jueves, 16 de febrero de 2017

EN LA MONCLOA RAJOY, LA SAGEP Y SUS APOYOS, ENFRENE.

Transcurridos más de 100 días desde que el presidente Rajoy ha tomado de nuevo posesión del cargo, después de haber estado casi un año en funciones, ha llegado el momento de preguntarse ¿Tiene España Gobierno? Evidentemente, la pregunta es compleja y ambigua, pues depende de lo que se entienda por tener gobierno. España tiene Gobierno en cuanto al hecho de que hay unas personas que se sientan en los bancos azules del Congreso de los Diputados, pero poco más. El actual Gobierno de España, al estar en minoría en el Congreso de los Diputados,  no tiene capacidad para tomar decisiones y aprobar leyes, al carecer del necesario apoyo parlamentario para ello. El fraccionamiento del mapa político español ha sido negativo para España, negativo para la sociedad española. Aquellos que lo defendieron y fomentaron sabían que iba a ser así, manipulando a la opinión pública para impulsarlo y lograrlo.  Debido a ello, ahora España se encuentra en una situación de ingobernabilidad, en la que es muy difícil que se le puedan dar soluciones políticas, acertadas, eficaces y duraderas  a temas importantes.

España está,  para lo importante, sin Gobierno. Dos claros ejemplos. Uno, el Gobierno no podrá aprobar los Presupuestos Generales del Estado  para el 2017 teniendo que prorrogar los del año anterior. Dos, el Gobierno, y en concreto el Ministerio de Fomento, carece del sufriente apoyo en el Congreso para aprobar el Decreto de liberalización de la actividad de estiba en los puertos españoles, liberalización que exige  a España,  de forma inmediata, la UE. El tema de los Presupuestos es de sobra conocido.  Para apoyarlos, el Gobierno necesitaría el apoyo de los socialistas o de los nacionalistas, por ejemplo, PNV, más Ciudadanos. El presidente Rajoy fue investido gracias al apoyo de Ciudadanos y la abstención del PSOE. Pero el apoyo de Ciudadanos, además de no  ser suficiente, parece ser  inconsistente, Ciudadanos se reserva el derecho,   de apoyar o no al Gobierno, no sabiéndose que exigiría y decidirá a la hora de aprobar unos nuevos Presupuestos.

El asunto los estibadores es todavía más grave que el de los Presupuestos. Pues refleja una España sin Gobierno, con un Estado sometido al chantaje mafioso de un sector de trabajadores. El sector empresarial de la estiba es, al igual que otros muchos, todavía hoy heredero de unos privilegios concedidos para contentar a determinados sectores sociales, laborales,  durante la época de la dictadura militar. Se mire como se mire el asunto de los estibadores es infumable. En una democracia, que tiene una economía basada en  libre mercado, donde libertades como la libertad de empresa y la libertad de contratación, deben estar garantizadas por el Estado, no tiene cabida que una organización como la Sagep tenga el monopolio de quien puede o no realizar la actividad de estiba. El Gobierno ha decidido retrasar la aplicación del Decreto de liberalización. El ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, ha dicho que todavía hay margen para que los estibadores y la patronal resuelvan sus diferencias. Es evidente, que por razones que desconozco, el Gobierno quiere, como se suele decir de forma coloquial, “escurrir el bulto” es decir no asumir sus obligaciones.

Cuando un sector empresarial disfruta de privilegios es siempre porque disfruta de fuerza política. No están claros todavía los apoyos políticos con que cuentan los estibadores, y en concreto su cúpula, la Sagep. El secretario general de Ciudadanos, Albert Rivera, les ha dado ya su apoyo, siendo tremendamente curioso que un partido de ideología liberal se oponga a la liberalización de un sector económico, no sé qué pensaran de ello sus colegas liberales europeos. Está claro que Albert Rivera tiene algún interés  oculto en este asunto. El PSOE, seguramente debido a su situación interna, no  ha dejado claro todavía  cuál es su postura al respecto, pero importantes dirigentes del partido se han pronunciado en contra de quitar privilegios a los estibadores. Siendo el asunto de los estibadores muy parecido al de los controladores aéreos, parece ser que los socialistas no tienen esta vez  tan clara su postura. El Gobierno del ex presidente Zapatero, aprobó una nueva ley destinada a sacarle a los controladores aéreos algunos  de sus privilegios, en concreto,  de naturaleza salarial. Y la aprobó justo en los últimos meses del 2010, sabiendo que ello iba a provocar problemas, ya que muchos controladores iban a cumplir con las horas de trabajo que le exigía la nueva legislación laboral antes de finalizar el año. Todo ello porque el Gobierno del ex presidente Zapatero quería aprovechar la reforma del control aéreo para  hacer una demostración de poder, cerrando el espacio aéreo, decretando el estado de alarma, y tomando las torres de control aéreo de los aeropuertos, con miembros de las Fuerzas Armadas, cuyo JEMAD era en aquel momento el general Julio Rodríguez, actual dirigente de Podemos. Curioso, ¿No?


Al Gobierno de España se le podría aplicar el viejo dicho mexicano de “Aquí vive el Presidente, el que gobierna, enfrente. Es decir, que en la Moncloa esta Rajoy, pero quien decide es la Sagep y los apoyos políticos con que cuenta en España. El asunto de los estibadores, como ha dejado claro la Comisión Europea, no es un problema entre la Sagep, que controla de forma mafiosa la actividad de estiva, y la Patronal, sino entre la Sagep y el Estado, y por tanto, es el Gobernó el que debe darle una solución justa, legal, propia de un estado democrático y  de una economía de libre mercando. 

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