El fiscal de Marsella, Brice Robien, considera que la
muerte de los 149 pasajeros del vuelo GWI9525 se debió a un homicidio
involuntario ejecutado por el copiloto Andreas Lubitz. El fiscal ha llegado a
esa conclusión después de analizar el contenido audio de una de las cajas
negras. De la información difundida de una de las cajas negras se deduce que el
copiloto Lubitz tuvo durante el vuelo un comportamiento irracional, impidiendo
la entrada en la cabina al capitán del vuelo, Patrick Sondheimer, el cual había
abandonado su puesto para ir al lavabo, manipulando los mandos del avión para provocar de forma intencionada que este
impactara contra el macizo Tois Évêvhes. Según las autoridades a cargo de la investigación
el comportamiento irracional del copiloto Lubitz se debió a que desde hace tiempo padecía trastornos psiquiátricos.
El fiscal Robien cree que Lubitz sintió un deseo espontaneo de destruir el avión,
yo no. En mi opinión son poco creíbles muchas de las informaciones que se están
difundiendo sobre el siniestro del vuelo GWI9525. En mi opinión, las
autoridades que controlan la investigación de lo sucedido están ocultando de
forma clara información a la opinión pública, ignorando que la percepción de la
realidad es siempre más importante que la versión oficial de la misma.
El fiscal Robien cree que Lubitz sintió un deseo
espontaneo de destruir el avión, yo no. Evidentemente, a falta de un móvil el
fiscal considera que el copiloto hizo chocar el avión contra una montaña debido
a que padecía un trastorno psiquiátrico. Pero es poco creíble, pues surgen una
serie de dudas e incógnitas de muy difícil explicación. Una circunstancia
extraordinaria puede llevar a un persona mentalmente sana a sufrir un proceso de enajenación mental
transitoria, provocado que tenga un comportamiento irracional, aunque no creo
que hasta el punto de cometer un acto como el de desear quitarse la vida
causando la muerte de otras 149 personas, pero según la información difundida de
la caja negra esa circunstancia extraordinaria no se produjo. Se dice que el
comportamiento del copiloto Lubitz se debió a que desde hace tiempo padecía
problemas psiquiátricos. Los médicos, los psiquiatras, son capaces de adivinar
si una persona esta mentalmente sana o no, pero el resto de personas lo
deducimos a través de hechos, a través del comportamiento. Si Lubitz padecía un
trastorno psiquiátrico importante, tanto como para desear suicidarse causando
la muerte de 149 personas, debía tener un comportamiento irracional, y no
correcto en su trabajo, ¿Cómo es que sus compañeros y jefes no lo detectaron? Y
si lo detectó ¿Cómo es que le permitieron volar poniendo en riesgo la vida de
los pasajeros? Evidentemente, o el comportamiento de Lubitz no se debe a su
enfermedad o hay como mínimo una elevada responsabilidad por parte de la compañía
Lufthansa y la Oficina Alemana de Aeronavegación.
The New York Times ha difundido incluso que Lubitz tenía
problemas de vista, lo cual me lleva a preguntarme ¿Qué reconocimiento médico
pasan los pilotos de la compañía Lufthansa? ¿Los problemas de Lubitz serían tan
importantes como para impedirle ver la montaña? El diario alemán Bild ha
difundido que ya se habían encontrado los restos de cuerpo del copiloto ¿Han
encontrado el hígado de Rubita? Algo importante pues a partir de su autopsia y
del análisis de partes similares se podrá saber con certeza que medicación estaba
tomando Lubitz, y si ese día había tomado drogas o excesivo alcohol.
Siempre que ocurre un asunto como el del siniestro del
Airbus 320 de Germangwings surgen intereses que provocan que se intente
gestionar la percepción de lo ocurrido controlando el flujo de información, desviando
la atención de lo importante para fijarla en otras cosas, ocultando información
o incluso difundiendo información falsa. En este caso también. Los medios de comunicación
están de forma clara fijando la atención informativa sobre lo trágico de lo
sucedido y el dolor causado, sobre historias personales de los fallecidos en el
siniestro, sobre posibles fallos en las medias de seguridad aérea, etc. Además,
los medios de comunicación están dando muy poca información relevante sobre
Lubitz, sobre su entorno, religión, su ideología, si mantenía alguna relación con
grupos extremistas o incluso islamistas,
y sobre todo están desviando la atención de lo más importante, que es saber que causo realmente el siniestro, es decir,
que causo realmente la muerte de 149 personas que no tenían entre ellas ningún vínculo
conocido, ni ningún tipo de relación conocida con la persona que se considera
su asesina, el copiloto alemán Lubitz.
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