La
falta de consenso parlamentario para elegir un nuevo Presidente del Gobierno de
España, tras dos elecciones generales, si no fuera un tema importante, deberíamos
calificarlo de situación quijotesca, pero al tener la transcendencia que tiene
para el conjunto de la sociedad, cuando más avanza el tiempo mayores serán sus
consecuencias negativas, debemos de calificarlo de tomadura de pelo al pueblo
español. Los líderes de los principales partidos políticos con representación en
el Congreso de los Diputados, una y otra vez se reiteran en sus posiciones,
posiciones que impiden la formación de un nuevo Gobierno, pero a la vez, apoyándose
en los medios de comunicaron, crean
falsas expectativas, diciendo cosas como “estamos trabajando” “estamos
negociando” “hay posibilidad de acuerdo”. Falsas expectativas que representan
un insulto a la inteligencia de los españoles y que solo tienen un fin,
manipular a la opinión pública, justificando una situación política que se
eterniza y con la que no esta claro que desean lograr. Faltas expectativas creadas para logar más
tiempo, pero ¿Más tiempo para qué? Ante la falta de acuerdo ¿Por qué no
convocan unas nuevas elecciones ya?
Siempre
que leo algo sobre historia de España del siglo XX, llego a la misma conclusión. Los responsables
de la guerra civil no fueron los militares que dieron el Golpe de Estado, sino aquellos que crearon la situación
que lo provoco, en concreto, la Monarquía y la clase política de la época. Una situación caracterizada por una elevada pobreza y una elevada desigualdad económica,
alta inseguridad ciudadana, fracaso del impero de la ley, lo que se conoce como
el Estado de Derecho, y elevada inestabilidad política. Inestabilidad política alimentada
por actores exteriores, los regímenes totalitarios de la época, y los grupos monárquicos resentidos por la cobarde
abdicación del rey Alfonso XIII. Hoy,
muy lejos de aquella época, y con una coyuntura nacional e internacional muy
distintas, España vuelve a vivir una situación parecida. Con un comportamiento
altamente irresponsable de la clase política, entendiendo por clase política la
cara visible de las elites dirigentes. Con un actor exterior, el comunismo
internacional, otra vez contribuyendo a desestabilizar España, a través de Podemos y sus satélites, lo que denominan las
confluencias. Instrumento del comunismo internacional, Podemos, creado gracias
a contar con el claro apoyo de sectores de la derecha española, con intereses
en grandes empresas que realizan sus actividades en países de la órbita del
comunismo de nuestra época. Sectores de la derecha española que no solo les dan
apoyo de diferentes formas, económico, mediático, sino que también votos
canalizando hacia ellos el voto de sectores clientelares de la derecha
española.
Hoy como
en el 36 la política vuelve a ser el principal problema de España, es evidente,
que el pueblo español, que tuvo que sufrir casi 40 años de dictadura militar, y
que luego supo evolucionar a una democracia de una forma poco traumática, no se
merece la clase política que tiene. El
discurso de los líderes de los principales partidos con representación en el
Congreso de los Diputados, Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias, se resume en una
frase “No cambiaremos nuestros posicionamientos pero las cosas cambiaran”, es
decir, llevan meses diciendo “No cambiaremos nuestra postura respecto al resto
de partidos pero se podrá formar Gobierno” algo, que hasta el más negado en matemáticas
puede apreciar que es imposible. ¿A que están jugando? ¿Está ya España políticamente
fuera de control o las elites dirigentes españolas están cocinando, quieren
provocar, una determinada situación? Es difícil
saber que está ocurriendo, pero en mi opinión, todo es resultado de un comportamiento
poco democrático perseguido por sectores de las elites dirigentes españolas,
sectores que no se conforman con gobernar, sino que también quieren someter a
los ciudadanos, también quieren aplicar contra los ciudadanos sutiles medidas
represivas, propias de una tiranía, no propias ni aceptables en una democracia.
La democracia
consiste, dicho a groso modo, en que los ciudadanos voten cada cierto tiempo
para elegir a sus gobernantes. Pero hay muchas formas diferentes de contar los
votos, todas ellas justas. El sistema electoral que tiene España, unido al
matiz de democracia parlamentaria, es decir, que son los diputados los que
eligen al Presidente del Gobierno, es evidente, que no es el más adecuado para
la actual coyuntura política de España, con un alto fraccionamiento del mapa político.
Todo aquel que siga la vida política española, percibirá que los actos de
irresponsabilidad de los principales líderes no cesan de sucederse, parece que
no quieren que llegue la última, día tras día parecen estar dispuestos a cometer
un mayor acto de irresponsabilidad, eso sí, siempre, cínicamente, exigiendo responsabilidad política a los adversarios.
En mi opinión,
la situación política de España mejoraría con pequeños actos de responsabilidad
política de los principales partidos políticos, o sectores sociales sobre los
que estos ejercen poder o influencia, cito algunos. Uno, el PP podría quitarle
el apoyo que le lleva dando desde que se organizó el 11-M a Podemos y sus
confluencias. Dos, Ciudadanos es un partido que no tiene espacio ideológico
propio en el espectro político español. En Estados Unidos entre Clinton y
Sanders hay más diferencias ideológicas que las que pueda haber entre Rivera y
Rajoy o Sánchez, y en cambio están en el mismo partido. Un partido político como
Ciudadanos, integrado en un porcentaje importante por ex cuadros del PP y del
PSOE, no tiene sentido en el mapa político
español, contribuyendo únicamente a favorecer la ingobernabilidad de España. La
disolución de Ciudadanos o su integración en otro partido, como ha hecho IU sumándose
a Podemos, sería un acto de enorme responsabilidad política. Tres, el PSOE podría
quitarle el apoyo que le da a Podemos y sus satélites para que gobiernen en
importantes ayuntamientos de España. Entiendo que el líder del PSOE, Pedro Sánchez,
no quiere favorecer que el presidente Rajoy vuelva a ser investido presidente,
me parece además, una decisión acertada, pues de otra forma estaría contribuyendo
a que Podemos se convirtiera en el principal partido de la izquierda española.
Lo que es realmente incomprensible es que el PSOE, negándoles en reiteradas
ocasiones su apoyo Podemos, sigua dándole su apoyo, permitiendo que gobierne en
importantes ayuntamientos, contribuyendo así a que sus líderes hagan caja y se
haga más fuerte como partido. Con esos tres pequeños actos de responsabilidad política
y la convocatoria, lo antes posible, de unas nuevas elecciones, está claro que
la gobernabilidad de España volvería a estar garantizada de forma democrática.
La otra opción es romper la baraja.
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