Las tres juezas encargadas de
juzgar el caso Nóos, Samantha Romero,
Eleonor Moyà y Rocío Martín, según parece por unanimidad, acaban de hacer pública la sentencia. Iñaki
Urdangarin, para quien la Fiscalía pedía 19 años y 6 meses, ha sido condenado a
6 años y 3 meses. Su socio, Diego Torres, para quien el fiscal Diego Horrach pedía
16 años y 6 meses, ha sido condenado a 8
años y 6 meses de cárcel. Sentencia que todavía no es firme, sino que los
condenados podrán ejercer su derecho a
recurrirla ante el Tribunal Supremo.
La única diferencia entre un
ciudadano común y un juez, está en que el primero, el ciudadano, puede juzgar
pero no emitir condenas, algo, que en los países en los que rige el Estado de
Derecho es potestad únicamente de los jueces. Por tanto, voy a ejercer mi
derecho de ciudadano. Si uno lee mínimamente
la instrucción del caso Nóos, por los hechos que se relatan, llega rápidamente a
la conclusión de que la sentencia que ha
emitido el tribunal representa un escándalo,
una burla del Poder Judicial al pueblo español, y sobre todo representa el
poder y la influencia que la Casa Real
de Borbón, o sea, la Jefatura del Estado, ejerce sobre la justicia española,
anulando por completo el Estado de Derecho.
El 20 de Julio de 2010, el juez José Castro abrió el caso Nóos. Iñaki Urdangarin fue imputado el 29
de Diciembre de 2011. La justicia española ha tardado más de 5 años en investigar e instruir el caso Nóos y
8 meses en emitir una sentencia. Como se suele decir “Para este viaje no hacían
falta tales alforjas”. Es comprensible que el Poder Judicial quisiera darle un
trato benévolo a la Infanta Cristina, entre otras cosas, porque por su pertenecía
a la Casa Real, su condena perjudicaría de forma importante la imagen de la
Jefatura del Estado, algo que en poco iba a beneficiar a la ya desacreditada
democracia española. Y por consiguiente, la sociedad española tuvo que ser testigo de cómo
se decía que la Infanta no era responsable de lo que firmaba porque no sabía
que firmaba, que dinero más mal gastado en su educación ¿Le habrán aprobado los
exámenes únicamente por ser hija del Rey de España? Pero lo de Urdangarin clama
al cielo. La instrucción del caso Nóos dio a conocer que Urdangarin es responsable de haber cometió
graves delitos en una democracia, pues utilizaba su posición social y el apoyo
que tenia de la Casa Real para exigir cobros a la Administración, para exigir
que cargos públicos le pagaran por actividades
que no realizaba o sobrevaloraba, para más inri, el dinero que fraudulentamente recibía no lo
declaraba a Hacienda, sino que lo ocultaba en el exterior, en paraísos fiscales.
Indiscutiblemente, los hechos relatados en el sumario dan a conocer que Urdagarin había organizado, con la ayuda de la
Casa Real, lo que podríamos calificar como un sistema de cobro de impuestos paralelo
a la Hacienda Pública. Además, no deja
de ser curioso que su socio Diego Torres, haya tenido una condena superior a la
de Urdangarin, sin haber este último
llegado a ningún pacto con la justicia previo a la sentencia, en concreto, con la Fiscalía.
Sin ser experto en derecho, no voy yo a entrar a tipificar los delitos
cometidos por Urdangarin, pero se supone que la Fiscalía si sabe tipificar, y
su petición de condena ha sido rebajada a menos de la mitad, siendo, además,
comparativamente más baja que otras condenas que la justicia española ha
impuesto por delitos similares. Ambas
cosas, dan a entender, que los monárquicos
han utilizado su poder para condicionar el funcionamiento de la justicia
española, beneficiando así a Iñaki Urdangarin, el cual hoy esperaba la noticia
de la sentencia del caso Nóos en un país extranjero, en Suiza, protegido por
escoltas públicos, que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos.
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