Hace dos años, en el 2016, el
secretario general del PSOE, Pedro Sánchez,
intento ser investido presidente del Gobierno de España firmando un pacto con
Ciudadanos, pero le faltaron votos al negarle su apoyo Podemos. Hoy, vuelve a
intentar ser presidente de una forma constitucional, pero también muy sutil,
presentando una moción de censura, esperando ganarla únicamente gracias al
rechazo que el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, provoca entre los
diferentes partidos que constituyen la oposición.
Sánchez, su discurso, como era de esperar, ha
argumentado como razón para presentar la moción los numerosos casos de corrupción
que afectan al PP, y en concreto la sentencia del caso Gürtel, que atribuye al
PP financiación irregular. Lo cual según Sánchez constituye dopaje económico,
distorsionando la competición democrática por el poder. Durante su primera intervención
Sánchez no ha pedido de forma directa el apoyo de ninguna fuerza política, eso sí,
le ha tirado de forma clara los tejos, a dos colectivos muy de moda en los últimos
años: Al denominado Movimiento 15-M y al
actual Movimiento Feminista. Sánchez, ha buscado el apoyo del 15-M, es decir, del
comunismo internacional, representado en el Congreso por Podemos, atribuyéndole
la bandera de la regeneración democrática.
O Sánchez no se entera de los que está pasando en España, de lo que supuso el
15-M y supone Podemos, o quiere
contribuir junto a Podemos a manipular mediáticamente a la opinión pública. O también
puede ser que ya haya ido o piense ir a la Caja de Ingenieros, en busca de
pasta como ya ha hecho el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. Y también
ha buscado el apoyo del actual Movimiento Feminista, el cual no sé por qué votos
cree Sánchez que está representado en el Congreso. Según el Sr. Sánchez este país cambio el pasado 8-M,
no aclarando en qué, pues personalmente no percibo ningún cambio importante. Sánchez
ofrece su apoyo para que el movimiento
feminista siga avanzando, metafóricamente hablando, para que recorra también Princesa,
pero no dice que supondrá para las mujeres y para España dicho avance.
PP y PSOE, han aprovechado el
debate de la moción para atacarse mutuamente de corrupción, y tienen razón el
presidente Rajoy y el candidato a presidente Pedro Sánchez: España es una
cleptocracia. Más allá de eso, nada interesante y nuevo se está diciendo hoy en
el Congreso. Sánchez, consciente de su debilidad, al no contar con el apoyo de
Ciudadanos, busca de forma oculta el
apoyo de Podemos, protegiéndose de lo que ello pueda representar comprometiéndose
a mantener los Presupuestos Generales del Estado para el 2018, aprobados por el
actual Gobierno del PP, y pendientes del trámite del Senado. Presupuestos en
contra de los cuales ha votado el PSOE. Sánchez quiere gobernar, mediante
pactos ocultos basados en la palabra que ha dado a grupos que también la opinión
publica desconoce. Sánchez quiere llegar a ser presidente del Gobierno formando
un extraño trio: Logrando el apoyo de Podemos, lo que muy probablemente supondría
que dicha formación entraría a formar parte de su Gobierno. Y manteniendo los
Presupuestos del PP, lo que le permitiría levantar un barrera frente a las
posibles reivindicaciones económicas de Podemos.
Comparto con el secretario
general del PSOE, Pedro Sánchez, que España vive una situación de excepcionalidad.
A través de la sentencia del caso Gürtel,
importante resaltar que 10 años después de comenzar su instrucción, la justicia española ha dejado constancia,
afirmado, que el PP desde que llego al poder en el 96 ha sido una organización política
por la que han circulado ríos de dinero negro de procedencia ilegal. Corrupción
política que ha permitido el desorbitado
enriquecimiento de muchos de sus dirigentes. Y lo grave no es solo eso, que
dirigentes políticos hayan utilizado una organización política para enriquecerse, sino que ello ha permitido
que durante la era del presidente Aznar el poder de las instituciones del Estado hayan sido
utilizadas para cometer todo tipo de abusos, flagrantes violaciones de los
Derechos Humanos, e incluso, según numerosas fuentes, también, terrorismo de
Estado.
Sánchez tiene razón, España
vive una situación de excepcionalidad, pero no es consciente que lo que
pretende sería todavía más excepcional. Todavía sería más excepcional que Sánchez
debido a su falta de apoyos gobernara con unos Presupuestos que su partido ha
rechazado. Todavía seria mas excepcional, que Sánchez, buscando una alianza con
Podemos, con un Podemos instrumento del
comunismo internacional en España, que ha nacido y crecido gracias al apoyo de sectores de la
derecha, quisiera entrar a formar parte
de la antigua y conocida pinza PP-Comunistas ¿Para logar qué? Sánchez puede
llegar a ser presidente dando una oculta palabra a Podemos y apoyándose en el
rechazo que Rajoy provoca entre los partidos de la oposición, pero muy probablemente seria para
breve. A la primera crisis o decisión importante que tuviera que tomar Sánchez,
su partido, el PSOE, muy probablemente le obligaría a dimitir, por su
acercamiento ideológico a Podemos, como ya ocurrió en el 2016.
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