Esta
mañana ha comenzado el proceso de investidura del candidato de Junts per Catalunya (JxCat), Quim Torra, como próximo presidente del
Gobierno autonómico de Cataluña. Quim
Torra ha comenzado su discurso de investidura presentándose como un hombre de
paja a las órdenes del prófugo de la justicia y ex presidente de la
Generalitat, Carles Puigdemont. En sus primeras palabras, Torra, ha manifestado
su intención de continuar con la defensa del mandato que según los sectores
independentistas catalanas surgió del Referéndum
del 1-0, dicho de forma resumida, Torra ha anunciado que seguirá con la misma
hoja de ruta, con las mismas intenciones, políticas y reivindicaciones, que ha dado lugar a la aplicación del artículo
155 de la Constitución y así, a la intervención de la Comunidad Autónoma de
Cataluña por el Gobierno central. Torra
lograra ser investido presidente por mayoría simple si la CUP se abstiene.
¿Quien es Torra? Torra es un personaje muy mediocre de la política catalana, con poco
pasado político, conocido únicamente por algunas declaraciones polémicas,
insultantes y fuera de lugar, por las cuales ha pedido disculpas, pero que han
contribuido a definir su ideología y estilo. Además, es un personaje con un
futuro tanto dentro de la política como profesional muy incierto. En guerra, cuando una unidad militar, por ejemplo, de Infantería,
progresa en un ambiente hostil, como puede ser el de alto riesgo de emboscadas y trampas, con
frecuencia al mando le surge la duda de
a quien es mejor poner en vanguardia, si al más veterano y con mayor experiencia,
y por tanto con mayor probabilidad de poder sobrevivir, o al más novato, cuya
baja supondrá un menor coste para el conjunto de la unidad. Duda, que el mando
suele resolver rotando a los que deben ir en vanguardia, de tal forma que todos
pasen por el puesto de mayor riesgo. Da
la impresión de que Junts per Catalunya ha elegido al más novato para liderar un
proceso de algo riesgo, y este, Torra, carente de un porvenir claro, con un futuro
profesional y político muy incierto, lo ha aceptado, no sintiendo la menor vergüenza
al perder su dignidad política al
autodefinirse de forma pública como un hombre de paja de Puigdemont.
Torra ha dejado claro en su discurso que
continuara con la misma hoja de ruta y táctica que hasta ahora había tenido el
denominado independentismo catalán, y digo denominado, porque está claro que su
proyecto poco tiene que ver con que Cataluña
se convierta en un Estado soberano e independiente, y mucho con ocultas reiniciaciones
en defensa de intereses personales, intereses de sectores de las elites
dirigentes burguesas catalanas, que son las que están moviendo todo esto en
clara complicidad con sectores de poder del Estado central. Entre otras cosas,
ha solicitado la reclamada bilateralidad, es decir, que la Generalitat y el Gobierno de España puedan
negociar de igual a igual concretos asuntos, algo a lo que se oponen las 16
restantes Comunidades Autónomas de España. ¿Por qué el nacionalismo catalán continua
con la misma hoja de ruta y la misma táctica? En mi opinión por dos razones. Una,
la aplicación del 155 está siendo muy light, no está teniendo efectos reales
importantes. Gracias a una elevada politización de la Administración autonómica
catalana, durante años aquellos que han gobernado, en concreto la antigua CDC,
han colocado en puestos claves de la
misma a gente de su máxima confianza, alta politización que también se da en
otras administraciones, incluso en la
central, el independentismo sigue sintiendo que gobierna y controla a
Administración a pesar de la aplicación del 155. Dos, el independentismo considera que los
proceso judiciales abiertos contra algunos de sus principales dirigentes
acabaran, de una u otra forma, porque el Poder Judicial los anule o porque el
Gobierno los indulte, en nada.
El pleno de investidura que hoy está teniendo
lugar, con un candidato que sigue con la misma hoja de ruta, intenciones y
decisiones, que ha provocado la aplicación del 155, deja claro, como era de
prever, que fue un error, a no ser que se persiguieran ocultas intenciones, que
el Gobierno de Rajoy convocara unas
elecciones para un fecha tan próxima a su aplicación. El Gobierno de Mariano Rajoy podía haber
solicitado la suspensión de la delegación de voto de dos prófugos de la
justicia, Carles Puigdemont y Toni Comín,
ante el Tribunal Constitucional, pero no lo ha hecho, cosa que si ha hecho
Ciudadanos. Si la CUP se abstiene, y Torra es investido presidente, lo será gracias
a la actuación del Gobierno de Rajoy pues la solicitud de suspensión de la delegación
de dichos votos por parte del Gobierno tendría
efecto inmediato sin necesidad de esperar que se pronuncie el Constitucional.
La aplicación del 155 no ha causado los efectos
que serían de esperar. La crisis catalana se encuentra estancada, no evoluciona
en ninguna dirección. Las elites independentistas catalanas, a pesar de tener a
numerosos dirigentes en la cárcel, siguen con la misma música, con sus ocultas
y personales reivindicaciones. Lo único nuevo es que poco a poco el
independentismo va dando a conocer sus aliados exteriores. Puigdemont, en
contra a todo pronóstico, ha ido a encontrar apoyo en el país responsable de
las dos guerras mundiales, una Alemania gobernada
por un partido, la Unión Demócrata Cristiana de la canciller Ángela Merkel, aliado europeo de la derecha que gobierna
España, el PP.
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