jueves, 4 de agosto de 2016

ALTA IRRESPONSABILIDAD POLÍTICA Y FALSAS EXPECTATIVAS.

La falta de consenso parlamentario para elegir un nuevo Presidente del Gobierno de España, tras dos elecciones generales, si no fuera un tema importante, deberíamos calificarlo de situación quijotesca, pero al tener la transcendencia que tiene para el conjunto de la sociedad, cuando más avanza el tiempo mayores serán sus consecuencias negativas, debemos de calificarlo de tomadura de pelo al pueblo español. Los líderes de los principales partidos políticos con representación en el Congreso de los Diputados, una y otra vez se reiteran en sus posiciones, posiciones que impiden la formación de un nuevo Gobierno, pero a la vez, apoyándose en los medios de comunicaron,  crean falsas expectativas, diciendo cosas como “estamos trabajando” “estamos negociando” “hay posibilidad de acuerdo”. Falsas expectativas que representan un insulto a la inteligencia de los españoles y que solo tienen un fin, manipular a la opinión pública, justificando una situación política que se eterniza y con la que no esta claro que desean lograr.  Faltas expectativas creadas para logar más tiempo, pero ¿Más tiempo para qué? Ante la falta de acuerdo ¿Por qué no convocan unas nuevas elecciones ya?

Siempre que leo algo sobre historia de España del siglo XX,  llego a la misma conclusión. Los responsables de la guerra civil no fueron los militares que dieron el Golpe de Estado, sino aquellos que crearon la situación que lo provoco, en concreto, la Monarquía y la clase política de la época.  Una situación caracterizada por una elevada pobreza y una elevada desigualdad económica, alta inseguridad ciudadana, fracaso del impero de la ley, lo que se conoce como el Estado de Derecho, y elevada inestabilidad política. Inestabilidad política alimentada por actores exteriores, los regímenes totalitarios de la época,  y los grupos monárquicos resentidos por la cobarde abdicación  del rey Alfonso XIII. Hoy, muy lejos de aquella época, y con una coyuntura nacional e internacional muy distintas, España vuelve a vivir una situación parecida. Con un comportamiento altamente irresponsable de la clase política, entendiendo por clase política la cara visible de las elites dirigentes. Con un actor exterior, el comunismo internacional, otra vez contribuyendo a desestabilizar España, a través de  Podemos y sus satélites, lo que denominan las confluencias. Instrumento del comunismo internacional, Podemos, creado gracias a contar con el claro apoyo de sectores de la derecha española, con intereses en grandes empresas que realizan sus actividades en países de la órbita del comunismo de nuestra época. Sectores de la derecha española que no solo les dan apoyo de diferentes formas, económico, mediático, sino que también votos canalizando hacia ellos el voto de sectores clientelares de la derecha española.

Hoy como en el 36 la política vuelve a ser el principal problema de España, es evidente, que el pueblo español, que tuvo que sufrir casi 40 años de dictadura militar, y que luego supo evolucionar a una democracia de una forma poco traumática, no se merece la clase política que  tiene. El discurso de los líderes de los principales partidos con representación en el Congreso de los Diputados, Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias, se resume en una frase “No cambiaremos nuestros posicionamientos pero las cosas cambiaran”, es decir, llevan meses diciendo “No cambiaremos nuestra postura respecto al resto de partidos pero se podrá formar Gobierno” algo, que hasta el más negado en matemáticas puede apreciar que es imposible. ¿A que están jugando? ¿Está ya España políticamente fuera de control o las elites dirigentes españolas están cocinando, quieren provocar,  una determinada situación? Es difícil saber que está ocurriendo, pero en mi opinión, todo es resultado de un comportamiento poco democrático perseguido por sectores de las elites dirigentes españolas, sectores que no se conforman con gobernar, sino que también quieren someter a los ciudadanos, también quieren aplicar contra los ciudadanos sutiles medidas represivas, propias de una tiranía, no propias ni aceptables en una democracia.

La democracia consiste, dicho a groso modo, en que los ciudadanos voten cada cierto tiempo para elegir a sus gobernantes. Pero hay muchas formas diferentes de contar los votos, todas ellas justas. El sistema electoral que tiene España, unido al matiz de democracia parlamentaria, es decir, que son los diputados los que eligen al Presidente del Gobierno, es evidente, que no es el más adecuado para la actual coyuntura política de España, con un alto fraccionamiento del mapa político. Todo aquel que siga la vida política española, percibirá que los actos de irresponsabilidad de los principales líderes no cesan de sucederse, parece que no quieren que llegue la última, día tras día parecen estar  dispuestos a cometer un mayor acto de irresponsabilidad, eso sí, siempre, cínicamente, exigiendo responsabilidad política a los adversarios.


En mi opinión, la situación política de España mejoraría con pequeños actos de responsabilidad política de los principales partidos políticos, o sectores sociales sobre los que estos ejercen poder o influencia, cito algunos. Uno, el PP podría quitarle el apoyo que le lleva dando desde que se organizó el 11-M a Podemos y sus confluencias. Dos, Ciudadanos es un partido que no tiene espacio ideológico propio en el espectro político español. En Estados Unidos entre Clinton y Sanders hay más diferencias ideológicas que las que pueda haber entre Rivera y Rajoy o Sánchez, y en cambio están en el mismo partido. Un partido político como Ciudadanos, integrado en un porcentaje importante por ex cuadros del PP y del PSOE,  no tiene sentido en el mapa político español, contribuyendo únicamente a favorecer la ingobernabilidad de España. La disolución de Ciudadanos o su integración en otro partido, como ha hecho IU sumándose a Podemos, sería un acto de enorme responsabilidad política. Tres, el PSOE podría quitarle el apoyo que le da a Podemos y sus satélites para que gobiernen en importantes ayuntamientos de España. Entiendo que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, no quiere favorecer que el presidente Rajoy vuelva a ser investido presidente, me parece además, una decisión acertada, pues de otra forma estaría contribuyendo a que Podemos se convirtiera en el principal partido de la izquierda española. Lo que es realmente incomprensible es que el PSOE, negándoles en reiteradas ocasiones su apoyo Podemos, sigua dándole su apoyo, permitiendo que gobierne en importantes ayuntamientos, contribuyendo así a que sus líderes hagan caja y se haga más fuerte como partido. Con esos tres pequeños actos de responsabilidad política y la convocatoria, lo antes posible, de unas nuevas elecciones, está claro que la gobernabilidad de España volvería a estar garantizada de forma democrática. La otra opción es romper la baraja.

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