miércoles, 20 de mayo de 2020

CRISIS COVID19, 5ª PRORROGA DEL ESTADO DE ALARMA: ALARMANTE.

En los juegos de naipes con dinero, hay una táctica que es muy utilizada por jugadores  que son expertos en hacer trampas al dar las cartas. Consiste en que el jugador siempre se da para él malas cartas, y las buenas se las da a un cómplice que tiene en la partida y cuyas ganancias comparten,  evitando así atraer la atención, levantar sospechas, en resumen, evitar  favorecer que le puedan descubrir. Metafóricamente hablando, en la  política española da la impresión de que hay un oculto jugador, tramposo, que reparte cartas, y maneja a su antojo el Congreso de los Diputados, organizando mayorías según le conviene para sus intereses. De otra forma es imposible explicar lo que ha ocurrido en los últimos años, y principalmente, desde la moción de censura de Sánchez contra Rajoy hasta hoy.

Frente a todo pronóstico, en junio de 2018, el hoy presidente, Pedro Sánchez, sin ser diputado, logro ganar una moción de censura contra el entonces presidente Mariano Rajoy, gracias a lograr una mayoría con el apoyo de partidos con diferentes intereses, cuando no opuestos. Rajoy acababa de aprobar  los Presupuestos Generales del Estado (PGE), contando para ello, entre otros,  con los apoyos de  Ciudadanos y el Partido Nacionalista Vasco. Presupuestos todavía hoy en vigor, debido a que el presidente Sánchez no ha logrado aprobar otros. Pero de un día para otro, el PNV, cambio su posicionamiento, y le retiro el apoyo a Rajoy para apoyar la mayoría que quería investir a Sánchez presidente. Desde entonces Sánchez ha logrado mantenerse en el poder gracias a una endeble e inestable mayoría de izquierdas, pero apoyada por el PNV,  que le da su apoyo con el único fin de evitar que se haga con el poder el Partido Popular, formando un Gobierno de coalición del PSOE con la actual y principal representación del comunismo internacional en España, Unidas Podemos.

En dos ocasiones, Ciudadanos ha provocado que Sánchez tuviera que convocar elecciones generales. La primera, en febrero de 2019, al negarle el apoyo para aprobar los PGE. La segunda, en septiembre 2019, al no querer formar con el PSOE un gobierno de coalición. Pero aun así, hoy, inexplicablemente, Ciudadanos a dado su apoyo para que el Gobierno de Sánchez logre una quinta prorroga del estado de alarma. ¿Qué puede provocar que un partido liberal, como Ciudadanos, de su apoyo a un Gobierno en el que está un partido comunista cómo Podemos? ¿Qué puede provocar que el PNV forme una mayoría para apoyar al Gobierno con un partido como  Ciudadanos, para el que uno de sus principales  objetivos políticos es acabar con el Concierto Económico vasco? Pues no lo sé, pero muy probablemente algún jugador oculto, que reparte cartas y lo que no son cartas, en beneficio de sus intereses.

Desde su nacimiento, es constatado que  Podemos, hoy Unidas Podemos, después de quitarse la máscara de la transversalidad ideológica, y darse a conocer como un partido de ideología comunista,  ha contado con el apoyo mediático y en votos de sectores de la derecha española. Parece, así lo dan a entender numerosos hechos, que sectores de las elites dirigentes de la derecha española, afines al PP,  han  fraccionado el mapa político español, para incrementar su poder económico gracias a incrementar sus vínculos y relaciones económicas con países de la órbita de Unidas Podemos, el bloque de los BRICS, etc. Produciéndose hechos tan chocantes, como que un ex JEMAD, el general Julio Rodríguez, de un Ejército de un Estado miembro de la OTAN y principal defensor y apoyo de la Monarquía,  haya pasado a ser un alto dirigente de un partido político de ideología comunista, que se mueve en la órbita de Rusia y sus actuales aliados. Es difícil saber quién mueve realmente los hilos de la política española, o a que intereses obedece esta, pero una hipótesis posible y muy probable, es que familias de la CEOE, que controlan a Ciudadanos y apoyan a Podemos, tengan mucho que ver con la actual situación de España, y con las votación que hoy ha permitido que Sánchez haya logrado una quinta prorroga del estado de alarma.

La crisis del covid-19, cuyo origen está por determinar, ha creado un pseudoambiente, irreal, basado en más falsedades que verdades, que muchos gobiernos como el de España, están aprovechando para imponer medidas represivas. Mentiras, como la última utilizada por el Gobierno de Sánchez de que con el confinamiento se han impedido  300.000 muertes, algo que no tiene ningún sustento científico, pero sí en cambio es indiscutible, que más de dos tercios de las muertes por coronavirus en España  han sido de personas que fueron sometidas a confinamiento, a aislamiento, en residencias de ancianos. Pero es un pseudoambiente, que a pesar de contar con la complicidad de los medios de comunicación, ya no cuenta con el respaldo social. En la gran mayoría de los países occidentales, los ciudadanos ya no se creen que las medidas adoptadas por sus Gobiernos tengan por fin salvar vidas. En numerosos países, los ciudadanos están ya exigiendo que se retiren las medidas represivas, que se permita la libertad de circulación, que se abran fronteras y que la economía vuelva a funcionar de un forma similar a como lo hacía antes de surgir la amenaza del covid-19. Pero el Gobierno de Sánchez, a pesar de reconocer al aprobar el Plan  de Estabilidad para el 2020, que sus medidas represivas han hundido totalmente la economía española, sigue obsesionado con mantener la represión, con seguir utilizando la crisis del covid-19 para justificar represión y encubrir violaciones de los derechos humanos, cuando no asesinatos.

La crisis del coronavirus ha demostrado que crear un pseudoambiente a nivel global que justifique represión, medidas represivas que priven a  ciudadanos sanos de derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como por ejemplo,  la igualdad ante la ley, la libre circulación y el derecho a salir de cualquier país, es fácil, pero de costes muy elevados para las economías occidentales y sus sistemas democráticos. En España, nadie se cree que un partido como Vox, la voz de los militares, heredero ideológico de aquellos que provocaron la segunda Guerra Mundial, nazismo alemán y fascismo italiano, este preocupado por las libertades de los ciudadanos, todo lo contrario, la gente sabe que si la represión con Sánchez como presidente es elevada, con Vox en el Gobierno todavía sería peor. Pero ello no quita, que partidos como Vox, logren mover las  calles de las principales capitales europeas, como lo hicieron en las primeras décadas del siglo pasado, con el pretexto de la falsa defensa de los derechos de los ciudadanos. Crear un pseudoambiente, como el actual, que justifique represión,  es fácil, pero será muy malo para Europa, y sobre todo para España.

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