domingo, 10 de mayo de 2020

NI LA AMENAZA DEL COVID-19, NI LA REPRESIÓN DE SÁNCHEZ CREAN RIQUEZA.

El próximo lunes, 11 de mayo, comenzara el plan de desescalada elaborado por el Gobierno para ir retirando de forma progresiva y controlada las medidas que ha adoptado para hacer frente a la  situación de emergencia sanitaria causada por el covid-19. Este plan durara entre 6 y 8 semanas, estando previsto que termine para finales de junio. El Gobierno quiere mantener durante todo el periodo de desescalada el estado de alarma. A algunas regiones que habían solicitado pasar a la fase 1, el Gobierno no se lo ha autorizado, como es el caso de la Comunidad de Madrid, o se lo ha autorizado de forma parcial, por ejemplo, a la Comunidad Valenciana y Cataluña. Según varios gobiernos autonómicos, los criterios utilizados para cambiar de fase no están claros.  Con la fase uno el Gobierno permitirá una mayor circulación de personas a nivel provincial y una mayor actividad económica, aun así esta seguirá siendo muy baja, con limitaciones de aforo o la prohibición de abrir comercios de más de 400 m2 .

La sociedad española empieza a percibir las consecuencias negativas que provocaran las medidas adoptadas por el Gobierno para sus vidas debido a los efectos sobre la economía. Medidas como el  cierre de actividades económicas e imponer el confinamiento de personas sanas, haciendo caer el consumo a lo mínimo necesario para sobrevivir. Las medidas adoptadas por el Gobierno  no disfrutan ya ni de aceptación social ni aceptación por parte de los Gobiernos autonómicos. Todos los Gobiernos autonómicos han intentado pasar de forma total o parcial a la fase 1. Muchas regiones de España incrementan de forma vertiginosa su actividad económica con la llegada del buen tiempo. La temporada de primavera ha sido totalmente nula, para algunos sectores incluso ha provocado grandes pérdidas, si a uno de julio la situación en España no ha vuelto a la normalidad previa a la crisis, las previsiones para la temporada de verano son muy similares a las de primavera, ello hace que muchos Gobiernos autonómicos estén ya presionando para lograr lo antes posible pasar  de fase y avanzar en la desescalada.  

En lo que llevamos de crisis, los expertos en salud han descubierto poco sobre el covid-19, eso sí,  se consideran ya unos expertos en confinamiento, pero la realidad es que es la primera vez que se impone un confinamiento de personas sanas. La medida del confinamiento es una moda que ha exportado el Régimen comunista chino con el covid-19, al imponerla en la ciudad de Wuhan el pasado enero. En julio de 2019 la Organización Mundial de Salud declaro la emergencia sanitaria mundial por el brote de ébola que se había producido en República Democrática del Congo. Entonces, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, sostenía que "Las restricciones comerciales o de viaje no servirán para ningún propósito útil". Quiero con ello decir, que medidas que hoy nos quieren imponer aquí, como el confinamiento de personas sanas o restricciones a la movilidad de personas,  como algo  necesario  contra el coronavirus no fue considerado así frente al ébola en otros países. Hasta el punto que en la Republica Democrática del Congo han impuesto restricciones a los viajes debido al covid-19  que no tenían con el ébola.

Sin ser experto en temas de salud, es de lógica que el confinamiento es eficaz únicamente en dos casos: Uno, si comprende a un número muy limitado de personas o una zona geográfica muy pequeña. Dos,  si la amenaza es muy  grave, que no es el caso, un confinamiento total, es decir, que el número de personas con derecho circular fuera mínimo, militares, miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y personal sanitario. Un confinamiento total, en el que solo saliera a la calle gente equipada con protección, un confinamiento total en el que a la gente aislada en sus casas se les suministrara de forma segura alimentos, bebidas y medicamentos. Pero un confinamiento como el que se ha impuesto en España, en el que se permite la libre circulación de personas por todo el territorio nacional para ir a trabajar, o que van a trabajar y luego lógicamente tienen que volver a sus hogares a vivir con el resto de miembros de la familia,  sin saber si estas tienen el virus o no, si saber si estas están contagiadas o no y por tanto siendo potenciales transmisores de la enfermedad, es absurdo y totalmente ineficaz. No sé porque baja realmente el  número de contagios, pero nada indica que sea debido al confinamiento de una parte de la población, que en su gran mayoría sigue en íntimo contacto con potenciales portadores del virus.

En la crisis provocada por el virus de origen Chino, covid-19, hay dos cosas que de forma clara no se entienden. Primero, si la epidemia del SARS del 2002 dio a conocer que una epidemia de este tipo o incluso peor, el SARS era más letal que el covid-19, se podía producir por qué los gobiernos no dedicaron recursos a investigar el coronavirus y elaborar planes eficaces de respuesta. Los investigadores en estos asuntos dicen ahora que trabajan a contrarreloj para buscar una vacuna y tratamientos, y además, que lo lograran en breve ¿Por qué no investigaron en los últimos 17 años? Sería interesante conocer los informes confidenciales que los investigadores enviaron a sus Gobiernos en los  últimos 17 años, y que recomendaban en ellos, pero con la información que conocemos, debemos de pensar que  la actual clase científica ni es creíble ni fiable.

Acaba de entrar en vigor la cuarta prorroga al estado de alarma y el presidente Sánchez ya ha dicho que solicitara una quinta al Congreso de los Diputados, para lo que parece que ya cuenta con el apoyo de Ciudadanos, un partido político decadente, que no cesa en perder dirigentes, y elevadamente cínico, pues critica lo que apoya. Numerosos hechos dan a entender que el presidente Sánchez quiere que persista un ambiente de amenaza causado por el ataque del covid-19 que justifique la represión y permita encubrir violaciones de los derechos humanos, cuando no incluso asesinatos. Pero ello choca con la dura realidad, la represión no crea riqueza, un ambiente con la amenaza latente del covid-19 no permitirá la reactivación de la economía,  y los Gobiernos autonómicos empiezan a estar descontentos con la gestión del Gobierno y a exigir una situación que permita recuperar  la actividad economía en la temporada de verano.

El Gobierno tenía problemas para cuadrar las cuentas ya antes de la crisis, y aunque ahora dice que hay dinero para todo, para ERTE,s, para un ingreso mínimo vital, que no se sabe cómo lo va a pagar una Seguridad Social que ya tenía un déficit de en torno a 16.000 millones de euros antes de la crisis, a no ser que crean que pueden compensarlo con los pensionistas que mueran por el covid-19, la realidad es que las cuentas públicas españolas están al borde de la quiebra. Pero la quiebra del Estado no la pagaran ni sufrirán las familias de la CEOE, las ricas elites empresariales españolas, muy contentas con que el comunismo internacional, representado en España por Unidas Podemos, este en el Gobierno de España. Ni tampoco las elites políticas, los Sánchez, los Iglesias, etc,  la pagaran los más vulnerables, funcionarios, pensionistas, y trabajadores por cuenta ajena. Cualquier día, el Sánchez que hoy derrocha, para contentar y silenciar a los suyos, como hizo Zapatero, nos dice que son necesarios recortes, que es necesario que funcionarios y pensionistas se aprieten el cinturón, mientras las elites políticas se siguen enriqueciendo desde fuera del sector público.

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