauta, a lo mejor, parafraseando al diputado
Hernando, porque es entre los únicos que
hay amor, aunque también se evidencia una enorme desconfianza, pues lo normal
hubiera sido que primero se negociara y
luego se firmara el acuerdo final. Si la investidura fracasa, como todo parece
indicar de acuerdo con las declaraciones de los líderes de los partidos de la oposición, que
representan 180 noes, las próximas elecciones generales serán el próximo 25 de
diciembre, día de Navidad.
En un país
de gran tradición navideña, como es España, llamar a los ciudadanos a votar el día
de Navidad, no parece ni muy apropiado, ni muy inteligente y, además, será bastante caro, teniendo en cuenta, por ejemplo, el despliegue
en seguridad que se activa cuando hay elecciones generales. Dando a entender que
la elección de la fecha se ha hecho por alguna razón oculta, como se dice coloquialmente, todo indica que aquí
hay gato encerrado. Pero ¿Qué gato y a quién beneficia? Rafael Hernando ha
dicho “La fecha no viene determinada por nosotros” No sé a quién se refiere con
nosotros, tal vez debería aclararlo mañana, pues a no ser que la haya fijado
Papa Noel, todo da a entender que ha sido la presidente del Congreso, Ana
Pastor, la que la ha fijado con el visto bueno del partido al que pertenece, el
PP. En mi opinión, de acuerdo a la situación
política de España, lo más apropiado es
que se hubiera cuadrado el día de investidura para que en el caso de esta fracasar, las próximas elecciones fueran el 22 de Diciembre, día de la lotería de
Navidad, pues hoy por hoy parece que es una lotería lo único capaz de elegir a un nuevo presidente del Gobierno. Con
ya varios meses con un Gobierno en funciones, y varias semanas retrasando la elección
de la fecha del debate de investidura, es evidente e indiscutible, que no
hubiera pasado nada por retrasarla diez días más. ¿Por qué no lo han hecho?
Alguien debería de explicarlo mañana, pues todo da a entender que hay ocultas
intenciones, y todo lo que se oculta en política, como en el amor, suele ser
por lo general muy negativo para aquellos que lo desconocen.
A
pesar de que el acuerdo prematrimonial que han firmado Hernando y Girauta logre
acabar en matrimonio, es decir, en un sí de Ciudadanos a la investidura, no
sería suficiente para tener nuevo Presidente, el PP necesitara la abstención del PSOE. El líder
del PSOE, Pedro Sánchez, se ha reafirmado hoy en su no a la investidura de
Rajoy. A no ser que el PP confié en que haya miembros del PSOE, en torno a 11, que decidan en el momento de la votación ir al
servicio o al hotel de enfrente del Congreso a pasar un rato, es decir, que se
ausenten de la votación, el proceso de investidura fallida habrá sido un acto
de manipulación de la opinión pública española. Acto que representara una pérdida
de tiempo que contribuirá a erosionar el sistema democrático, a incrementar la
inestabilidad política y a dañar la economía y el mercado laboral.
Incluso poniéndonos en la mejor de las hipótesis posibles, es decir, que sea
investido presidente Rajoy con el sutil apoyo del PSOE, los problemas de España
no se solucionaran, España seguirá siendo ingobernable, pues a día de hoy es
muy difícil que un Gobierno del PP logre aprobar los Presupuestos Generales del
Estado, con el no reafirmado hoy por el PSOE.
España
vive, ya desde hace tiempo, una época en
la que no solo la derecha, sino la política en general, está liderada,
controlada, por los sectores más retrógrados y fascistas de la sociedad
española, o mejor dicho, de las elites dirigentes, que al final son las que
deciden, las que ordenan, las que fijan modas políticas, las que establecen los límites a lo que se
puede hacer o no sin temer a consecuencias. Una época en la que ha habido
terrorismo de Estado, una época en la que las elites han recurrido, con total
impunidad y apoyo por parte de las instituciones del Estado, a lo que se conoce como prácticas de medicina
punitiva para defender sus intereses, logrando así oprimir a sectores más desfavorecidos y vulnerables de
la sociedad española. Fruto de ello es, sin lugar a dudas, la extraña elección del
30 de Agosto como fecha de la investidura. Tal vez son esas elites de las que
se quiere desmarcar Hernando, pero en tal caso debería dimitir de su cargo, o
aclarar mañana, quienes son “Ellos”.
En una
coyuntura como la actual de España, en la que hay sectores de la derecha española
que están apoyando el crecimiento del comunismo, es decir, de Podemos o alguno
de sus satélites, como en Galicia, En Marea, el PP podría favorecer un gobierno
del PSOE sin sufrir ningún desgaste, su electorado lo entendería, algo que debió
de hacer tras el 20-D, al firmarse el pacto PSOE-Ciudadanos. Pero lo contrario,
que el PSOE favorezca la investidura de un presidente del PP, contribuyendo a
aprobar, además, como sería necesario, los Presupuestos Generales del Estado para el 2017, supondría un enorme desgate para
el PSOE. El PSOE con ello estaría cavando su propia fosa, dándole a Podemos,
los comunistas, el liderazgo de la
izquierda española, algo que sería muy malo para la sociedad española.
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