Nunca antes, en la historia de los Estados Unidos un
Presidente había sido objeto de tanto rechazo a nivel internacional, como el
que está teniendo el presidente Donald Trump. ¿Por qué? ¿Que causa el enorme
rechazo que sienten algunos dirigentes, en concreto europeos, hacia Trump? En
mi opinión, la causa está clara. Trump se ha salido de la espiral del silencio
que genera el pensamiento único político que hoy impera en Occidente, y
concretamente, aquí, en la UE. Un pensamiento único basado en la difusión y defensa
de políticas que perjudican los interese del gran mayoría de los ciudadanos y
que se sustenta en grandes falacias. Un pensamiento único que está
provocando de forma clara decadencia política, social, económica y militar.
Cito algunas de las falacias que constituyen dicho pensamiento
único: El Poder Judicial es independiente, la prensa es independiente. La UE es un espacio de seguridad, libertad y justicia,
y en el que se garantiza la defensa de
los derechos Humanos. La inmigración masiva, bien sea por razones económicas o políticas,
o sea, refugiados, es positiva para los países de destino. O más de índole económico como son: La libre circulación
internacional de capitales, bienes y servicios, es positiva. Importar en vez de
producir, y la deslocalización de empresas, son también positivas. Los tratados de libre
comercio son siempre positivos. Un pensamiento único que no es atacado ideológicamente
únicamente por la fuerza de la espiral del silencio que han logrado crear sus
defensores, pues todo el mundo sabe que la justica no es independiente, todo el
mundo sabe que la prensa defiende concretos intereses políticos, todo el mundo
sabe que el fenómeno de la inmigración genera más problemas que beneficios para
los países receptores, como lo confirma, por ejemplo, que la UE este estudiando
apoyar económicamente al Gobierno de unidad nacional Libio, comenzando con 200
millones de euros, para que impida la salida de inmigrantes hacia la UE.
Un pensamiento único, partidario de una mal entendida tolerancia, que supone defender los derechos de minorías culturales,
raciales, religiosas, etc., aunque ello
vaya en perjuicio de los derechos de la mayoría, y suponga inseguridad,
injusticia e incluso violaciones de los derechos humanos. Un pensamiento único
partidario de puertas abiertas a la inmigración masiva y organizada por las
elites de los países de origen, aunque ello suponga incrementar la inseguridad,
incrementar la conflictividad ciudadana y privar a los ciudadanos nacionales de importantes derechos. Los inmigrantes no
son solo números, son también personas, y sobre todo trabajadores, que compiten
con los nacionales por los mismos puestos de trabajo, por los mismos servicios públicos
y por ayudas sociales. Los inmigrantes son también trabajadores, demandantes de
empleo, y es evidente que si saturas el mercado laboral de mano de obra ello va
a provocar una inmediata y casi generalizada bajada de salarios.
Un pensamiento único, partidario de importar en vez de
producir, partidario de la deslocalización de empresas, y de tratados de libre comercio que favorezcan lo anterior, a pesar
de que se conoce que sus efectos, como mínimo a corto y medio plazo, son muy
negativos para lo que se conoce como países desarrollados, pues destruyen su
tejido industrial, destruyendo empleo e
incrementando el paro. Los tratados de libre comercio son positivos únicamente
cuando abarcan áreas y sectores económicos que se complementan y no compiten
entre sí. Cosas como la digitalización,
el desarrollo de la robótica, el desarrollo tecnológico en su conjunto, no son
las principales causas de los problemas que sufren las economías de los países desarrollados,
problemas, como el elevado paro. Como lo
pone de relieve el hecho de que en el país en el que el desarrollo tecnológico,
y la digitalización, son más fuertes, los Estados Unidos, tiene
una tasa de paro muy baja. El desempleo que se da en áreas como la UE se debe a
otras razones, diferentes al desarrollo tecnológico, como son las citadas
anteriormente, excesivas importaciones, deslocalización, entrada masiva de inmigrantes
para los que no hay empleos, etc. Ante
este pensamiento único, Trump se ha
declarado proteccionista, y ello asusta a sectores de las elites políticas europeas
que ven amenazados sus intereses particulares,
propios, de sus familias y de su entorno. Trump es una amenaza, cierto, para
las elites dirigentes europeas con intereses basados en el imperante y
equivocado pensamiento único.
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