viernes, 10 de febrero de 2017

TRUMP UNA AMENAZA, PARA EL PENSAMIENTO ÚNICO.

Nunca antes, en la historia de los Estados Unidos un Presidente había sido objeto de tanto rechazo a nivel internacional, como el que está teniendo el presidente Donald Trump. ¿Por qué? ¿Que causa el enorme rechazo que sienten algunos dirigentes, en concreto europeos, hacia Trump? En mi opinión, la causa está clara. Trump se ha salido de la espiral del silencio que genera el pensamiento único político que hoy impera en Occidente, y concretamente, aquí, en la UE. Un pensamiento único basado en la difusión y defensa de políticas que perjudican los interese del gran mayoría de los ciudadanos y que se sustenta en  grandes  falacias. Un pensamiento único que está provocando de forma clara decadencia política, social,  económica y militar.

Cito algunas de las falacias que constituyen dicho pensamiento único: El Poder Judicial es independiente, la prensa es independiente.  La UE es un espacio de seguridad, libertad y justicia, y  en el que se garantiza la defensa de los derechos Humanos. La inmigración masiva, bien sea por razones económicas o políticas, o sea, refugiados, es positiva para los países de destino. O más de índole económico como son: La libre circulación internacional de capitales, bienes y servicios, es positiva. Importar en vez de producir, y la deslocalización de empresas,  son también positivas. Los tratados de libre comercio son siempre positivos. Un pensamiento único que no es atacado ideológicamente únicamente por la fuerza de la espiral del silencio que han logrado crear sus defensores, pues todo el mundo sabe que la justica no es independiente, todo el mundo sabe que la prensa defiende concretos intereses políticos, todo el mundo sabe que el fenómeno de la inmigración genera más problemas que beneficios para los países receptores, como lo confirma, por ejemplo, que la UE este estudiando apoyar económicamente al Gobierno de unidad nacional Libio, comenzando con 200 millones de euros, para que impida la salida de inmigrantes hacia la UE.

Un pensamiento único,  partidario de una mal entendida  tolerancia, que supone  defender los derechos de minorías culturales, raciales, religiosas, etc.,  aunque ello vaya en perjuicio de los derechos de la mayoría, y suponga inseguridad, injusticia e incluso violaciones de los derechos humanos. Un pensamiento único partidario de puertas abiertas a la inmigración masiva y organizada por las elites de los países de origen, aunque ello suponga incrementar la inseguridad, incrementar la conflictividad ciudadana y privar a los ciudadanos nacionales  de importantes derechos. Los inmigrantes no son solo números, son también personas, y sobre todo trabajadores, que compiten con los nacionales por los mismos puestos de trabajo, por los mismos servicios públicos y por ayudas sociales. Los inmigrantes son también trabajadores, demandantes de empleo, y es evidente que si saturas el mercado laboral de mano de obra ello va a provocar una inmediata y casi generalizada bajada  de salarios.

Un pensamiento único, partidario de importar en vez de producir, partidario de la deslocalización de empresas,  y de tratados de libre  comercio que favorezcan lo anterior, a pesar de que se conoce que sus efectos, como mínimo a corto y medio plazo, son muy negativos para lo que se conoce como países desarrollados, pues destruyen su tejido industrial, destruyendo  empleo e incrementando el paro. Los tratados de libre comercio son positivos únicamente cuando abarcan áreas y sectores económicos que se complementan y no compiten entre sí.  Cosas como la digitalización, el desarrollo de la robótica, el desarrollo tecnológico en su conjunto, no son las principales causas de los problemas que sufren las economías de los países desarrollados, problemas, como el elevado paro.  Como lo pone de relieve el hecho de que en el país en el que el desarrollo tecnológico, y la digitalización, son más fuertes, los Estados Unidos, tiene una tasa de paro muy baja. El desempleo que se da en áreas como la UE se debe a otras razones, diferentes al desarrollo tecnológico, como son las citadas anteriormente, excesivas importaciones, deslocalización, entrada masiva de inmigrantes  para los que no hay empleos, etc. Ante este  pensamiento único, Trump se ha declarado proteccionista, y ello asusta a sectores de las elites políticas europeas que ven amenazados  sus intereses particulares, propios, de sus familias y de su entorno. Trump es una amenaza, cierto, para las elites dirigentes europeas con intereses basados en el imperante y equivocado pensamiento único.

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