La elevada desigualdad económica es
el principal problema que ha tenido España a lo largo de la historia, causa de
otros muchos problemas, incluso podríamos decir que fue caldo de cultivo de la
Guerra Civil, la cual en los últimos años se ha vuelto a
incrementar de forma notable. Las elites dirigentes burguesas españolas siempre
han sido partidarias de una muy desigual distribución de la riqueza. Lograda,
principalmente, de dos formas. Imponiendo una política de muy bajos salarios, y utilizando el sistema
educativo de forma discriminatoria, para segregar a los ciudadanos, impidiéndoles,
o como mínimo reduciendo, el acceso a altos niveles de titulación a las nuevas generaciones
procedentes de los estratos más bajos y desfavorecidos de la sociedad española.
Al impedirles el acceso al conocimiento les condenaban sutilmente a ocupar los puestos peor pagados de la
sociedad. Un gran error, pues está demostrado que las naciones que más han
logrado desarrollarse y progresar a lo largo de la historia son aquellas en las que sus elites dirigentes
ha permitido una más equitativa redistribución de la riqueza y han apostado por aumentar el nivel educativo del
conjunto de la sociedad, no limitándolo únicamente a una pequeña elite rica y burguesa.
Lo anterior, que es de sobra
conocido por la opinión pública y por la casta política, lo he querido utilizar
para empezar a hablar del asunto de los estibadores. Sector laboral cuyos
trabajadores disfrutan de unos sueldos irracionales, desproporcionados, como otros muchos sectores de la sociedad
española, todo hay que decirlo, lo cual contribuye a que exista en España una
elevada desigualada económica. Estibadores, que
siguen intentando someter a chantaje al Estado, a la sociedad española y
a las empresas que utilizan los puertos españoles, amenazando con una huelga de
9 días, que comenzaría el 6 de Marzo, si el Gobierno legisla a favor de
liberalizar el sector de la estiba en España, es decir, si autoriza el libre
establecimiento de empresas dedicadas a la estiba y la libre contratación de
trabajadores, hoy controlada de forma mafiosa por la denominada SAGEP (Sociedades Anónimas de Gestión deTrabajadores Portuarios). Liberalización que desde ya hace tiempo exige la UE a
España, hasta el punto que el asunto ha llegado al Tribunal Europeo de
Justicia, el cual ha dicho, algo que era de cajón, algo evidente, que España incumple la normativa comunitaria
al no respetar la libertad de establecimiento y contratación.
Las condiciones laborales de los
estibadores se resumen en: 6 horas laborables al día, 20 días al mes, y ello a
cambio de alrededor de 70.000 euros brutos anuales. Para más inri, un
elevadísimo porcentaje de puestos laborales
son heredados, de forma endogámica, y por tanto ilegal, por los hijos de antiguos trabajadores.
Con esas condiciones de trabajo, deseables incluso por muchos profesionales con
una mayor cualificación que la que se requiere para ser estibador, debemos
preguntarnos ¿Por qué amenazan con ir a la huelga? La razón está clara: La
liberalización del sector provocara la automática perdida de muchos de los
privilegios que hoy tienen, entre otras razones, al pasar el sector a estar sometido a la ley de
la oferta y la demanda. Primero, liberalizar el sector obligara al Gobierno a
tener que disolver la mafiosa organización de la Sagep, la cual en este momento
tiene la capacidad de decidir que trabajador español puede o no trabajar en la estiba. Segundo, la
entrada de nuevos trabajadores va a provocar que en el sector haya salarios más
racionales y acordes a las cualificaciones de los trabajadores.
¿Cómo se ha podido dar esta
situación, durante tantas décadas, pues viene de la época de la dictadura
militar, en un país que tienen una
economía basada en el libre mercado y que además es un Estado democrático? La
respuesta también está clara. Durante décadas, ha habido una clara connivencia entre la SAGEP,
Anesco (Patronal de la estiba) y el Gobierno de España, de alguna forma todos
se beneficiaban de esta situación. La Sagep controlaba de una forma
monopolística, mafiosa y endogámica el sector. El Gobierno se quitaba de encima un
conflicto, concediendo por ley a los estibadores unos privilegios que se le niegan a otros trabajadores (Guía
Laboral - Relaciones especiales de trabajo por cuenta ajena- Estibadores
portuarios). Anesco, también se beneficiaba de la
situación, al impedirse la entrada de
nuevas empresas ejercían el monopolio del sector, fijando con total libertad
elevados costes por la actividad que realizaban, y los elevados salarios de sus
trabajadores, no suponían para los empresarios menores beneficios sino mayores
costes para las empresas que tenían la necesidad de utilizar los
puertos españoles.
Debo de reconocer que no comprendo
el apoyo que sectores de la izquierda española están dando al sector de la
estiva, intentado justificar lo injustificable en una economía de mercado y en
un Estado democrático. Intentando justificar la defensa de una situación
laboral abusiva, injusta e ilegal, que representa conceder por ley a
trabajadores y empresarios de la estiba unos privilegios que se les niegan a otros.
Siendo un total defensor del derecho de huelga, creo que en este caso, el
Gobierno de España debe actuar para garantiza que todos los trabajadores y
empresarios españoles estén sometidos a la misma legislación, impidiendo
abusivos privilegios que representan un chantaje al Estado, a la sociedad
española, pues son los ciudadanos los que al final pagan los elevados costes de
la estiba, y a las empresas que tienen que utilizar los puertos
españoles. Las alternativas son pocas, el Gobierno puede hacer una de dos cosas.
Uno, nacionalizar las empresas de estiba, disolviendo la Sagep, e integrando en
la Administración a los estibadores con los
niveles y sueldos correspondientes a su cualificación. O, lo que está
exigiendo al UE, liberalizar de forma inmediata el sector, disolviendo también
la mafiosa organización de la Sagep.
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